sábado, 21 de junio de 2014

Del camino angosto al espacioso

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“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
Mateo 7:13-14 (Reina-Valera 1960)
He leído un sin número de veces este pasaje bíblico, sin embargo fue hasta hace poco que reflexionando Dios me dio luz sobre cómo aplicarlo perfectamente.
El día que decidimos entregarle nuestra vida al Señor comenzamos a andar por ese camino angosto, ese camino angosto que nos evitaba el inmiscuirnos en aquellas cosas que pasaron de ser “buenas” a “malas” en el sentido que entendimos que habían cosas que antes hacíamos que nos parecían buenas, pero que ahora con Cristo en nuestra vida nos dimos cuenta que no eran del agrado de Dios. Fue así como comenzamos a hacer de aquel camino ancho o espacioso un camino angosto pues nuestra intención era agradar a Dios y no a nosotros mismos.
Empezamos a andar por ese camino angosto, en donde caminábamos de puntillas, con mucho cuidado, examinando todo, reteniendo lo bueno y desechando lo malo, ese camino angosto era el perfecto, el que Dios quería que anduviéramos, ese camino angosto se evitaba de muchas cosas que parecían “inofensivas” pero que al evaluarlas nos dábamos cuenta que no valía la pena de practicarlas, porque no honraban a Dios.
Caminar por esa camino angosto nos hacia felices, pues el hecho de saber que agradábamos a Dios hasta en lo mínimo nos hacia sentirnos orgullosos de ser llamados sus hijos.
Lastimosamente con el caminar del tiempo fuimos haciendo de ese camino angosto uno más espacioso. Comenzamos a permitirnos cosas que antes no nos permitíamos, comenzamos a dejar de caminar con cautela y comenzamos a ampliar el camino, aquello que antes nos parecía malo o equivocado nos comenzó a parecer normal y hasta bueno, aquello de lo que antes sentía dolor de cometer comenzó a convertirse en rutina en nuestra vida y poco a poco el dolor por hacer lo malo se fue perdiendo de nuestra vida, fue así como sin darnos cuenta fuimos haciendo más espacioso el camino por el que debíamos andar.
Si antes evitabas hacer o decir ciertas cosas solo por agradar a Dios y hoy en día haces sin ninguna pena lo que antes evitabas tengo que decirte que dejaste de caminar por el camino angosto y en su lugar estás dando pasos en el camino espacioso.
Hay que ser sinceros, todos en algún momento de nuestra vida nos desviamos del camino, dejamos de andar por el camino angosto y comenzamos a andar por el especioso, ese que está lleno de cosas que desagradan a Dios pero que humanamente ya no reprochamos, porque ahora a diferencia de antes lo vemos “normal” basados muchas veces en que “todos lo hacen”.
Cuando tu comienzas a hacer las cosas que todos hacen y comienzas a ponerle etiqueta de permitido a todo, entonces dejaste de andar por el camino angosto, porque el camino angosto no se permite muchas cosas, al contrario es un camino en donde todo se examina y lo que no honra a Dios se desecha. El camino angosto es difícil de andar porque la mayoría tilda ese camino de “religiosidad” o “fanatismo” esos términos que el diablo usa para tratar de hacer ver lo bueno malo.
Dios quiere que dejemos de andar por el camino espacioso y volvamos al camino angosto, la voluntad de Dios es que examinemos todo y desechemos lo malo y nos volvamos hacia lo bueno. El camino angosto está lleno de prudencia, sabiduría y voluntad de agradar a Dios, nadie que quiera andar por el camino angosto lo va lograr sin estás tres cosas, porque se necesita valor para andar en el camino que nadie quiere andar, ese camino de negación a uno mismo, ese camino difícil pero que al final trae una recompensa que vale más que cualquier regalo que el mundo y sus deseos te quieran dar.
Jesús dijo: “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Mateo 7:14 (Reina-Valera 1960). Me llama mucho la atención de las últimas palabras de ese verso: “y pocos son los que la hallan”, eso quiere decir que son pocos los que no hacen lo que todos hacen, sino que se dedican a hacer lo que Dios quiere que hagan sin importar el desprecio, burla y odio de los demás.

¿Cuál es el camino por el que estás andando?, ¿Angosto?, ¿Espacioso?

¡Busquemos y encontremos el camino correcto que es el angosto y caminemos en el! 

Autor: Enrique Monterroza
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org

Cuídate de tus emociones y deseos

emociones y deseosQue difícil es controlar nuestras emociones, que complicado es tener esos nudos en la garganta que no podemos soltar, por miedo a las consecuencias, pero aun es más grande y buena la recompensa que se obtiene al saber tomar decisiones y saber actuar conforme a la voluntad de Dios, pues a veces queremos imponer nuestros deseos, creyendo que quien mejor que nosotros mismos  para saber lo que nos conviene, pero solo en realidad Dios nos conoce y nos da lo que en realidad necesitamos.
El enemigo siempre nos va a querer engañar, pintándonos pajaritos en el aire, confundiéndonos con falsas emociones, con pensamientos y con coincidencias que nos hacen pensar que es la voluntad de Dios y caemos en sus trampas, eso sucede cuando no tenemos el discernimiento del Espíritu Santo, cuando basamos los sentimientos y decisiones en nuestros propios deseos y no en Dios.
Muchos jóvenes hoy en día les cuesta esperar en Dios, viven en un desespero por tener a alguien a su lado, cuando aun no son capaces de sostener una relación solida con Dios, entonces difícilmente la tendrá con una pareja, como lo dice la palabra ¨El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor ¨ 1 Juan 4:8 (Reina-Valera 1960). Y si no amamos y vivimos conforme al amor de Dios, difícilmente vamos a llegar a conocer el verdadero amor en una persona.
Es que no cuesta entender que los planes que Dios tiene son mil veces mejores que los de nosotros. ¨Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:11 (Reina-Valera 1960). Siempre queremos vivir acelerados, tomando decisiones a la ligera, las cuales traen consecuencias desastrosas e irremediables y por eso frecuentemente andamos en desanimo y tristezas.
Somos nuevas criaturas en Cristo, no podemos llevar el mismo ritmo de vida que teníamos en el mundo, olvidemos de conseguir las cosas de la misma manera como lo hacíamos en nuestra antigua vida, ¨ En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:22-24 (Reina-Valera 1960).
Los deseos engaños son anhelos que nos prometen algo falso, pues como no renovamos nuestros pensamientos, ni renunciamos a ellos, estos se anidan en nuestra mente y cuando le damos cabida se convierten en actos y luego de haberlos llegado a cabo es que descubrimos que todo era una trampa del diablo, y hasta nos engañamos nosotros mismos.
Lo ideal en estos casos es que nos metamos de lleno con Dios, hagamos al Espíritu Santo nuestro amigo, pues El nos dará el discernimiento, la revelación, la sabiduría e inteligencia, para controlar nuestras emociones, pensamientos y sentimientos. Antes de darle cabida a un fuerte sentimiento y tomar una decisión, consultémosle a Dios, y si esa situación no trae paz a tu corazón, es mejor que esperes en El y no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir. Piensa muy bien y analiza si los deseos que tienes son productos de tu carnalidad o en realidad son anhelos que  provienen de Dios.
Dios cuando nos creo pensó en todo, en nuestra anatomía, pensó en las cosas que necesitaríamos para vivir, pensó en nuestros sueños, en  los planes que tiene para nosotros, y también pensó en la persona que va a colocar a tu lado como ayuda idónea. Créeme a Dios no se le escapa nada, no impongas tu voluntad por encima de la de EL, porque esta te puede acarrear destrucción.
¨No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.¨
Romanos 12:2 (Reina-Valera 1960)

Reflexiones en Video

“LA RUTA 7: DROGAS”

La-ruta-7
Cuando se busca la forma más fácil de escapar de los problemas a través de drogas u otras cosas que no son lo que Dios quiere para ti, se termina más atrapado de cómo se inicio.