jueves, 11 de agosto de 2011

NOS ACHICHARRAMOS


El astro solar está atravesando durante este mes un período de gran actividad en su interior. En estas dos últimas semanas los científicos han detectado tres tormentas solares, un fenómeno que se produce tras una gran explosión dentro de Sol, que puede llegar a dañar los sistemas de telecomunicaciones y el suministro eléctrico terrestre. Según los expertos, el motivo de que se produzcan estas tormentas es la cantidad de energía que emite el Sol en este período, que se prevé que vaya en aumento en 2012 y 2013.

Los científicos del Observatorio de Dinámica Solar  de la NASA, en los Estados Unidos, ya han avisado de posibles cortes en las telecomunicaciones, ya que la actividad de la energía solar irá en aumento, pero de momento no se han registrado incidentes en ningún lugar del globo terráqueo.

La tormenta solar más intensa tuvo lugar el pasado martes 9 de agosto, con una intensidad de X6.9 (la escala utilizada -similar a la escala Richter- se compone de las letras B, C, M y X para marcar la intensidad de menor a mayor respectivamente, acompañada también de una escala numérica del 1 al 9). Según la NASA, esta tormenta fue la mayor registrada desde el pasado mes de febrero, cuando la tormenta solar alcanzó la magnitud de X2.2.

LA ACTIVIDAD SOLAR Y SUS EFECTOS

La actividad solar se divide en espacios aproximados de once años, en los que el Sol pasa por periodos de relativa calma y por otros de gran actividad. En este último nos encontramos actualmente y hasta 2013, por lo que la NASA ya está lanzando avisos ante la previsión de tormentas solares mayores.

De momento, la mayoría de tormentas solares no han causado grandes incidentes porque no estaban dirigidas hacia nuestro planeta, y también porque es el campo magnético solar el que se encarga de controlar la energía expulsada por el astro.

Sin embargo, de cara a los dos próximos años, tanto diferentes gobiernos como científicos de todo el mundo estudian los efectos tanto materiales como económicos que podrían sucederse tras una tormenta de altas magnitudes. La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA) apunta que el coste podría rondar entre uno y dos billones de dólares en todo el mundo.  A lo que se le sumarían interferencias en diferentes sistemas de comunicación y el peligro que correrían los astronautas en el espacio del Sistema Solar.

ANTECEDENTES

Aunque no hayan sido de mayor gravedad, la actividad solar ha ocasionado varias incidencias en la Tierra. Una de ellas fue en 1989, cuando 6 millones de canadienses se quedaron algunas horas sin luz en la localidad de Québec debido a una tormenta solar.

Otro percance fue el sufrido, en 1859, cuando todas las oficinas de telégrafos quedaron paralizadas durante un largo tiempo.