LA INIQUIDAD
Pastor Raúl Oliva
¿Cómo se descubrió la Iniquidad?
En Ezequiel 28:15 “perfecto eras en todos tus caminos, hasta que se halló en ti la Iniquidad…”
Esta fue la caída de Satanás a causa de la iniquidad. ¿Cómo entró aquí la iniquidad? ¿Qué significa que alguien allá sido perfecto en todo y luego entró iniquidad? Algo se torció dentro de Él, lo sacó de su lugar, de su propósito.
¿Qué dice Dios de la Iniquidad?
Éxodo 20: 5b y 34:6-7
1) Dios hace una clara diferencia entre INIQUIDAD, REBELION Y PECADO. Los tres son diferentes y deben ser tratados diferentemente. En la gran mayoría de las iglesias se predica en contra del pecado, se predica que hay que arrepentirse de los pecados, pero muy pocos lugares tratan con la raíz del pecado. La raíz de todo el mal, la raíz que introduce todo pensamiento pecaminoso, es la iniquidad. Si yo pienso en el pecado, el pecado es solo el fruto, los frutos de la carne como dice la palabra es el pecado visible, externo del hombre. ¿Cuántos saben que el fruto, no es el tronco, ni la raíz?
La palabra dice que manifiestan son las obras de la carne, los frutos de la carne. Es lo que se ve, lo exterior, lo que se prueba. Cuando tratamos con el pecado, solo estamos tratando con la parte externa del asunto, pero nadie apunta a la raíz, y esta es la iniquidad. Hemos dejado crecer esta raíz y a su vez creció también un árbol, que se hizo grande y que permanentemente está dando frutos, y estos frutos son los frutos de la carne, el pecado. Mientras solo vivamos arrancando el fruto del árbol, el árbol volverá a dar su fruto. La biblia dice que el hacha esta puesta en la raíz para quitar la iniquidad de Israel.
Entonces iniquidad y pecado son dos cosas diferentes, así que si dejamos la iniquidad de lado, vamos a estar en constante problemas, ya que la justicia de Dios, nunca deja de juzgar; así como el amor de Dios nunca deja de amar, la justicia de Dios, nunca deja de juzgar. Y la justicia de Dios siempre tratará contra la iniquidad del hombre. La justicia de Dios es para alinear, para corregir. Donde quiera que este la iniquidad, va estar la justicia de Dios, tratando de enderezar la vida del hombre. Así que si no tratamos con la iniquidad, vamos a estar en un conflicto permanente entre la justicia de Dios y la iniquidad.
¿Señor que me está pasando?
Es por eso que numerosas personas que entregaron su vida a Cristo y que caminan en santidad, reciben permanentemente ataques demoniacos, ataques en su salud, en su economía, en sus familias, en sus matrimonios, etc. Y dicen, no entendemos que es lo que nos está pasando.
2) Lo que está pasando es, que en la medida en que estamos buscando la Gloria de Dios, vamos a encontrarnos con la justicia de Dios, ya que la Gloria y la Justicia de Dios siempre están unidas. A la Gloria de Dios no podemos acercarnos sin pasar por la justicia de Dios.
Salmos 97:6 “los cielos anunciaron su justicia y todos los pueblos vieron su gloria.”
Justicia y gloria de Dios, siempre estarán juntas. El problema es que muchas veces no sabemos que cuando decimos queremos ver tu gloria, o manifiesta tu gloria, si o si se manifestará primero la justicia de Dios. La gloria de Dios tiene un poder que viene con la justicia y es por eso que no todos podrán estar en pie ante la Gloria de Dios. Todos quieren la gloria de Dios pero no tratamos con lo que va ser quemado y consumido y esto es la iniquidad.
¿Qué es la Iniquidad?
La iniquidad es todo lo que esta torcido de Dios, iniquidad no necesariamente es un pecado terrible. Iniquidad es simplemente estar desalineado de Dios. Muchas veces se predica en contra de las maldiciones, y cancelan las maldiciones pero yo veo como al cabo del tiempo, esas maldiciones regresan y con mayor intensidad. La maldición no viene sin causa, sino como la golondrina tiene su volar, y está buscando donde posarse y anidar, así también la maldición no viene sin causa. La maldición es una fuerza espiritual que está buscando adonde adherirse y a eso donde tiene que adherirse se le llama iniquidad.
3) Qué problema tan grande tenemos hoy en la iglesia, al desconocer el efecto de la iniquidad en la vida de los creyentes y estamos sufriendo terribles consecuencias por causa de la iniquidad. Mientras no desarraiguemos ese árbol, mientras no saquemos, extirpemos hasta la última raíz de iniquidad, esas maldiciones van a seguir viniendo hacia ti. Porque un principio espiritual es que justicia e iniquidad se oponen entre sí.
La justicia tiene un poder de atracción, dice la palabra: “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás será añadido.” Esto significa que la justicia tiene un poder de atracción hacia una persona todas las cosas que pertenecen al reino de Dios, como la bendición, su gracia, su poder, su misericordia, su favor, su salud, su prosperidad, el gozo, etc. etc. etc.
Pero la iniquidad, también tiene un poder de atracción. Son dos fuerzas espirituales que atraen hacia sí mismas cosas de su naturaleza. Así como la justicia atrae hacia una persona, todas las cosas que pertenecen al reino de Dios, así también la iniquidad atraerá todas las cosas que pertenecen al reino de las tinieblas. Esto es enfermedad, esto es miseria, esto es divorcios, esto es problemas tras problemas, maldición tras maldición, etc.
Y la gran pregunta que miles de cristianos se hacen es ¿Por qué me está aconteciendo esto? Si yo tengo un caminar recto con Dios. Dios viene a abrirnos el entendimiento.
¿Cómo se liberaban de la iniquidad?
a) Levítico 16:21-22 La iniquidad se confesaba sobre un macho cabrío, poniéndoles las manos del sacerdote sobre la cabeza de aquel animal y lo enviaban al desierto. Por medio de la confesión de las iniquidades era liberado el pueblo. La iniquidad debe confesarse!!
Otra vez Dios hace una diferencia entre iniquidad, rebelión y pecado
Jesús no solamente llevó nuestros pecados y maldiciones, sino también nuestras iniquidades. Isaías 53
Pero necesitamos saber, como tratamos con nuestra iniquidad. Como la saco de mi vida. Como la identifico en mi vida y que frutos está dando. De lo contrario no la vamos a poder sacar.
b) La biblia dice que el Señor visita la maldad de los padres hacia los hijos hasta una tercera y cuarta generación.