jueves, 3 de diciembre de 2009

Iglesia Bíblica Centroamericana (Guatemala, Centroamérica)


Devocional 19-10-03

Mensaje #26 (Año II)

Serie: “EL JESÚS QUE NUNCA CONOCÍ”

Tema: “Pidiendo un milagro para los problemas de tu hijo”

Texto: Juan 4: 46-54

Romeo Guevara

INTRODUCCIÓN

Un amigo y consiervo mío me contó como había pasado una tremenda crisis con uno de sus hijos. Un día al recibir su estado de cuenta de la tarjeta de crédito, vio una fecha y un cargo de aproximadamente $300.oo. Pero lo que le preocupaba más no era tanto el cargo sino lo que decía la factura. Decía “cargo por $300.oo y el lugar en mención era “La Casa del Amor”. No sabía exactamente cómo era que esa factura había llegado allí. Al cotejar las fechas, recordó con mucha preocupación que las fechas en cuestión, el había tenido que dejar su tarjeta de crédito en manos de su hijo de 24 años. Pues el iba para un viaje (mi amigo viaja mucho, por causa de su ministerio), y el vehículo empezó a hacer un ruido muy feo. El queriendo que su vehículo fuera arreglado mientras no estaba en el país, lo dejó en manos de este hijo. Al despedirse en el aeropuerto, le ordenó que lo llevara al taller y que viera la forma en que lo arreglaran. Pero como era una emergencia, el no le había dejado dinero en efectivo para eso, así que sacando su tarjeta de crédito le dijo que la usara y pagara los gastos que fueran necesario hacer.

Ahora estaba muy preocupado, pues estaba seguro que su hijo había usado la tarjeta para pagar $300.oo en la “Casa del amor”.

Lo aflictivo del caso es que el había descubierto esto, cuando su hijo estaba fuera del país, y tenía que esperar a que regresara. Se imaginan el pánico, la tristeza y la cólera de este padre al descubrir esto? Que haría usted si le pasara lo que le pasó a este padre? O déjeme hacerle una pregunta aún más fuerte. Usted está un día sentado en la sala de su casa, y su hija de 19 años se le acerca, con un rostro muy triste y le dice: “Papa, estoy en un grave problema, estoy embarazada! ¿Qué haría usted?. O usted por ejemplo entra al cuarto de su hijo, y quiere arreglar algunas gavetas de su cuarto, abre una de ellas, y le encuentra un paquete de cocaína, ¿qué haría? ¿Cómo reaccionaría?. Pues déjeme decirle que esto está ocurriendo a diario, y no se sorprenda de que un día puede ocurrirle a usted. Pero hacia donde corre uno cuando la vida se desbarata, al ver a un hijo pasar por una severa crisis? ¿Cómo hacer para soportar un mal en un hijo? Bueno creo una vez más que necesitamos un milagro. Y quién mejor para un milagro como Jesús.

Quiero llevarle a un Jesús que usted talvez no conoce, y quiero presentárselo, quizás en esta mañana el estará a hacer un milagro en la vida de su hijo! Espero que así sea!

En esta mañana quiero que toquemos el tema “PIDIENDO SANIDAD PARA LOS PROBLEMAS DE UN HIJO”. Y quiero llevarlo a Juan Capítulo 4 versos 46-54.



TRANSICIÓN

Recuerda que dejamos a Jesús en el capítulo 2 verso 12? Bueno que ha pasado después de esto? Importantes eventos han ocurrido entre la primera señal y la segunda señal en Caná de Galilea. Jesús ha hecho algunas señales en Jerusalén (2:23-24). Tuvo una conversación con Nicodemo, habló con la mujer en Samaria, etc. También el fue bien recibido por los Galileos en el vrs. 45 debido a que ellos oyeron del poder milagroso de Jesús. Esto establece el trasfondo para la llegada del hombre noble. Ahora sabemos porque razón el piensa de esa manera cuando se dirige a Jesús. Muchas personas confunden este milagro con la sanidad del siervo del centurión que aparece en Lucas 7:1-10 y en Mateo 8:5-13. Pero estos milagros son totalmente diferentes. Ahora quiero que nos preparemos para ver como este hombre, padre de familia está ansioso por que Jesús le sane a su hijo.



I. En primer lugar PARA PEDIR UN MILAGRO DE DIOS EN LOS PROBLEMAS DE LOS HIJOS HAY QUE ESTAR CONSCIENTES DEL PROBLEMA . (4:46-47)

“Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir”

El problema de muchos padres hoy es que no están conscientes de que sus hijos están pasando por problemas. Algunos los niegan rotundamente. Aquí tenemos un padre que sabe bien cuál es el problema de su hijo y decide tomar cartas en el asunto, yendo a la verdadera solución. Veamos como la CONSCIENCIA DEL PROBLEMA DE SU HIJO SE MANIFESTÓ.
A. Estaba consciente de que lo que necesitaba era un milagro.

“Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea”. El gran ministerio en Galilea comienza en este momento. Comprende el período entre diciembre del año 27 y abril del año 29 de nuestra era, unos 16 meses en conjunto. Después de la muerte de Herodes el Grande en el año 4 antes de Jesucristo , su reino se dividió en Arquelao, que llegó a ser gobernador de Judea, Samaria y parte de Idumea desde el año 4 hasta el 6. Gobernó del año 26 al 36 de nuestra era. Luego Felipe que había sido el tetrarca de la región este y noreste de la región de Galilea. Herodes Antípas se le había asignado Galilea y Perea, sobre los cuales gobernó como Tetrarca desde el año 4 a.C. hasta el 39 d.C.. Era hermano de Arquelao. Por consiguiente, durante el gran ministerio en Galilea Jesús ministró en los dominios de Herodes Antípas. Este es el Herodes de los evangelios (excepto Mateo 2 y Lucas 1). Entonces es muy probable que este noble u oficial del rey sirviera a Herodes Antípas. El texto recalca el milagro de las bodas. De alguna manera ya se había corrido la voz, del milagro. En esta Caná también vivía Natanael (21:2). La noticia de la llegada del Señor a Caná llegó hasta Capernaum, la cual se encuentra a unos cuantos milagros al suroeste del punto en el que el Jordán que viene del norte entra en el mar de Galilea. Esta era la ciudad de Juan y Santiago los hijos del Zebedeo. Era un centro de recaudación de impuestos, y probablemente sede de un puesto militar romano.

B. Estaba consciente que su posición no podía solucionar el problema

Aparece en este momento un oficial del rey (tis basilikos en el original). Probablemente era uno de los cortesanos del tetrarca Herodes Antipas. No sabemos su nombre. Parece ser que este cortesano era judío, pues en 4:48 aparece incluido en la multitud judía, que tenía cierto interés por Jesús, principalmente como obrador de milagros. De todas formas reconocía que aquel nuevo profeta tenía poder para curar; porque la fama de Jesús ya había tenido tiempo suficiente para esparcirse por toda Galilea. Es bueno reconocer, en un hombre que podría haber estado acostumbrado a tener influencia y a dar órdenes, venir y respetar la autoridad y territorialidad de Jesús. A pesar de tener recursos y posición se topa con algo que lo limita, su hijo amado.

“Cuyo hijo estaba enfermo...a punto de morir”. El relato nos dice que este hombre tenía un hijo que estaba enfermo. El término usado es “paidíon” en el original, lo que demuestra que era un niño pequeño, además se utiliza como una expresión de afecto y familiaridad como nuestro “hijito” (21:5). Sabemos sin embargo, que la enfermedad de este hijo era muy grave. Estaba a punto de morir (4:47;49). El centurión había escuchado de los milagros de Jesús y creyó que el tenía el poder de sanar a su hijo, así que fue en búsqueda de el.

C. Estaba consciente de la autoridad de Jesús.

“Este cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a él y le rogaba que descendiese y sanase a su hijo”.

El padre del muchacho enfermo, al hacer el viaje de Capernaum a Caná cometió por lo menos dos errores: Dio por sentado que para hacer una curación Jesús tendría que ir de Caná a Capernaum y llegar hasta la cama del muchacho. En este sentido no se le puedo comparar favorablemente con aquel centurión cuyo siervo estaba enfermo (Lc. 7:1-10), y con el cual, sin embargo a veces se le ha confundido. El segundo error fue que también estaba convencido de que le poder de Dios no alcanzaba más allá de la muerte. Jesús debía ir inmediatamente pues el muchacho estaba a punto de morir. Si había algún retraso y el muchacho moría antes que el sanador llegara, todo estaría perdido. Tal era su fe! Al ver este hombre, y su actitud, no puedo dejar de pensar en los modelos que se han levantado tocante a nuestra actitud ante la sanidad. Creo que hay demasiadas malas interpretaciones, por sobre todo mal aplicaciones de los principios escriturales, en relación a la sanidad. De la actitud de este hombre noble sacamos por ejemplo la actitud de alguien que cree, pero que el tiene la última palabra en cuanto a la sanidad. Es decir es uno el que le dice como debe sanar Dios, y hacerlo de la manera en que nosotros lo sugerimos. El sujeto controla a Dios en cuanto a la sanidad. Por otro lado está el enfoque de que uno limita a Dios, y lo enmarca en esquemas, de los cuales Dios no se puede salir. Por ejemplo el hecho de que Cristo no podía sanar (según el criterio del noble) de lejos, sino sólo de cerca, implica que el estaba limitando a su esquema el poder de Dios. Durante muchos años se nos ha enseñado que Dios, sana pero que esas sanidades sólo se analizan por nuestro esquema dispensacionalista. A veces, aunque decimos creer en teoría que Dios sana en la práctica somos muy reacios a creer que Dios puede obrar en cualquier momento que se le antoje. Una de las razones por la que me anima a orar por los enfermos es que Jesús sanó a muchos. Si El es nuestro modelo de fe y práctica, no podemos pasar por alto su ministerio de sanidad. Desde el principio los cristianos se han reflejado en los milagros de Cristo y han extraído grandes beneficios de ellos. Su actitud nos señala que así deben ser los ministerios cristianos. Jesús nunca obtuvo beneficio en la enfermedad de las personas; El sanó donde quiera que iba. Los evangelios mencionan cuarenta y un casos de sanidad física y mental efectuados por Jesús. Esto de ninguna manera representa el total de las sanidades individuales, porque muchos de esos casos son resúmenes de sanidades en muchísimas personas. Los relatos individuales son descripciones de las sanidades espectaculares. De los 3774 versículos en los cuatro evangelios, 484 se refieren específicamente a la sanidad de la enfermedad física y mental y a la resurrección de la muerte. Más impresionante es que de los 1257 versículos narrativos en los evangelios, 484 se dedican a describir los milagros de sanidad, de Jesús (38.5%). Salvo el análisis sobre los milagros en general, la atención dedicada al ministerio de sanidad de Jesús es mucho mayor que la dedicada a cualquier otra clase de experiencia.

En ese sentido como creyentes realmente bíblicos debemos rescatar la verdadera imagen de lo que es la sanidad, y debemos al mismo tiempo tener cuidado con no caer en prácticas totalmente antibíblicas.

“Y vino a él...le rogó...sanase...” Notemos los tres verbos que Juan usa. La acción de buscarlo fue inmediata y urgente. Luego vemos la palabra que el funcionario usa para rogar. Esta palabra en el texto original es “erota”. La raíz de este verbo es viene de “erotao”. En el NT existen dos términos para pedir o suplicar uno es “aiteo” y el otro es “erotao”. La diferencia estriba en la naturaleza de las personas al ser usado. El término “aiteo” es usado para hacer una petición entre dos personas del mismo rango y naturaleza. En cambio “erotao” se usa entre dos personas de diferente rango. Es usado para dirigir una petición alguien de mayor rango. En este caso el noble había reconocido la superioridad de Cristo ante el. En pocas palabras estaba consciente que Jesús en realidad era Dios o por lo menos alguien divino.

II. En segundo lugar
PARA PEDIR UN MILAGRO DE DIOS EN LOS PROBLEMAS DE SUS HIJOS NO SE DESANIME SINO HAY RESULTADOS INMEDIATOS. (4:48-50)

“Entonces Jesús le dijo: si no viereis señales y prodigios no creeréis. El oficial del rey le dijo: Señor desciende antes que mi hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive.

A. Porque Jesús quiere ajustar su perspectiva

Jesús dice: “si no viereis señales y prodigios no creeréis”. El término “viereis” está en plural, así que probablemente Jesús está hablando a la multitud que lo está siguiendo en lugar de sólo dirigirse al noble. Aquí hay varias lecciones que podemos aprender en cuanto al equilibrio en las señales y milagros que como cuerpo de Cristo podemos tener. En realidad el noble no está allí buscando una señal. El sólo desea que su hijo sea sanado. En el texto original el “no creeréis” es enfático. El griego usa “jou me” que es la negación doblemente enfática. Se debe traducir “imposible” o “de ninguna manera” creeréis.

Recordando el gran cuadro de la historia en relación a este milagro, si usted necesita ver un milagro para creer, entonces eso lo deja a usted fuera de la mayoría de historias bíblicas. Dios siempre trabaja providencialmente, pero solo ocasionalmente trabajó milagrosamente. Pienso que este pasaje es relevante para el debate con relación a las señales y prodigios. Pienso que demandar señales y maravillas es una cosa muy peligrosa. Jesús dijo a Tomás: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Jn. 21:29b). También Jesús dijo que la generación maligna y adúltera demandaba señales y maravillas. Yo necesito reconciliar esas declaraciones con el énfasis en el moderno movimiento de sanidad actual. Si necesitamos siempre señales y maravillas para creer, como la mayoría de los del movimiento de sanidad presumen, entonces ellos no encajan en esta perspectiva, por lo menos no en lo que enseña este pasaje. Algunas veces la gente tiene la impresión de que porque no somos gente de señales y prodigios no creemos en los milagros o pensamos que no es bueno que Dios sane. El hecho de que no enfaticemos los supermilagros no significa necesariamente que no creamos en los milagros. Los espero? Bueno sé que la Biblia dice la oración eficaz del justo puede mucho. Pero también se que algunas veces no los tenemos no porque no los pidamos, sino porque se que los milagros no son la norma continua de actuar de parte de Dios en la historia. La diferencia es que no estoy demandando un milagro para que tenga fe o para que otros crean, si en realidad pensara así, entonces estoy poniendo a la gente en una situación muy precaria. Jesús dijo “a menos que vean ustedes no creerán”. Ellos podrían creer sin ver. La apropiada creencia no está en el milagro, sino en la persona de Cristo. No es el acto en sí, era el actor en el que necesitaban creer. Así que la condenación es en contra la gente que piensa o necesita ver un milagro para creer en Jesús.

B. Debe persistir en su petición

Aún a pesar de que la respuesta de Jesús es una especie de reclamo y rechazo y nota usted que no hay respuesta directa al hombre. En cuanto a él hay silencio. Pareciera que al principio Jesús no escuchó su petición. Sin embargo el hombre sigue insistiendo. El término que usa para hijo una vez más es paidía que implica niño pequeño. Así que debido a la persistencia del hombre, una demostración de fe Jesús entonces responde.

D. Aunque tome tiempo la sanidad

El hombre creyó a Dios y comenzó a caminar. Jesús dice: “Ve, tu hijo vive”. Esto nos introduce al concepto de “vida” y “vida eterna” en el evangelio de Juan. En el Antiguo Testamento el término “vivir” es usado para “ponerse bien” (2 Reyes 8:9) y ser levantado de la muerte (1 Reyes 17:23). Juan lo usa en este pasaje con el primer sentido de la palabra. El usará el concepto de “vida” asociado con la vida eterna más tarde.

E. Dé pasos de fe

El hombre no se queda preguntando más, ya está hecha su petición ya recibió una confirmación, y decide actuar sobre la base de ella. Se va, ya no molesta más a Jesús. Ahora tan sólo va con una promesa en su corazón, pero que promesa, es la misma palabra salida de la boca de Jesús.

III. En tercer lugar
PARA PEDIR UN MILAGRO DE DIOS EN LOS PROBLEMAS DE SUS HIJOS DEBE LLEVARLO A TENER UN MAYOR COMPROMISO. (4:50-54)

“Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue. Cuando ya descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se fue. Cuando ya el descendía, sus siervos salieron al encuentro, y le dieron nuevas, diciendo tu hijo vive. Entonces el les preguntó a que hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron ayer a las siete le dejó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: tu hijo vive; y creyó él con toda su casa. Esta segunda señal hizo Jesús cuando fue de Judea a Galilea”

Este hombre tomó a Jesús y la palabra que le dio. Este es una importante declaración en el contexto. El no es uno de esos que necesitan ver un milagro para creer. El cree en la palabra de Jesús. La prueba que el hombre cree esta en sus acciones. El deja a Jesús y se enfila hacia su casa. El no es como Gedeón que pide una prueba. Le tomó todo un día regresar a casa. Mientras el estaba en camino, los siervos se encontraron con el en su camino a casa. Porque? Quizás al momento que Jesús dijo:”tu hijo vive”, el muchacho se puso bien y los sirvientes se fueron en búsqueda de su amo para darle la nueva noticia. Note que ambos milagros, el de agua en vino y esta sanidad no ha y una fórmula del “como” hacer el milagro. No hay truenos ni relámpagos cuando el milagro ocurre. Note también que el acto del milagro es muy pequeño en comparación a todos los demás personajes que están alrededor del milagro. Por tanto el milagro no es tan relevante como la situación y respuesta de la gente alrededor de ese milagro. Lo que se enfatiza hoy en los ministerios de sanidad, y los ministerios de señales y maravillas es la actividad del milagro. Si usted tiene suficiente carácter para ver las estaciones evangélicas mientras uno de sus shows de sanidad está en función, encontrará que el 90% de su tiempo es presentar en sus plataformas a la gente que ha sido sanada. Siempre hay una pequeña enseñanza y cuando la hay está relacionada en que Dios desea sanar. Todo es un espectáculo. Algunas personas han dicho que los líderes entienden órdenes y cuando Jesús dice “ve” el hombre fue. La revelación del milagro fue por medio de los siervos en el camino a casa. De los siervos el padre encontró que el milagro coincidía en el mismo momento que el Señor dio la orden de regresar. La palabra griega para “preguntó” solamente se usa aquí en todo el Nuevo Testamento. Es la palabra “Eputheto” que viene de “punthanomai”. Esta palabra es muy enfática e implica una investigación con el propósito de confirmar algo. En ese sentido, no fue una simple pregunta, sino que fue una serie de preguntas que buscaban confirmar el milagro. No es pecado estar seguros de que Dios ha obrado. En realidad también el hombre ya tenía la certeza de que el hijo estaba sano.

El hombre y toda su casa creyeron. Quizás cuando oyeron que el hijo se había sanado al mismo tiempo cuando Jesús lo había declarado.

El compromiso mayor de este hombre fue no quedarse con la sanidad de su hijo, sino brindarle la salvación de su alma. Así que estoes lo más importante.

PARA PENSAR...

Vienen a mi algunas aplicaciones a la vida de todo creyente. Por un lado creo que la fe es indispensable para agradar a Dios. Por otro lado la distancia no es una barrera para el poder de Dios. También puedo ver que la enfermedad no respeta la edad o persona. Ataca tanto a los jóvenes como a los adultos, al rico como al pobre. Solo porque usted sea fiel, espiritual, pastor o misionero, no necesariamente significa que su hijo no puede morir en el campo. La aflicción puede ser una bendición disfrazada. Que le trajo al contacto con Jesús ¿La enfermedad resulto en? Salvación. Dios puede usar la tragedia humana para conducir a la gente hacia el como la única respuesta para ambas necesidades, es decir tanto la física como la espiritual.

Otra cosa que aprendo es que Jesús no sólo es creador de la vida (primer milagro) sino que es restaurador de la vida. (Segundo milagro). Pienso también que la fe en la Palabra de Dios es preferible sobre la fe en las maravillas de Dios. Dios podrá no hacer siempre maravillas. Ya hemos discutido como las maravillas y señales fueron en tiempos especiales y escogidos por Dios. Pero la Palabra de Dios siempre la tendremos. La confianza en la palabra de Cristo es la clave del pasaje. A través de las edades, la gente continuamente ha tenido que luchar entre los milagros y la ejecución de milagros pensando que la gente necesita “ver” un milagro en orden de creer. Pero este hombre creyó en la Palabra de Jesús y después vio. Esta fue la razón por la cual a Cristo le disgustó esta gente que no creerían sin ver. La oportunidad de ver milagros es tan limitada que pocos han tenido la oportunidad de ver y creer. La mayoría tendrán que oír y creer.

Otra cosa es que cuando Jesús lo ordena, es hecho todo lo que el ordena!

CONCLUSION

Recuerda mi amigo, y su hijo con el problema del dinero de su tarjeta de crédito y la “casa del amor”. Bueno el tuvo que esperar unos 10 días hasta que su hijo apareció en casa. Había orado y confiado en que Dios haría algo en este problema. Lo llamó a la sala de su casa y lo confrontó, exhortándolo a que si había pecado lo confesar ante el Señor. Y luego cuando le pidió que le diera una explicación de esa factura. El hijo le dijo “papa, esa factura es el gasto que hice del carro. Lo que le pasaba al carro era que se le habían dañado los amortiguadores, así que fui a comprarlos a una casa. Y la casa se llamaba la casa del Amortiguador. Lo que sucedió es que como era tan grande el nombre la factura solo abrevio el título. Bueno espero que sus problemas se solucionen así de fácil, sobre todo acerca de un hijo. Pero no todos se solucionan así la mayoría requieren un milagro de parte de Jesús. Porque no se lo pide este día!