jueves, 14 de agosto de 2014

PUEBLOS Y CIVILIZACIONES BIBLICAS

Prefacio

El motivo de este estudio es el de dar a conocer los diferentes pueblos de los que se habla en el Antiguo Testamento de la Biblia, con el fin de que podamos comprender en mayor grado el marco histórico donde se desarrollaron los diferentes relatos bíblicos.

De aquella época es necesario destacar que la región de más influencia en todos los sentidos fue Mesopotamia, el territorio comprendido entre los ríos Tigris y Éufrates, por lo que el término Mesopotamia significa entre dos ríos.
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Historia

Aproximadamente hacia el año 3,500 a.C. la región de Mesopotamia estaba habitada por los sumerios, quienes se establecieron en esta región procedentes de las montañas del norte. La ciudad más importante de entonces era Ur, lugar de nacimiento de Abraham. Sin embargo hacia el año 1,850 a.C. los sumerios fueron dominados por los acadios, pueblo de lengua semita.

Los acadios trasladaron la capital, Ur, hacia Acar, en el centro de Mesopotamia. Al cabo de un tiempo los sumerios dominaron nuevamente la región, fundando con ello el imperio sumerio-acadio. Durante esa época surgieron construcciones en forma de torres, los cuales tenían en la cima un templo dedicado a un dios. Dichas construcciones recibían el nombre de zigurat y posiblemente es la base de la narración dela Torre de Babel.

Durante ese tiempo gobernó Hammurabi (1792-1750 a.C.), famoso por su Código de leyes, el cual ejerció posteriormente gran influencia en la formulación de las leyes de Israel. Hammurabi estableció la capital de su imperio en la ciudad de Babilonia. Posteriormente, por el año 1,500 a.C. este pueblo fue conquistado por los asirios, quienes en el siglo VIII a.C. invadieron el reino de Israel. Pero en medio de esas civilizaciones surgieron los arameos, también de origen semita, quienes consistían en tribus semi-nómadas que habitaban en las estepas.

Entre los años 1,720 al 1,610 a.C., al entrar Egipto en decadencia debido a conflictos internos, permitió que los hicsos invadieran su territorio y que se establecieran ahí hasta el año 1,552 a.C. Los hicsos introdujeron nuevas técnicas de armamentos, como el carro de guerra tirado por caballos, así como introdujeron un nuevo estilo de fortificaciones. Se establecieron al este del río Nilo, en la región de Guesen o Cosen y fundaron su capital en Tanis, nombre que después cambió por el de Avaris.
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Egipto resurgió entre 1,552 al 1,070 a.C., extendió su dominio y llegó a ocupar gran parte de lo que se conoció como Canaán, que antes se denominaba Retenu. Inicialmente la capital era Tebas aunque posteriormente, en el siglo XIV a.C. fue trasladada a Tel-el-Amarna, ciudad en la que posteriormente se efectuaron excavaciones arqueológicas en las que se encontraron múltiples escritos de aquella época.

Al perder Egipto el control de Canaán, los hititas la invadieron entre los años 1,370 al 1,336 a.C., formando el reino de los mitanos. Pero la invasión hizo que tomaran el control de Canaán, estableciéndose al sur de dicho territorio. En este contexto se desarrollaron las narraciones del Éxodo.
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Lo anterior es sólo una breve descripción de los pueblos y naciones de la época bíblica, ya que el número de civilizaciones era mucho mayor. Por ello seguidamente procederemos a enumerar cada una de ellas y a describirlas brevemente, a fin de que al leer la Biblia no lo hagamos como un libro que se escribió miles de años atrás, sino que comprendamos cada uno de aquellos momentos históricos.
Sin embargo dicha descripción no la efectuaremos por épocas históricas sino por orden alfabético, con el propósito de poder localizar fácilmente cada uno de los pueblos.

Naciones y pueblos de las tierras bíblicas

Seguidamente detallamos las principales naciones, pueblos y civilizaciones que de una u otra forma, intervinieron en el desarrollo histórico de las distintas narraciones bíblicas.

Acadios
Vecinos septentrionales de los sumerios en la Mesopotamia del tercer milenio a.C. De su idioma semítico-acadio se desarrolló posteriormente el babilonio y el asirio. Como lugar específico, Acad, la capital de los acadios. Se menciona únicamente en la Biblia en Génesis 10:10, cuando dice: "Los comienzos de su reino (de Nemrod, hijo de Cus -1,480 al 1450 a.C.) fueron Babel, Éreo y Acad, ciudades todas ellas en tierra de Senaar". Según la tradición, Nemrod fue un tirano impío que ordenó la construcción de la Torre de Babel.

Acad, también denominada Adab, fue una ciudad próxima al emplazamiento de Babilonia y su nombre sirve para designar la parte de la Baja Mesopotamia, en contraposición al país de Sumer, que queda más al sur y, en general, sirve también para designar la lengua y los pueblos semíticos de dicha región, también en contraposición a los sumerios.

Amonitas
Habitantes de la región de Transjordania de donde el valle del río Jordán termina en el Mar Muerto. Al sur estaba Moab. La actual Ammán, en Jordania, se levante en el lugar de la principal ciudad amonita, Rabbat-Ammón, la antigua Rabbá (siglos XIII al VI a.C.).

Los israelitas no ganaron su territorio en la época de la conquista, pero más tarde fue parcialmente ocupado por las tribus de Rubén y Gad o Galaad: "Y cuando los amonitas estaban atacando a Israel, los ancianos de Galaad fueron a buscar a Jefté al país de Tob" (Jueces 11:5).

Los amonitas fueron incorporados sucesivamente al Imperio asirio, al babilonio y al persa. Pero durante su período de independencia constituyeron una seria amenaza para los israelitas, por lo menos hasta los tiempos de los Macabeos, en que la capital se conocía con el nombre de Filadelfia.

Amorreos
Pueblo nómada de lengua semítica procedente de la región media del río Eúfrates, la cual se expandió a Mesopotamia y a Siria-Palestina y se asentó allí al final del tercer milenio a.C. y a principios del segundo. Su idioma, que sólo se conoce por nombres de personas, es el caso más primitivo de semítico occidental que se registra.

Fueron prominentes en la región de Mari, cuyos documentos hallados arrojan mucha luz sobre las costumbres patriarcales. Después de la conquista de Canaán por los israelitas, los amorreos que aún residían allí fueron absorbidos poco a poco: "Las ciudades que los filisteos habían tomado a los israelitas volvieron a Israel, desde Ecrón hasta Gat, de modo que Israel liberó su territorio del dominio de los filisteos. Por otra parte hubo paz entre Israel y los amorreos" (1ª. Samuel 7:14).

Árabes
Habitantes nómadas y seminómadas de lengua semítica de la parte norte de la península arábiga, que incluía zonas de civilización sedentaria. Durante la mayor parte del primer milenio a.C. los árabes aparecen principalmente como incursores, pero había un flujo constante de pequeños grupos hacia las zonas sedentarias. Y a partir del siglo III a.C. la región al sudeste de Palestina estuvo ocupada por un solo grupo de árabes, los nabateos, quienes formaron una floreciente civilización basada principalmente en el comercio del incienso, con sede en Petra: "Se encontraron con los nabateos que les acogieron amistosamente y les pusieron al tanto de lo que les ocurría a sus hermanos de la región de Galaad" (1º. Macabeos 5:25).
Nota: Ver la continuación en el apartado "Nabateos".

Arameos
Pueblo de lengua semítica de cercano parentesco con los israelitas: "Tú tomarás la palabra y dirás ante Yahvé, tu Dios: Mi padre era un arameo errante y bajó a Egipto y residió allí siendo unos pocos hombres, pero se hizo una nación grande, fuerte y numerosa" (Deuteronomio 26:5). Los arameos se expandieron por toda Mesopotamia y Siria durante la última parte del segundo milenio a.C., y a principios del primer milenio a.C. dominaban algunas ciudades-estado sirias, como Damasco, Hamat y Cilicios.

El nombre hebreo Aram se traduce habitualmente como Siria, pero el nombre griego Syria es el que aparece en los relatos bíblicos.

Asirios
La patria de estos vecinos de los babilonios se encontraba al norte de Mesopotamia. Durante el segundo milenio a.C. Asiria cayó bajo el poder de los amorreos, y desde aproximadamente 1,350 a.C. hasta 1,100 a.C. fue construyendo un potente estado que ejercía un considerable control. En este tiempo la capital fue Asur, pero en el 883 a.C. Asurbanipal II trasladó la capital a Kalhu, que en la Biblia consta como Calá y es la actual Nimrud.
Durante siglos los gobernantes asirios tuvieron contactos con Israel, hasta que Sargón II (721-705 a.C.) fundó una nueva capital en Dur-Sarrukín, la actual Korsabad. Su hijo Sanaquerib (704-681 a.C.) pasó la capital a Nínive y allí residieron varios reyes hasta que en el año 612 a.C. fue destruida por los caldeos y los medos.

Es de destacar que en el año 722 a.C. el pueblo israelita fue desterrado a Nínive.

Babilonios
Fueron los herederos de los sumerios y los acadios en Mesopotamia del sur y su capital era Babilonia. El rey más conocido de la primera dinastía babilónica fue Hammurabi, autor de un famoso código de leyes.

Durante el principio del primer milenio a.C. los babilonios estuvieron sometidos a los asirios, pero desde el 612 a.C. hasta el 539 a.C. la dinastía neobabilónica o caldea dominó el Asia Occidental. Nabucodonosor fue el rey más conocido de aquella época (604 al 562 a.C.)

Babilonia fue el lugar donde los judíos sufrieron su segunda deportación en el año 607 a.C., siendo la primera en Nínive en el año 722 a.C. Babilonia cayó ante Ciro de Persia en el 539 a.C., quien permitió al pueblo judío su regreso a Israel.

Caldeos
Así como los arameos se extendieron a través de la Mesopotamia septentrional, así también los caldeos, un pueblo tribal, quienes ocuparon los pantanos de la zona sur. Durante los siglos IX a.C. y VIII a.C. tuvieron con frecuencia sometida a Babilonia. Después de una larga lucha contra Asiria, la dinastía caldea se estableció allí en el año 626 a.C.

Cananeos
Pobladores sedentarios de Palestina y Siria meridional que poseían una floreciente civilización urbana en el segundo milenio a.C. La corrupta e idólatra región de Canaán que se cita en el Antiguo Testamento está ilustrada por textos hallados en la ciudad de Ugarit, la actual Ras Shamura.
El idioma hebreo es una lengua derivada del idioma cananeo, y la lengua ugarítica nos ayuda sobremanera a comprenderlo.

Carios
Pueblo de habla indoeuropea procedente del sudoeste de Asia Menor. Fueron empleados por los israelitas como tropas mercenarias en el siglo IX a.C.: "El año séptimo, Joadá envió a buscar y tomó a los centuriones de los carios y de los guardias, conduciéndolos junto a sí al Templo de Yahvé" (2ª. Reyes 11:4).

Cilicios
Habitantes de la región cuy0 centro es Tarso, la ciudad natal de San Pablo, en la actual Turquía. Cilicia se menciona como aprovisionadora de caballos para el comercio de Salomón con Siria: "Los caballos de Salomón procedían de Musur y Cilicia. Los mercaderes del rey los compraban en Cilicia a precio fijo" (1. Reyes 11:28).

Cimerios
Pueblo estepario que cruzó la cordillera del Cáucaso en los siglos VIII y VII a.C. y luchó contra los sirios al noroeste de Persia, la actual Irán, y asoló después los reinos de Frigia y Lidia en el Asia Menor.

Cretenses
Habitantes de la isla de Creta, sede de la gran civilización minoica en los milenios tercero y segundo a.C. En el Antiguo Testamento se denomina Caftor a Creta: "… a los de Patrós, de Casluj y de Caftor, de donde salieron los filisteos" (Génesis 10:14). Los filisteos procedían de la zona dominada por los cretenses (Amós 9:7).

La civilización minoica de Creta no resistió las invasiones de los filisteos a fines del segundo milenio a.C., y en el primer milenio Creta era ya una simple parte de la zona cultural griega.

Chipriotas
Pobladores de las isla de Chipre, a la cual el Antiguo Testamento se refiere como Elisa (Génesis 10:4 y Ezequiel 27:7), aunque en otros documentos se le denomina Alashia. Los chipriotas se llaman a veces Quitim o Kittim (Génesis 10:4 y Números 24:24).

El nombre de Quitim se le da a la isla en Isaías 23:1, pero se la califica de costas en Jeremías 2:10 y en Ezequiel 27:6, lo cual sugiere una extensión a las regiones cercanas a tierra firme.

Dedanitas
Moradores de Dadán, hoy Al-"Ula, en Arabia del noroeste, que hacia el siglo VIII a.C. florecían desde su posición en la ruta comercial hacia Arabia meridional (Isaías 21:13 y Jeremías 25:23).

Por el siglo V a.C. los mineos establecieron una colonia comercial en Dedán, y hacia el siglo I a.C. llegó a ser parte de los territorios nabateos.

Edomitas
Vecinos meridionales de los moabitas, cuyo territorio se extendía principalmente hacia el este del wadi de Arabá. Ellos, como los moabitas, rehusaron dejar pasar a los israelitas en la época de la conquista. Los edomitas permanecieron hostiles a los israelitas.

En el siglo VI a.C., caída ya Jerusalén, muchos emigraron a Judea meridional, y otros les siguieron en los siglos posteriores cuando su patria vino a formar parte del reino nabateo (árabes).

Judea meridional llegó a llamarse Idumea, e idumeos sus habitantes (1ª. Macabeos 4:29, 5:65 y Marcos 3:8). Los Herodes que gobernaban Judea en tiempos neotestamentarios eran idumeos.

Elamitas
Vecinos orientales de los sumerios y babilonios. Su capital era Elam, la actual Khuzistán, en el sudoeste de Irán, que en aquella época se conocía como Persia. Unos peregrinos de Elam estuvieron en Jerusalén para Pentecostés (Hechos 2:9).

Escitas
Pueblo nómada de las estepas, del cual un grupo siguió a los cimerios por el Cáucaso, desde el sur de Rusia hacia el noroeste de Persia en el siglo VII a.C., en donde se hicieron vecinos y aliados de los maneos o escitas. Esta alianza se refleja en Jeremías 51:27 donde los urartios (Ararat), los mineos (Mini) y los escitas (Askenaz) fueron llamados a luchar contra Babilonia. Por un tiempo rivalizaron con los medos, pero al fin llegaron a formar parte de su imperio y del de los aqueménidas, quienes les sucedieron. El mayor número de escitas permaneció en el sur de Rusia.

Fenicios
Habitantes de la costa del levante al norte de Palestina, de lengua semítica. Participaron mucho en el comercio del Mediterráneo oriental a partir del siglo XI a.C. y sus bases eran las ciudades de Tiro, Sidón y Biblos (1ª. Reyes 5:18 y Ezequiel 27:9).

Su nombre en griego era fainiké, que significa tierra del tinte púrpura. Se llamaban a sí mismos cananeos, pues descendían de éstos, y aparecen en el Antiguo Testamento como tirios o sidonios (1ª. Reyes 5:6).

Filisteos
Fueron parte de un grupo conocido como Pueblos del Mar, que emigró al Cercano Oriente desde la zona del Mar Egeo en los siglos XIV y XIII a.C. Fueron rechazados por Egipto y se asentaron en la costa sur de Palestina, desde donde amenazaron a los israelitas recién establecidos, hasta que finalmente fueron derrotados por el rey David.

Los filisteos que tuvieron que ver con los Patriarcas (Génesis 21:26) eran pueblos egeos anteriores, distintos de los de la Edad de Bronce tardía (1,250 al 1,150 a.C.). Los filisteos siguieron ocupando la costa meridional de Palestina. Por fin perdieron su independencia ante David (2ª. Samuel 5:25) y fueron asimilados casi totalmente por los israelitas, aunque tuvieron ciertas diferencia culturales (Nehemías 13:24 y 1ª. Macabeos 10:83-84). Un contingente de los filisteos formaba parte de la guardia personal del rey David.

Frigios
Pueblo de lengua indoeuropea que ocupó la parte centro-occidental del Asia Menor después de la caída del poder hitita, estableciendo ahí un reino a principios del primer milenio a.C. Frigia fue invadida por los cimerios en el siglo VII a.C. y luego pasó a formar parte del reino de Lidia.

Los frigios deben identificarse con el término Mushku de las inscripciones asirias y el Mesuc de la Biblia, quienes aparecen como un pueblo belicoso del norte (Ezequiel 32:26, 38:2-3, 39:1).

Hititas o Heteos
Pueblo de lengua indoeuropea que estableció una civilización en el centro del Asia menor y dominó gran parte de Siria septentrional en los siglos XIV y XIII a.C. Su imperio fue destruido por los filisteos hacia el año 1,200 a.C. Muchos de los heteos mencionados en el Antiguo Testamento son neo-hititas o sirio-hititas.

Después de la destrucción del imperio hitita en Asia Menor, parte del pueblo emigró al norte de Siria y dominó ciudades-estado como Cilicia. Estos pueblos, conocidos como ahora como neo-hititas o sirio-hititas, fueron los heteos bíblicos del tiempo de los reyes de Israel.

Hicsos
Con este término se designa a un grupo humano procedente del Cercano Oriente que se hizo con el control del Bajo Egipto a mediados del siglo XVII a.C.

La continua inmigración de gentes procedentes de Canaán (Siria-Palestina) culmina con los invasores hicsos que llegaron a Egipto en una época de crisis interna, conquistando la ciudad de Avaris. Posteriormente tomaron la ciudad de Menfis y fundaron las dinastías XV y XVI. La duración de su dominio sobre Egipto fue de casi cinco siglos.

Hurritas
Pueblo norteño que se extendió por el Cercano Oriente durante el segundo milenio a.C. Sobresalieron principalmente en la población de Nuzi, donde documentos del siglo XV a.C. atestiguan costumbres semejantes a las de los Patriarcas. En los textos bíblicos este pueblo aparece como horeos o heveos.

Lidios
Pueblo de lengua indoeuropea que desde el oeste de Asia Menor avanzó hacia los territorios de Frigia, se enfrentó a Media, y sucumbió ante Persia en el siglo VI a.C.
El pueblo lidio es denominado lud en Isaías 66:19, Jeremías 46:9 y Ezequiel 27:10, 30:5. Sin embargo los nombres que se les asocian en el segundo y cuarto de dichos textos bíblicos pueden sugerir un pueblo de África del Norte.

Medianitas
Vecinos meridionales de los edomitas originarios de Canaán, cuyo territorio se extendió hasta Hijaz, en Arabia. Estos seminómadas que montaban camellos constituyeron una amenaza para los israelitas en tiempos de los Jueces.

Los medianitas eran un pueblo semita, descendientes directos de Abraham por línea de su hijo Madián (Génesis 25:2 y 1ª.Crónicas 1:33). Los madianitas adoraban al falso dios Baal, al cual la Biblia, en relación a Madián, refiere con el apelativo de Baal Peor. La palabra Peor muy seguramente puede referirse al lugar principal donde se le rendía culto a este ídolo.

La victoria de Gedeón sobre los madianitas inspiraría a los israelitas durante largas generaciones, convirtiéndose en eterna esperanza para el pueblo de Israel de que aún en tiempos de mayor opresión y peligro Yahveh, en su infinita misericordia, puede obrar victorias en detrimento de enemigos virtualmente poderosos (Isaías 9:3).

Medos
Pueblo de lengua indoeuropea que mantuvo un imperio en Persia y en Asia Menor en los siglos VII y VI a.C. desde su capital Ecbataná, la actual Hamadán, en el noroeste de Irán.
En el 550 a.C. Ciro de Persia anexionó Media a su imperio en expansión. Desde entonces los medos tuvieron un lugar prominente en la vida de Persia, la actual Irán.

Mineos
En el primer milenio a.C., el reino Mineo estaba bien establecido en Asiria y en el sur de al-?ijaz, a lo largo de la costa del mar Rojo; su capital fue Karma, o Qarnaw, hoy Sadah, en Yemen. Los mineos eran nómadas y pastores que prácticamente llegaron a controlar el comercio de incienso a través del norte de al-?ijaz. Después de que los mineos se retiraran de su plaza en al-Ula en el siglo I a.C., los nabateos establecieron un centro comercial en Medain Salih, un poco más al norte.

Mitanos
Mitani fue el nombre de un antiguo pueblo ubicado en el norte de la actual Siria, también conocido como Naharina. Puede considerarse que el reino de Mitani existió desde antes del año 1,500 a.C.

Mitani fue un estado feudal dirigido por una aristocracia militar que llegó a la zona en torno al 1,800 a.C., el cual adquirió una gran importancia en torno al año 1,600 a.C. debido a su privilegiada situación entre los imperios asirio, egipcio e hitita. El reino mitano fue conquistado por Asiria en el 1,270 a.C. y convertido en el virreinato o provincia de Hanigalbat.

Moabitas
Habitantes de la región delimitada por Amón al norte, al oeste por el Mar Muerto y al sur por Edom. Los moabitas pasaron en gran parte por las mismas etapas que los amonitas. A menudo tuvieron conflictos con Israel y no quisieron dejar pasar a los israelitas por su territorio en tiempos de la conquista.

Un relato propio de un episodio del siglo IX a.C. consta en la Piedra Moabita, la cual demuestra que hablaban un idioma semítico-cananeo muy relacionado con el hebreo.

Nabateos
Los nabateos eran un grupo de árabes que formaron una floreciente civilización basada en el comercio de incienso, con sede en Petra.

En tiempos neotestamentarios el dominio nabateo se extendía hasta la región del este de Damasco, donde parece haber habido un representante de su rey Aretas (2ª.Corintios 11:32). Pablo de Tarso pasó cierto tiempo en territorio nabateo después de su conversión (Gálatas 1:17).

Persas
Pueblo de habla indoeuropea que venció a los babilonios en el siglo VI a.C. y prosiguió hasta el establecimiento de un imperio que se extendía desde la India hasta el Mar Egeo y Egipto. Sus capitales principales eran Pasargadas y Persépolis en las montañas del sudeste de Persia, y en la antigua ciudad elamita de Susa, en la planicie baja.

Su imperio, administrado con liberalidad, duró hasta que se hizo parte del imperio aún mayor de Alejandro Magno en el siglo IV a.C.

Sumerios
Primitivos habitantes de Sumer, en la parte meridional de Babilonia, y artífices de la civilización babilónica que más tarde los absorbió y les sucedió en el sur de Mesopotamia.
Su apogeo fue durante el tercer milenio a.C. Después del 2,000 a.C. su lengua fue reemplazada por el acadio en el uso común. Se preservó, sin embargo, como idioma erudito en los textos literarios sumerios, hasta tiempos helenísticos.
Los sumerios no se mencionan en la Biblia, pero el Sinar o Senar del Génesis es la contraparte del sumeru, que designa la tierra de Sumer.

Urartios
Pueblo que hablaba un idioma relacionado con el hurrita y que emergió como potencia militar en la región de Armenia en el siglo IX a.C. Eran descendientes de los Hurritas que habían ocupado esta zona. Constituían una amenaza militar para los asirios, contra los cuales sostuvieron varias guerras.
Su dios principal era Haldi, por lo cual algunos autores los han llamado calditas, aunque no debe confundirse con los caldeos. Se dice que el Arca de Noé encalló en el monte Ararat (Génesis 8:4), es decir, en algún lugar de lo que más tarde fue el Urartu, aunque no necesariamente en el Ararat actual, que sólo en fecha más tardía recibió este nombre.
Las distintas lenguas habladas en el Antiguo Testamento

Los dos principales grupos de lenguas de las civilizaciones y pueblo de la antigüedad eran la semítica y la indoeuropea, las cuales describimos seguidamente.

Lengua semítica
Las lenguas semíticas son una familia de la macrofamilia de lenguas afroasiáticas. Se desarrollaron sobre todo por Oriente Próximo y el norte y este de África. Toman su nombre del personaje bíblico Sem, el hijo de Noé, cuyos descendientes serían con base en la historia bíblica y la tradición, los pueblos semitas. Las lenguas semíticas más habladas en el presente son el árabe, el amárico, el hebreo y el tigriña. La protolengua o grupo de dialectos estrechamente ligados que habría dado lugar a las lenguas semíticas se conoce como protosemítico.

De la familia semítica se conservan registros escritos ininterrumpidos desde el 2500 a.C. hasta el presente, lo que hace de ella la mejor testimoniada históricamente. Compárense los 4500 años de registros de lenguas semíticas con los algo más de 3500 años de textos en lenguas chinas, los 3400 años de textos griegos o los 3200 años que median entre las primeras inscripciones en egipcio antiguo y los últimos textos en copto.

Los primeros textos semíticos conocidos están escritos en acadio (2500 a.C. al 1600 a.C.), eblaíta (2400 a.C.), ugarítico (1400 a.C. al 1185 a.C.), lenguas cananeas (1200 a.C.), hebreo antiguo (1100 a.C. al 250 d. C.), fenicio-púnico (1000 a.C. al 200 d.C.) y arameo antiguo (900 a.C. al 250 d.C.).
Fonológicamente las lenguas semíticas evolucionaron de una lengua, el protosemítico, que tenía tres vocales breves y tres vocales largas. Gran parte de las lenguas semíticas poseen fricativas faringales y oclusiva glotal. Además la mayoría en el sistema de consonantes suele existir una oposición tripartita: sorda, sonora y enfática, donde la realización de esta última varía entre la faringalización, la velarización o la coarticulación glotal.

Morfológicamente los lexemas de las palabras suelen estar constituidos por esqueletos consonánticos, teniendo el esquema vocálico entre las consonantes información gramatical. Entre las raíces consonánticas o lexemas la gran mayoría son de tres consonantes. Tienen un sistema de infijos muy desarrollado dado que los patrones vocálicos son una forma de infijación de hecho.
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Lenguas indoeuropeas
Con el nombre de lenguas indoeuropeas se conoce a la mayor familia de lenguas del mundo en número de hablantes. La familia indoeuropea, a la que pertenecen la mayoría de las lenguas de Europa y Asia meridional, incluye más de 150 idiomas hablados por alrededor de 3.200 millones de personas, aproximadamente un 45% de la población mundial. De estas, unos 1.200 millones corresponden a hablantes de las lenguas indoiranias y unos 950 a hablantes de las lenguas románicas.
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Conclusión

El libro universalmente más difundido es indudablemente la Biblia, cuya finalidad religiosa estuvo en cierta forma condicionada por la evolución histórica, ya que la arqueología y muchas otras fuentes nos hablan del pueblo hebreo y de las civilizaciones con las que entraron en contacto, así como de su modo de vida y de su cultura.
Este estudio ha pretendido ser únicamente una sencilla pero clara exposición de cada uno de aquellos pueblos y civilizaciones que conformaron la historia bíblica del Antiguo Testamento.
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¡No me interesa!

¡NO ME INTERESA!

no me interesaJesucristo es amor, misericordia, santidad, poder, soberanía, justicia, paz, mansedumbre, perfección, y tantas cosas más… y por encima de cualquier dogma siempre será Él mismo, el auténtico, el único capaz de ser en todo momento lo que es desde el principio.
Amo todo de Jesús; sin embargo, lo que más me enseña de Él, es su lealtad al Padre Celestial, su carácter y dominio para mantenerse firme en los principios y la voluntad del Padre, por encima de todo y de todos. ¡Saben! yo anhelo ser así, yo quiero obedecer la voluntad de mi Padre Celestial por encima de cualquier circunstancia, deseo pensar sólo en agradarle a Él, sin importar a cuántas personas les pueda desagradar, sin importar el rechazo y las burlas, sin importar el reconocimiento que pueda perder de parte de los hombres; ¡no me interesa!, no me interesa agradar al hombre, me interesa agradar a Dios; no me interesa obtener títulos dados por la humanidad, me interesa conservar el título que Dios me ha dado como hija suya; no me interesan las medallas que pueda colgar en mi cuello para que otros las vean, me interesan los galardones que Dios tiene para mí; no me interesa tener mucho que mostrar pero nada para dar, no me interesan las riquezas de este mundo, me interesan las riquezas del Reino Celestial; no me interesa ser admirada por el hombre, me interesa que Dios se agrade de mí; no me interesa que el hombre se sienta orgulloso de mí, me interesa que Dios se sienta orgulloso de quien soy por Él y para Él.
Permanecer en la presencia del Señor es lo más maravilloso que cualquier ser humano puede experimentar, nada se compara con el amor y la plenitud que Él ofrece a los que con un corazón humillado y arrepentido le buscan. No sé tú, pero yo no quiero amar a Dios a medias, no quiero vivir de sus migajas, yo lo quiero todo de Él, lo quiero a Él en cada momento de mi vida, porque entendí que estar sin Él causa dolor en el alma y que lo que Él me ofrece, nada ni nadie lo podrá suplir jamás.
Nunca te alejes de Dios, nunca tomes la decisión errónea de separarte de su amor, si tu quieres puedes decidir vivir sin Él, pero créeme, es la más terca decisión que puedas tomar en tu vida. Nada mejor que su presencia, nada mejor que vivir en Él y para Él.
Permanecer en el Señor no es orar un rato todos los días, no es asistir a la iglesia cada vez que se tenga la oportunidad, no es sabernos de memoria su palabra, no es predicar bonito, no es tener muchos dones y talentos, no es decir que le amamos cuando estamos lejos de hacerlo de una manera verdadera. Permanecer en el Señor es vivir su palabra, hablar todo el tiempo con Él, adueñarlo de nuestros pensamientos, de todo lo que somos y hacemos, es obedecer lo que nos enseña en su palabra por encima de cualquier dogma, es vivir en lealtad a su Santo Nombre, es rendirnos totalmente delante de Él.
“El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará. ¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? ¿O qué se puede dar a cambio de la vida? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en medio de esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles”. Marcos 8:35-38 (Nueva Versión Internacional). 
“Dios mío, ayúdanos a ser cada día más como tú, cámbianos y haznos conforme a tu imagen y semejanza, haznos conforme a Jesucristo, danos el celo que tuvo Él por ver cumplida tu voluntad en su vida, que seas tú haciendo en nosotros según tus designios”.

¡No me interesa nada que interfiera con la voluntad de Dios en mi vida!

Descubriendo un Misterio de Dios

Hay una realidad insoslayable hoy por hoy en nuestras congregaciones cristianas. Una enorme proporción de miembros de cada una de ellas, confían prioritariamente en las obras por encima de cualquier aspecto netamente espiritual. El verbo Hacer se encuentra mucho más conjugado en la práctica que el verbo Ser. Y como consecuencia de este modo de ver las cosas, tampoco son pocos los que prefieren priorizar la antigua Ley por sobre la nueva Gracia recibida después de la Cruz. Y todo eso, nos inserta en un ambiente que dificulta bastante nuestra relación personal y corporal con Jesucristo. Ya hemos sido advertidos con respecto a esto.
(Gálatas 4: 21-22)= Decidme, los que queréis estar bajo la ley; ¿No habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.
La historia que seguramente usted ha leído muchas veces y ha sido ilustrado por enseñanzas o predicaciones en otras tantas, nos dice que debido a su esterilidad, Sara, esposa de Abraham, le da a su marido a la esclava Agar, a los fines de que él pueda tener descendencia con ella. No lo vea como una aberración cometida por Sara. Así sería visto en este tiempo, pero en aquel todavía se usaba este tipo de actitudes en el mundo pagano. El problema es que tanto Abraham como Sara, no pertenecían ya a ese mundo, sino al del reino de Dios. Entonces Agar concibe de esa relación y da a luz a Ismael. Tiempo más tarde Sara, sumamente vieja ya, ve cumplirse asombrosamente la promesa de Dios y concibe dando a luz a Isaac.
(Gálatas 4: 23)= Pero el de la esclava nació según la carne; más el de la libre, por la promesa.
Cabe aclarar que dentro de los diferentes relatos que encontramos en el Antiguo Testamento, estos y otros nacimientos muy singulares fueron debidamente profetizados mucho antes del cumplimiento efectivo de ellos. Ocurrió con Agar respecto a Ismael, sucedió con Sara con relación a Isaac, se dio también en Manoa de Zora en referencia a Sansón,  a Jeroboam por Josías, por medio de Eliseo a la mujer sulamita, de Jesús en Isaías y de Jesús a María. No se olvide de esto: cada vez que el Señor va a hacer algo importante, indefectiblemente, primero se lo hará saber a sus profetas para que ellos, a su vez, actúen cual trompetas anunciándolo al pueblo.
(Gálatas 4: 24)= Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud: este es Agar.
Habría que aclarar aquí el significado semántico de la palabra ALEGORIA. Significa la representación de una idea o cosa abstracta a través de otra que guarda con ella una relación real. Otra acepción dice que es una figura retórica en que, por medio de metáforas, se da a entender una cosa expresando otra muy distinta. De allí que Pablo diga aquí que “esto, es una alegoría”. Ya está interpretado, no le busque ninguna otra connotación. Una vez más, la Biblia se interpreta a sí misma, no necesita cabezones teólogos carne de universidades intelectuales.
En el evangelio de Juan 3: 6, se señala que: Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Y con respecto a la alegoría, dice Oseas 12:10: y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas.
Cabe consignar, finalmente y para cerrar este fragmento debidamente y con todas las claridades meridianas a la vista, que Sinaí era el monte sobre el cual Moisés recibió el Decálogo que usted y yo conocemos muy bien, y que en este caso significa la ley y su concepción. Y su resultado está escrito y es obvio: esclavitud.
(Gálatas 4: 25)= Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, (Esta es la que sale en los noticieros de la televisión, la que vemos con los ojos naturales, la que está sujeta a los vaivenes políticos) pues esta, junto con sus hijos, está en esclavitud.
(Gálatas 4: 26)= Más la Jerusalén de arriba, (La celestial, la que no vemos con nuestros ojos naturales sino con los espirituales) la cual es madre de todos nosotros, es libre. (Libre, ¿Ha entendido? LIBRE!!)
(Gálatas 4: 27)= Porque está escrito: (Se refiere a lo dicho por el profeta Isaías capítulo 54, verso 1): regocíjate, oh estéril, (Aquí le habla a la iglesia) tú que no das a luz: (También alude a los gentiles) prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque son más los hijos de la desolada (Agar, los hijos de la carne, los sujetos a esclavitud) que de la que tiene marido (Sara, los hijos de la promesa, los espirituales, los libres).
(Gálatas 4: 28)= Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.
A mí, particularmente, me agradaría mucho, aunque pueda parecer demasiado audaz o ilusorio, que usted por un momento tuviera íntimamente la convicción que a esto que termina de leer, Pablo se lo está diciendo a usted, personalmente. Es una palabra segura.
(Gálatas 4: 29)= Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.
No voy a descubrirle absolutamente nada nuevo si le puntualizo que la mayor batalla que hoy por hoy estamos viendo dentro del pueblo de Dios, está cimentada en estos principios: carne contra espíritu; espíritu contra carne. El que es nacido según la carne, tal cual lo hizo literalmente Ismael con Isaac, siempre habrá de perseguir al nacido de la promesa, que en lo literal es Isaac. Preste atención: nunca a la inversa. Nunca el nacido del espíritu persiguiendo al nacido de la carne, siempre al modo de Ismael. No es envidia, ni celos, ni enojos, ni odios ni rencores aunque los incluya: ¡Es Guerra Espiritual! Le guste a usted o no, lo crea usted o no, se lo hayan enseñado así a usted o no. No le hace. No por eso deja de ser cierto. Pero examine cuidadosamente todo el verso y concluya reflexionando muy seriamente sobre las últimas tres palabras. Así También Ahora. Y quiero que recuerde que “Ahora”, al igual que Hoy y otras tantas acepciones, en la Biblia, significan precisamente eso que dice: AHORA.
(Gálatas 4: 30)= Más, ¿Qué dice la Escritura? Echa fuera la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.
Hay aquí una irrenunciable verdad bíblica: Dios es Amor, Paciencia, Misericordia y Gracia, pero también no le caben dudas a nadie que es Justicia. Y esa justicia es la que ha decretado lo que termina usted de leer: No heredará el hijo de la esclava con el de la libre. Que es como decir que no tendrá entrada en el reino de los cielos quien anda en la carne, sino quien funciona en el Espíritu.
(1 Corintios 15: 45)= Así también está escrito: fue hecho el primer hombre Adán alma viviente: el postrer Adán, espíritu vivificante.
Ya deberá usted haber notado una clara diferencia. El primer Adán (Que se refiere a Adán) alma viviente, es decir: carne que vive. Y luego dice que el segundo y postrer Adán (Que aquí ya sabemos, es Cristo) espíritu vivificante. Esto significa: espíritu que da vida. Y esto nos lleva al análisis sintético de dos fases muy concretas: Esclavitud y Libertad. Lo primero, tiene que ver con la carne, aunque la carne convenza a quienes la adoran, que es a la inversa. Lo segundo tiene que ver con el espíritu, que no es un andar como sobre algodones, con ojos entrecerrados esperando ver una visión a cada paso. Se trata de darle autoridad al único que debe tenerla, si es que deseamos ser verdaderos creyentes y no nominales cristianos ritualistas. Y también representan a la Ciencia y a la Fe. Porque la ciencia esclaviza a conceptos inamovibles, mientras que la fe otorga la libertad de lo que a diario se mueve: el Espíritu Santo de Dios. La nube. Dios dinámico y creativo.
(1 Corintios 15: 46)= Más lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.
Esto proporciona una clara respuesta a la evolucionista teoría de Darwin. Porque un hombre animal, jamás podría haber sido receptor del Espíritu Santo, lo entiende? ¿Un mono irracional tomando una decisión espiritual, conectándose con lo divino y transformándose en un hombre racional e imagen y semejanza de Dios, según la propia opinión del Señor? Inconcebible e incoherente. Y sin embargo, en esto sustenta la ciencia sus escepticismos vernáculos e históricos. ¡Ciegos!
(1 Corintios 15: 47)= El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.
Aquí, si usted saber mirar con atención, están bien manifiestas y claras las dos naturalezas. Un hombre terrenal, mortal, y otro celestial, vivo para siempre. Juan 3:31 contiene un texto que lo amplía, cuando Juan el Bautista dice: El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal y cosas terrenales habla: el que viene del cielo, es sobre todos”.
Esto que ha leído es muy bueno para reflexionar seriamente con una pregunta que en este mismo momento puede hacerse. ¿Qué cosas estoy hablando durante la mayor parte del día? Porque si bien hay un concepto que dice que la fe viene por el oír, y esto nos lleva a replantear qué es lo que oímos mayoritariamente, porque allí estará cimentada nuestra fe futura, así también tiene valor la validez y el poder de la palabra.
(1 Corintios 15: 48)= Cual el terrenal (Primer Adán, el hijo de la esclava, el carnal) tales también los terrenales: y cual el celestial, (Segundo Adán, el hijo de la libre, el espiritual) tales también los celestiales.
(49) Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Aquí nos encontramos con nuestra similitud con Cristo, viviendo en un cuerpo espiritual. No se olvide que Jesús es el niño que nos es nacido, mientras que Cristo, es el hijo que nos ha sido dado. Por todo eso es que en Filipenses 3:20, Pablo dice: Más nuestra ciudadanía, está en los cielos, de donde esperamos también al Salvador, al Señor Jesucristo; La contrapartida para el hijo de la carne, lo vemos en Génesis 5:3 cuando leemos: Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.
(1 Corintios 15: 50)= Pero esto digo, hermanos; que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
Mucha gente que se ha preguntado en la intimidad, no siempre públicamente por vergüenza, dos cosas esenciales para entender todo esto: ¿Qué es la carne? ¿Qué es la corrupción? Se podría declamar, disertar y hasta divagar horas y horas al respecto, pero convengamos que podemos definir una respuesta con métodos concretos: sus frutos. ¿Cuáles serán los frutos de la carnalidad y la corrupción? Pues: adulterios, fornicaciones, inmundicias, lascivias, idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y podríamos continuar porque hay algunas que dependen de estas que engrosaría bastamente la nómina. Pero convengamos en decir que, más allá del amor y la misericordia de Dios, quien haga estas cosas conociendo estas verdades, no tendrá herencia. Ahora usted siga las polémicas y los debates divisionistas con respecto a si la salvación se pierde o no se pierde, que es como decirle: siga perdiendo soberanamente su tiempo. La Biblia habla claro.
Por contrapartida, muy bien vale la pena preguntarse: ¿Qué es el espíritu? Y por consecuencia clara: ¿Qué es la incorrupción? También aquí nos encontramos con una respuesta similar: los frutos. ¿Cuáles? Usted ya los conoce, pero podemos refrescarlos: Amor. Y como consecuencia: gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.