Los libros llamados
APOCRIFOS
por Domingo
Fernández Suarez
(reproducido con permiso)
En ciertas ocasiones el
clero romano acusa a los evangélicos de que las versiones de la Biblia de
éstos están "truncadas" y que las Biblias llamadas "evangélicas" son
diferentes a las católicas. Para muchos, la verdad sobre el tema, es un
enigma. Es mi propósito en el presente estudio,
aclarar, hasta donde me sea posible, esta cuestión.
La versión oficial de
la iglesia Romana, es la Vulgata.
Las versiones
evangélicas constan de 66 libros, pero la Vulgata, tiene 73. En el Nuevo
Testamento no hay ninguna diferencia, pero no ocurre lo mismo en el
Antiguo. La Vulgata contiene los mismos 66 libros que constituyen nuestras
versiones; pero además tiene añadidos los siguientes libros y capítulos:
LIBROS:
Tobías, Judith, la Sabiduría, el
Eclesiástico, Baruc y los dos libros de Macabeos.
CAPÍTULOS Y VERSÍCULOS:
El capítulo 10 del libro de Esther, tiene añadidos 10 versículos y
además 6 capítulos completos. Así que el libro de Esther, en la Vulgata
tiene 16 capítulos. El capítulo 3 del profeta
Daniel, tiene añadidos 66 versículos, desde el 24 al 90, y además dos
capítulos completos, el 13 y el 14, que cuentan las leyendas de Susana, y
Bel y el Dragón. Estos libros y porciones adicionales que se hallan en la
versión "Vulgata", se les llama los "apócrifos". La palabra apócrifo
significa "algo que es fabuloso, no auténtico, supuesto o fingido".
I. ¿Cómo
llegaron estos libros a formar parte de la Vulgata?.
De las antiguas
versiones de la Biblia, la más notable es la llamada "septuaginta", o
versión de los 70. Se le llamó así porque se cree que fue traducida del
Hebreo al Griego, por 70 hombres, los que según H.B. Pratt, autor de la
Versión Moderna, eran todos judíos Egipcios. Estos 70 realizaron su
trabajo con el apoyo del rey Egipcio Tolomeo Filadelfo, que reinó de 285 a
247, antes de Cristo.
¿Qué propósito movió a
estos 70 a realizar dicho trabajo?.
Según unos, fue el
deseo de los judíos que habían nacido fuera de Palestina, de tener una
traducción de los libros considerados como sagrados, en su propia lengua
nativa, el griego.
Según otros, los 70
emprendieron por encargo directo del rey Tolomeo, gran admirador de las
letras y fundador de la gran biblioteca de Alejandría, con el propósito de
tener en ella una versión de los libros hebreos de la época. Esta opinión
parece ser la más fuerte.
Sea cual fuere el
motivo que movió a los 70, lo cierto es que
ellos tradujeron al griego más libros que los que eran considerados como
inspirados por los judíos de Palestina; y con el tiempo esta versión
griega llegó a tener añadidos 15 libros, llamados apócrifos cuyos nombres
damos a continuación.
-
3 Libros (1,2 y 3) Los Macabeos.
-
2 Libros 3 y 4 de Esdras
-
1 Libro Tobías
-
1 Libro Judith
-
1 Libro Baruc
-
1 Libro La Sabiduría
-
1 Libro El Eclesiástico
-
1 Libro La oración de Manasés
-
1 Libro La Epístola de Jeremías
-
1 Libro Enoc
-
1 Libro Los Jubileos
-
1 Libro La ascensión de Isaías
Algunos de estos libros
fueron escritos muchos años después de Tolomeo Filadelfo, por ejemplo Los
Macabeos y Enoc.
La Septuaginta, aunque
en general buena, tenía sin embargo, grandes defectos.
Los 70, parece que tradujeron los libros de la ley con bastante
fidelidad, pero en el resto del Antiguo Testamento, se permitieron variar
un poco el texto original según su criterio. Las
Cronologías especialmente no concuerdan con el texto original hebreo.
Esta versión griega del Antiguo Testamento, compuesta por 53 o 54
libros llegó a tener gran circulación entre los judíos dispersos por todas
las colonias fuera de Palestina y en cuyas provincias se hablaba el
griego.
En un librito titulado
"¿QUE ES LA BIBLIA?", escrito por M.
Charles, y publicado con licencias eclesiásticas por la editorial
católica Difusión, Avenida de Mayo 1035, Buenos Aires, dice así en la
página 26: "En la época de Jesucristo y de los
Apóstoles, Jerusalén tenía su Biblia Hebrea (texto original :39 libros,
mas 7 igual a 46." Este lenguaje en un libro católico y con
licencias, no debemos pasarlo por alto. Es un
católico romano, quien afirma que en tiempos de Jesús, el texto original
de la Biblia de los judíos que permanecían más o menos fieles a la
doctrina ortodoxa estaba compuesta oír 39 libros, ni uno más , ni uno
menos.
II. ¿Cómo
fueron considerados?.
Según las
investigaciones de algunos eruditos, entre ellos Ohler y Frankel, los
judíos de Alejandría usaban la Septuaginta, porque era la que tenían
directamente a su alcance, pero dicen, que ellos no admitían los
apócrifos, como parte del Canon de los libros
inspirados. Por otra parte es un hecho que en
Alejandría había judíos que habían dejado de ser ortodoxos, para caer en
un liberalismo extremado.
Hay fundadas razones
para creer que los apóstoles usaron la versión de los 70. De las 280 citas
o referencias, que del Antiguo Testamento, se hallan en el Nuevo, 265
concuerdan mejor con el texto griego de la Septuaginta que con el texto
original hebreo. Pero es un hecho sintomático notable que si los apóstoles
usaron dicha versión no han citado ni una palabra de un libro Apócrifo. El
primer escritor que citó un libro apócrifo fue Ireneo, el año de 180 de
nuestra Era.
El hecho de que los
cristianos primitivos se guiaban por la Septuaginta, suscitó los
prejuicios de los judíos de aquellos tiempos quienes acusaron a los
cristianos, de utilizar una versión adulterada del Antiguo Testamento.
Hacia el año 150 , un
judío del Ponto (Asia Menor), llamado Aquila, hizo una traducción,
servilmente literal del texto hebreo; para oponerse a la septuaginta. Esta
versión de Aquila, se usaba el año 177, y fue la versión oficial de los
judíos que hablaban el griego, en todas las colonias. Los cristianos
respondieron, primero , con la revisión de la septuaginta, por Teodosio,
un cristiano Ebionita, allá por el año 185 y más tarde con una excelente
traducción del hebreo, llevada a cabo por Símaco, mas o menos el
año 200 y cuyo trabajo se conoce como la "versión de Simaco".
La más antigua de las
versiones latinas (en latin) de que se tiene conocimientos es la versión "Itala",
una traducción de la septuaginta al latín. Pero aquí hay un hecho que
debemos considerar: De los 15 libros apócrifos, que figuraban agregados en
la versión de los 70, pasaron a "La Itala" 10 y fueron excluidos cinco que
son:
-
La Ascensión de Isaías
-
Los Jubileos
-
La Epístola de Jeremías
-
El 3 de Macabeos y Enoc.
Los persistentes
ataques de los judíos a los libros apócrifos que seguían figurando en la
mayoría de las Biblias utilizadas por los cristianos, hizo que varios de
los llamados padres de la Iglesia, estudiasen a fondo la cuestión de los
"apócrifos", llegando a la conclusión de que efectivamente no eran
inspirados y que se les podía dar más crédito que el que debía recibir un
libro devocional o histórico cualquiera.
Un Sínodo reunido en
Laidocea en el año 363, prohibió la lectura de los Apócrifos en las
iglesias y dio una lista de los libros considerados como inspirados en la
que se aceptaban solamente los 39 que vienen figurando en nuestras
versiones y de cuya autenticidad nadie duda.
En el año 397, se
reunió un Sínodo en Cartago (Africa), bajo la influencia de Agustín
y este sínodo parece que dio su aprobación a los 10 libros, considerados
apócrifos, aunque atribuyéndoles un grado inferior de inspiración, que a
los 39 de nuestras Biblias. Pero, téngase en
cuenta que tal decisión era contraria a la de otro sínodo celebrado 37
años antes, en Laodicea. Además no reconocieron
los Apócrifos como inspirados:
-
San Hilario de Poictiers
-
Cirilo de Jerusalén.
-
Epifanio.
-
Gregorio Nacianceno.
-
El papa Gregorio I.
-
Beda, llamado el venerable.
-
Hugo de San Victor.
-
El Cardenal Hugo.
-
Nicolás Lira y los cardenales Jiménez y Cayetano.
Antes del año 400, se
habían dado a los menos 10 catálogos, o listas de los libros
considerados inspirados, y en ninguno se encuentran los libros apócrifos.
Las listas son de:
-
Melitón de Sardis año 177.
-
Orígenes año 230
-
Atanasio año 326
-
Cirilo año 348
-
Hilario de Poictiers año 358
-
El sínodo de Laoidicea año 363
-
Gregorio Nacianceno año 370
-
Anfiloquío año 395
-
Jerónimo año 395
El manual bíblico
Católico, citado por el profesor Samuel Palome que en el Tomo I
página 81, dice que el Canon
Alejandrino contenía los libros apócrifos, que siempre fueron rechazados
por los judíos de Palestina, y que fueron añadidos después de formado el
canón hebraico.
Este canon
se atribuye comúnmente a Esdras, Malaquías y algunos otros.
El papa Dámaso encargó
a Jerónimo la revisión de la versión Vulgata, porque se dio cuenta que
ésta tenía errores; pero San Jerónimo, después de emprendido el trabajo de
revisión, comprendió que era más fácil hacer una traducción directa del
hebreo, y al efecto se fue a Palestina y trabajó en la traducción del
Antiguo Testamento durante 14 años, en el pueblo de Belén, cuna del rey
David.
En cuanto a los
apócrifos San Jerónimo no los pudo traducir del hebreo, porque no se
conocían sus originales y la mayoría ni siquiera fueron escritos en
hebreo. Jerónimo lo que hizo, con una o dos posibles excepciones, fue
copiarlos de la Antigua Vulgata, aunque él no creía que eran inspirados,
como veremos.
El Capítulo 10 de
Esther, en nuestras versiones tiene solamente tres versículos; en la
Vulgata tiene 13 versículos; pero entre los versículos 3 y 4 hay una cita
de San Jerónimo, que dice: "He traducido con toda
fidelidad lo que se halla en el hebreo. Lo que sigue lo he hallado escrito
en la edición Vulgata". Al empezar el
capítulo 11 de Esther, que es el primero de los seis capítulos añadidos al
libro, hay otra nota de San Jerónimo que dice:
"Este era el principio del libro de Esther, en la edición Vulgata; pero no
se halla ni en el hebreo, ni en ninguno de los otros traductores".
En el capítulo 13 de
Esther, hay otra nota de San Jerónimo que dice:
"Esto no se halla en el texto hebreo, ni en ninguno de los traductores".
Al comienzo del capítulo 15, dice otra nota:
"también hallé estas adiciones en la Vulgata".
En el libro del profeta Daniel, en el capítulo 3, entre los
versículos 23 y 24 hay una nota de San Jerónimo que dice :
" lo que sigue no lo hallé en los códices hebreos".
Al final del capítulo 12 y principios del 13 hay otra nota que dice: "Lo
que sigue se halla trasladado de la edición Teodoción".
En la introducción del
libro apócrifo de Tobías, dice la nota, que hoy tiene la Vulgata, versión
castellana de Torres Amat: "como en el antiguo
canon de los libros sagrados, que tenían los
judíos, no se comprendían sino los libros santos escritos en hebreo y esta
historia fue escrita en lengua caldea; por eso no estaba este libro en el
antiguo catálogo que de las Santas Escrituras tenían los judíos".
En la nota general
introductoria del libro de Esther, dice así: "San
Jerónimo tuvo por dudosos los últimos seis capítulos, por no haberlos
hallado en el texto hebreo; y hasta el papa Sixto V siguieron muchos
católicos esta opinión".
¿Qué opinión?, la de
no aceptar como inspirados los apócrifos. En la nota introductoria a
Daniel, dice la edición vulgata actual (versión castellana de Torres
Amat): "Algunos
escritores manifestaron dudar de la autenticidad de tres partes de este
libro...porque estas tres partes no se hallan en el texto hebreo".
El Abate Du-Clot, en su
gran obra titulada "Vindicias de la Biblia" dice en la página 561,
en relación con los capítulos añadidos a Daniel lo siguiente:
"San Jerónimo, en su Apología contra Rufino, libro
segundo, refiere que los judíos, tenían el contenido de estos capítulos
como fábula rabínica". Y el mismo Du-Clot, añade:
"San Jerónimo y algunos otros han dudado sobre
estos dos capítulos (13 y 14) de Daniel".
San Jerónimo en su "Prologus
Galetaus", después de nombrar los 39 libros que todos reconocemos,
añade: "Por tanto la Sabiduría, el libro de
Jesús, hijo de Sirac (el Eclesiático), Judith y Tobías, no están en el canon".
Según H.M.
Seymour, en su libro, "Noche con los Romanistas"
(año 1855) página 364, dice que el prefacio que
San Jerónimo escribió a los libros de las Crónicas, dice:
"La iglesia desconoce los libros Apócrifos; por
tanto debemos acoger a los hebreos, de los cuales el Señor habla y sus
discípulos tomaron ejemplos. Todo cuanto no esté en aquellos libros
hebreos debemos desecharlo". El mismo autor, Seymour, afirma
que en el prefacio de Jerónimo a los libros de Salomón, entre otras cosas
dice: "Tobías, Judith y los libros de los
Macabeos, la Iglesia los lee en verdad, pero no los recibe entre los
escritos canónicos".
El antes citado Abate
Du-Clot, en la página 486 de su ya citada obra, refiriéndose al libro de
Tobías dice: "Orígenes, en su carta a Africano,
dice que el libro de Tobías, lo mismo que el de Judith, estaban colocados
por los judíos en la clase de los apócrifos".
El hecho de que una
autoridad en el seno de la Iglesia Romana, como el Abate Du-Clot se vea
obligado en conciencia a decir que el más erudito de todos los doctores de
la Iglesia y algunos más han dudado de la inspiración de ciertas partes de
la actual Vulgata, es tanto como decir que no admitieron partes de la
Biblia, que hoy acepta la Iglesia de Roma, Biblia sancionada por obra y
gracia de un concilio celebrado mil años después de San Jerónimo.
Téngase en cuenta
también la nota antes citada, tomada de la introducción al libro de
Esther, en la actual Vulgata, versión castellana de Torres Amat, donde
dice: "Hasta el papa
Sixto V, siguieron muchos católicos esta opinión", de San
Jerónimo contra los apócrifos.
El ya citado Abate Du-Clot,
en su libro página 468, hablando del libro de Tobías dice:
"Este libro no se halla en el canon
de los judíos..., mas no por eso dejan ellos de respetarlo como historia".
Notadlo bien; es un
católico el que dijo esto. Para los Cristianos sigue siendo una historia
nada más.
¿COMO ENTONCES FUERON
ADMITIDOS POR LA IGLESIA ROMANA?.