martes, 2 de abril de 2013

LIBROS APOCRIFOS O HISTORICOS EN EPOCAS CRISTIANAS

Los libros llamados APOCRIFOS
por Domingo Fernández Suarez
(reproducido con permiso)
En ciertas ocasiones el clero romano acusa a los evangélicos de que las versiones de la Biblia de éstos están "truncadas" y que las Biblias llamadas "evangélicas" son diferentes a las católicas. Para muchos, la verdad sobre el tema, es un enigma. Es mi propósito en el presente estudio, aclarar, hasta donde me sea posible, esta cuestión.
La versión oficial de la iglesia Romana, es la Vulgata.
Las versiones evangélicas constan de 66 libros, pero la Vulgata, tiene 73. En el Nuevo Testamento no hay ninguna diferencia, pero no ocurre lo mismo en el Antiguo. La Vulgata contiene los mismos 66 libros que constituyen nuestras versiones; pero además tiene añadidos los siguientes libros y capítulos:
LIBROS: Tobías, Judith, la Sabiduría, el Eclesiástico, Baruc y los dos libros de Macabeos.
CAPÍTULOS Y VERSÍCULOS: El capítulo 10 del libro de Esther, tiene añadidos 10 versículos y además 6 capítulos completos. Así que el libro de Esther, en la Vulgata tiene 16 capítulos. El capítulo 3 del profeta Daniel, tiene añadidos 66 versículos, desde el 24 al 90, y además dos capítulos completos, el 13 y el 14, que cuentan las leyendas de Susana, y Bel y el Dragón. Estos libros y porciones adicionales que se hallan en la versión "Vulgata", se les llama los "apócrifos". La palabra apócrifo significa "algo que es fabuloso, no auténtico, supuesto o fingido".
I. ¿Cómo llegaron estos libros a formar parte de la Vulgata?.
De las antiguas versiones de la Biblia, la más notable es la llamada "septuaginta", o versión de los 70. Se le llamó así porque se cree que fue traducida del Hebreo al Griego, por 70 hombres, los que según H.B. Pratt, autor de la Versión Moderna, eran todos judíos Egipcios. Estos 70 realizaron su trabajo con el apoyo del rey Egipcio Tolomeo Filadelfo, que reinó de 285 a 247, antes de Cristo.
¿Qué propósito movió a estos 70 a realizar dicho trabajo?.
Según unos, fue el deseo de los judíos que habían nacido fuera de Palestina, de tener una traducción de los libros considerados como sagrados, en su propia lengua nativa, el griego.
Según otros, los 70 emprendieron por encargo directo del rey Tolomeo, gran admirador de las letras y fundador de la gran biblioteca de Alejandría, con el propósito de tener en ella una versión de los libros hebreos de la época. Esta opinión parece ser la más fuerte.
Sea cual fuere el motivo que movió a los 70, lo cierto es que ellos tradujeron al griego más libros que los que eran considerados como inspirados por los judíos de Palestina; y con el tiempo esta versión griega llegó a tener añadidos 15 libros, llamados apócrifos cuyos nombres damos a continuación.
  • 3 Libros (1,2 y 3) Los Macabeos.
  • 2 Libros 3 y 4 de Esdras
  • 1 Libro Tobías
  • 1 Libro Judith
  • 1 Libro Baruc
  • 1 Libro La Sabiduría
  • 1 Libro El Eclesiástico
  • 1 Libro La oración de Manasés
  • 1 Libro La Epístola de Jeremías
  • 1 Libro Enoc
  • 1 Libro Los Jubileos
  • 1 Libro La ascensión de Isaías
Algunos de estos libros fueron escritos muchos años después de Tolomeo Filadelfo, por ejemplo Los Macabeos y Enoc.
La Septuaginta, aunque en general buena, tenía sin embargo, grandes defectos. Los 70, parece que tradujeron los libros de la ley con bastante fidelidad, pero en el resto del Antiguo Testamento, se permitieron variar un poco el texto original según su criterio. Las Cronologías especialmente no concuerdan con el texto original hebreo. Esta versión griega del Antiguo Testamento, compuesta por 53 o 54 libros llegó a tener gran circulación entre los judíos dispersos por todas las colonias fuera de Palestina y en cuyas provincias se hablaba el griego.
En un librito titulado "¿QUE ES LA BIBLIA?", escrito por M. Charles, y publicado con licencias eclesiásticas por la editorial católica Difusión, Avenida de Mayo 1035, Buenos Aires, dice así en la página 26: "En la época de Jesucristo y de los Apóstoles, Jerusalén tenía su Biblia Hebrea (texto original :39 libros, mas 7 igual a 46." Este lenguaje en un libro católico y con licencias, no debemos pasarlo por alto. Es un católico romano, quien afirma que en tiempos de Jesús, el texto original de la Biblia de los judíos que permanecían más o menos fieles a la doctrina ortodoxa estaba compuesta oír 39 libros, ni uno más , ni uno menos.
II. ¿Cómo fueron considerados?.
Según las investigaciones de algunos eruditos, entre ellos Ohler y Frankel, los judíos de Alejandría usaban la Septuaginta, porque era la que tenían directamente a su alcance, pero dicen, que ellos no admitían los apócrifos, como parte del Canon de los libros inspirados. Por otra parte es un hecho que en Alejandría había judíos que habían dejado de ser ortodoxos, para caer en un liberalismo extremado.
Hay fundadas razones para creer que los apóstoles usaron la versión de los 70. De las 280 citas o referencias, que del Antiguo Testamento, se hallan en el Nuevo, 265 concuerdan mejor con el texto griego de la Septuaginta que con el texto original hebreo. Pero es un hecho sintomático notable que si los apóstoles usaron dicha versión no han citado ni una palabra de un libro Apócrifo. El primer escritor que citó un libro apócrifo fue Ireneo, el año de 180 de nuestra Era.
El hecho de que los cristianos primitivos se guiaban por la Septuaginta, suscitó los prejuicios de los judíos de aquellos tiempos quienes acusaron a los cristianos, de utilizar una versión adulterada del Antiguo Testamento.
Hacia el año 150 , un judío del Ponto (Asia Menor), llamado Aquila, hizo una traducción, servilmente literal del texto hebreo; para oponerse a la septuaginta. Esta versión de Aquila, se usaba el año 177, y fue la versión oficial de los judíos que hablaban el griego, en todas las colonias. Los cristianos respondieron, primero , con la revisión de la septuaginta, por Teodosio, un cristiano Ebionita, allá por el año 185 y más tarde con una excelente traducción del hebreo, llevada a cabo por Símaco, mas o menos el año 200 y cuyo trabajo se conoce como la "versión de Simaco".
La más antigua de las versiones latinas (en latin) de que se tiene conocimientos es la versión "Itala", una traducción de la septuaginta al latín. Pero aquí hay un hecho que debemos considerar: De los 15 libros apócrifos, que figuraban agregados en la versión de los 70, pasaron a "La Itala" 10 y fueron excluidos cinco que son:
  • La Ascensión de Isaías
  • Los Jubileos
  • La Epístola de Jeremías
  • El 3 de Macabeos y Enoc.
Los persistentes ataques de los judíos a los libros apócrifos que seguían figurando en la mayoría de las Biblias utilizadas por los cristianos, hizo que varios de los llamados padres de la Iglesia, estudiasen a fondo la cuestión de los "apócrifos", llegando a la conclusión de que efectivamente no eran inspirados y que se les podía dar más crédito que el que debía recibir un libro devocional o histórico cualquiera.
Un Sínodo reunido en Laidocea en el año 363, prohibió la lectura de los Apócrifos en las iglesias y dio una lista de los libros considerados como inspirados en la que se aceptaban solamente los 39 que vienen figurando en nuestras versiones y de cuya autenticidad nadie duda.
En el año 397, se reunió un Sínodo en Cartago (Africa), bajo la influencia de Agustín y este sínodo parece que dio su aprobación a los 10 libros, considerados apócrifos, aunque atribuyéndoles un grado inferior de inspiración, que a los 39 de nuestras Biblias. Pero, téngase en cuenta que tal decisión era contraria a la de otro sínodo celebrado 37 años antes, en Laodicea. Además no reconocieron los Apócrifos como inspirados:
  • San Hilario de Poictiers
  • Cirilo de Jerusalén.
  • Epifanio.
  • Gregorio Nacianceno.
  • El papa Gregorio I.
  • Beda, llamado el venerable.
  • Hugo de San Victor.
  • El Cardenal Hugo.
  • Nicolás Lira y los cardenales Jiménez y Cayetano.
Antes del año 400, se habían dado a los menos 10 catálogos, o listas de los libros considerados inspirados, y en ninguno se encuentran los libros apócrifos. Las listas son de:
  • Melitón de Sardis año 177.
  • Orígenes año 230
  • Atanasio año 326
  • Cirilo año 348
  • Hilario de Poictiers año 358
  • El sínodo de Laoidicea año 363
  • Gregorio Nacianceno año 370
  • Anfiloquío año 395
  • Jerónimo año 395
El manual bíblico Católico, citado por el profesor Samuel Palome que en el Tomo I página 81, dice que el Canon Alejandrino contenía los libros apócrifos, que siempre fueron rechazados por los judíos de Palestina, y que fueron añadidos después de formado el canón hebraico.
Este canon se atribuye comúnmente a Esdras, Malaquías y algunos otros.
El papa Dámaso encargó a Jerónimo la revisión de la versión Vulgata, porque se dio cuenta que ésta tenía errores; pero San Jerónimo, después de emprendido el trabajo de revisión, comprendió que era más fácil hacer una traducción directa del hebreo, y al efecto se fue a Palestina y trabajó en la traducción del Antiguo Testamento durante 14 años, en el pueblo de Belén, cuna del rey David.
En cuanto a los apócrifos San Jerónimo no los pudo traducir del hebreo, porque no se conocían sus originales y la mayoría ni siquiera fueron escritos en hebreo. Jerónimo lo que hizo, con una o dos posibles excepciones, fue copiarlos de la Antigua Vulgata, aunque él no creía que eran inspirados, como veremos.
El Capítulo 10 de Esther, en nuestras versiones tiene solamente tres versículos; en la Vulgata tiene 13 versículos; pero entre los versículos 3 y 4 hay una cita de San Jerónimo, que dice: "He traducido con toda fidelidad lo que se halla en el hebreo. Lo que sigue lo he hallado escrito en la edición Vulgata". Al empezar el capítulo 11 de Esther, que es el primero de los seis capítulos añadidos al libro, hay otra nota de San Jerónimo que dice: "Este era el principio del libro de Esther, en la edición Vulgata; pero no se halla ni en el hebreo, ni en ninguno de los otros traductores".
En el capítulo 13 de Esther, hay otra nota de San Jerónimo que dice: "Esto no se halla en el texto hebreo, ni en ninguno de los traductores". Al comienzo del capítulo 15, dice otra nota: "también hallé estas adiciones en la Vulgata". En el libro del profeta Daniel, en el capítulo 3, entre los versículos 23 y 24 hay una nota de San Jerónimo que dice : " lo que sigue no lo hallé en los códices hebreos". Al final del capítulo 12 y principios del 13 hay otra nota que dice: "Lo que sigue se halla trasladado de la edición Teodoción".
En la introducción del libro apócrifo de Tobías, dice la nota, que hoy tiene la Vulgata, versión castellana de Torres Amat: "como en el antiguo canon de los libros sagrados, que tenían los judíos, no se comprendían sino los libros santos escritos en hebreo y esta historia fue escrita en lengua caldea; por eso no estaba este libro en el antiguo catálogo que de las Santas Escrituras tenían los judíos".
En la nota general introductoria del libro de Esther, dice así: "San Jerónimo tuvo por dudosos los últimos seis capítulos, por no haberlos hallado en el texto hebreo; y hasta el papa Sixto V siguieron muchos católicos esta opinión".
¿Qué opinión?, la de no aceptar como inspirados los apócrifos. En la nota introductoria a Daniel, dice la edición vulgata actual (versión castellana de Torres Amat): "Algunos escritores manifestaron dudar de la autenticidad de tres partes de este libro...porque estas tres partes no se hallan en el texto hebreo".
El Abate Du-Clot, en su gran obra titulada "Vindicias de la Biblia" dice en la página 561, en relación con los capítulos añadidos a Daniel lo siguiente: "San Jerónimo, en su Apología contra Rufino, libro segundo, refiere que los judíos, tenían el contenido de estos capítulos como fábula rabínica". Y el mismo Du-Clot, añade: "San Jerónimo y algunos otros han dudado sobre estos dos capítulos (13 y 14) de Daniel".
San Jerónimo en su "Prologus Galetaus", después de nombrar los 39 libros que todos reconocemos, añade: "Por tanto la Sabiduría, el libro de Jesús, hijo de Sirac (el Eclesiático), Judith y Tobías, no están en el canon".
Según H.M. Seymour, en su libro, "Noche con los Romanistas" (año 1855) página 364, dice que el prefacio que San Jerónimo escribió a los libros de las Crónicas, dice: "La iglesia desconoce los libros Apócrifos; por tanto debemos acoger a los hebreos, de los cuales el Señor habla y sus discípulos tomaron ejemplos. Todo cuanto no esté en aquellos libros hebreos debemos desecharlo". El mismo autor, Seymour, afirma que en el prefacio de Jerónimo a los libros de Salomón, entre otras cosas dice: "Tobías, Judith y los libros de los Macabeos, la Iglesia los lee en verdad, pero no los recibe entre los escritos canónicos".
El antes citado Abate Du-Clot, en la página 486 de su ya citada obra, refiriéndose al libro de Tobías dice: "Orígenes, en su carta a Africano, dice que el libro de Tobías, lo mismo que el de Judith, estaban colocados por los judíos en la clase de los apócrifos".
El hecho de que una autoridad en el seno de la Iglesia Romana, como el Abate Du-Clot se vea obligado en conciencia a decir que el más erudito de todos los doctores de la Iglesia y algunos más han dudado de la inspiración de ciertas partes de la actual Vulgata, es tanto como decir que no admitieron partes de la Biblia, que hoy acepta la Iglesia de Roma, Biblia sancionada por obra y gracia de un concilio celebrado mil años después de San Jerónimo.
Téngase en cuenta también la nota antes citada, tomada de la introducción al libro de Esther, en la actual Vulgata, versión castellana de Torres Amat, donde dice: "Hasta el papa Sixto V, siguieron muchos católicos esta opinión", de San Jerónimo contra los apócrifos.
El ya citado Abate Du-Clot, en su libro página 468, hablando del libro de Tobías dice: "Este libro no se halla en el canon de los judíos..., mas no por eso dejan ellos de respetarlo como historia".
Notadlo bien; es un católico el que dijo esto. Para los Cristianos sigue siendo una historia nada más.
¿COMO ENTONCES FUERON ADMITIDOS POR LA IGLESIA ROMANA?.

Dios te mandó a tomar lo que te dio, no a sacar conclusiones

conquistar¿Saben cuál es el problema de los cristianos? Dicen la palabra de fe pero no la piensan. Dicen: “todo me saldrá bien”, pero por dentro se dicen a sí mismos: “Ni Dios me saca de esto…” Y tú “te casas con tus pensamientos”. Algunos se tienen que “divorciar de sus pensamientos”; otros tienen que “dejar a su amante”, porque están casados con los pensamientos de Dios, pero cada tanto “se acuestan con los pensamientos negativos”: “me va a ir todo mal…” y después vuelven con la esposa: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, y así viven continuamente.
Cuando sos rico en tu mente, toda tu realidad exterior terminará obedeciendo a tu realidad interior; que son los pensamientos de Dios

¿Recuerdan la historia de Josué y Caleb cuando estaban por entrar a la tierra prometida? El pueblo vivía permanentemente entre dos pensamientos.

Israel sale de Egipto con todo el oro, están por entrar a la Tierra Prometida, Dios le dijo a Moisés: “envía hombres que reconozcan la tierra, la cual yo doy a los hijos de Israel”.

 Y mandan a  doce espías para que investiguen la tierra, allí había de todo, era una tierra fructífera, que les brindaba todas las posibilidades para progresar y tener una vida placentera. Pero también había hombres gigantes que al verlos, los espías se sintieron intimidados y disminuidos, por eso dijeron: “y éramos nosotros a nuestro parecer, como langostas, y así les parecíamos a ellos”. Y el resultado final fue que el pueblo dijo: “no vamos a entrar”.

Cuando Jesús resucitó, la primera que lo vio fue María Magdalena y fue a avisar a los discípulos y entonces Pedro y Juan salieron corriendo. Juan al ser más joven llega primero porque es veloz.
 La fe es veloz para creerle rápido a Dios, para levantarme rápido, para reaccionar rápido, para decidir rápido, ¡para arrebatar rápido!¡Hay que estar activo!
Pero Juan no entró, Pedro sí entró. Pedro representa la otra fase de la fe:
¡El riesgo! Necesitamos gente arriesgada que se anime a entrar a la tumba oscura, para luego hablar de la resurrección ¡Hay que correr con alguien!

Los israelitas aunque ya no eran esclavos, tenían marcado en el corazón la mente de esclavos. Egipto representa el sistema que te quiere para él, que te genera altivez y soberbia; para destruirte la infancia, la niñez, la pubertad, la juventud, toda tu vida. Ellos aún estaban atados a ese sistema, por eso querían volver atrás.

La voz del espíritu debe ser más fuerte que la voz del alma
 Allí estaban también Josué y Caleb, los cuales habían participado en la exploración de la tierra. Ellos dijeron: “la tierra que recorrimos y exploramos es increíblemente buena (llena de frutos, los racimos pesaban de cuatro a cinco kilos, también había leche y miel).

Ellos dijeron: “Si el Señor  se agradare de nosotros, nos hará entrar en ella. Así que no se rebelen contra el Señor  ni tengan miedo de la gente que habita en esa tierra (gigantes) ¡porque son pan comido! No tienen quién los proteja, porque el Señor está de parte nuestra. Así que, ¡avancemos!”

Tu espíritu siempre sabe algo que tu mente no puede capturar.
 Muchas  veces estamos en apuros, perseguidos, y por nuestra cabeza pasan un montón de ideas o frases totalmente diferentes a las de nuestro espíritu.

 El alma quiere gobernar nuestro ser. Cuando esto ocurre somos almáticos, porque el alma le quiere decir a nuestro espíritu lo que debe “sentir”, “creer”, “decir”, etc., y termina aprisionando al espíritu, lo ahoga y lo ata. Esto explica que cuando tenemos problemas emocionales nuestro espíritu sea aprisionado y no podamos adorar, orar, ni servir a Dios con libertad.
Entonces se debe “cortar” o “separar” el alma del espíritu (He.4.12), para que así el espíritu pueda gobernar y sea fortalecido para que tome control de nuestra alma.

¿Quiere decir entonces que mi alma no sirve? Por el contrario: debo amar a Dios con toda mi alma, mi hambre espiritual nace también en el alma, cuando escucho, la Palabra entra por mi alma hasta mi espíritu.

Hay gente que vendrá “con mala onda” y te hablará de los gigantes, pero hay algo que tú puedes hacer: rechazarlos y no bloquearte a través de esos pensamientos de derrota.
No permitas que los problemas te bloqueen. Permite que tu espíritu comience a hablar más fuerte, ¿sabes por qué hay gigantes en el lugar que Dios te prometió? ¡Para que cuiden la tierra que ya es tuya!

Poderoso es Dios para derribar esas fortalezas mentales y que seamos libres
Cuando alguien llegue con un espíritu negativo, dile: “No me hables más de lo negativo, sé que no tengo suficiente dinero, ni tengo trabajo, sé que estoy enfermo, lo he visto; pero me niego a hablar de eso porque mi mente dice una cosa pero mi espíritu dice otra:
“Dentro de poco voy a tener la victoria, que no estoy desamparado, porque Cristo está conmigo”

Tienes que dejar a tu amante mental porque estás casado con los pensamientos de Dios. “Todo lo justo, todo lo bueno, todo lo puro, todo lo que es digno de alabanza, en esto pensad”. Tú puedes declarar y gritar en una reunión, pero si no tienes una mentalidad de fe, una mentalidad de milagro, una mentalidad de gloria, entonces no vas a salir de la pobreza, porque la pobreza es: estrechez mental y la escasez: es falta de recursos externos.

La escasez se alimenta de la pobreza. Porque la pobreza es una maldición mental de estrechez, que alimenta a la escasez. Por eso, lo primero que Dios hace es enriquecerte la mente.

Caleb y Josué entraron a la tierra prometida, vieron a los gigantes pero se negaron a hablar de ellos porque los gigantes les recordaban el pasado: “Egipto” y eso les imposibilitaba ver lo que venía por delante. Dios nos ha dado un espíritu de poder, de amor y de dominio propio; para tomar todo lo que pisemos.

Por eso cuando veas gigantes alrededor de tu vida, en tu territorio, será la señal de que llegaste a lo que Dios te prometió hace tiempo. ¡Ellos te cuidarán  esa tierra hasta que tú llegues para poseerla

EL VERDADERO SIGNIFICADO DE LA CRUZ


LA PRIORIDAD DE LA PACIFICACION

Desde el Ministerio El Amor que Vale

Predicación Titulada:

“La prioridad de la pacificación”

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Los diez mandamientos se describen claramente en la palabra de Dios, no hay ningún error y ninguna interpretación que dé lugar a la omisión de alguno de ellos:
diez mandamientos1.    No tengas otros dioses aparte de mí. Amar a Dios, no sólo sobre todas las cosas, sino sobre toda persona y sobre todo cuanto existe.

2.    No te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso.  Simple, no adoraras ningún tipo de imagen, no te inclinarás delante de nada ni de nadie, sólo ante Dios debemos postrar nuestras rodillas porque sólo Él, es digno de alabanza y adoración.

3.    No hagas mal uso del nombre del Señor tu Dios, pues Él no dejará sin castigo al que use mal su nombre. No demos un mal testimonio de la Divinidad y Naturaleza de nuestro Amado Padre Celestial, Él es Santo.

4.    Trabaja seis días y haz en ellos todo lo que tengas que hacer,pero el séptimo día es de reposo consagrado al Señor tu Dios. El día de reposo, el de descanso es para el Señor, para que disfrutes y compartas con los tuyos de su Divina Presencia.

5.    Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. Este mandamiento es hermoso, cuando eres buen hijo, sin duda eres un buen esposo o una buena esposa, un buen padre o una buena madre.

6.    No mates. No sólo dejar a alguien sin respiración es matar, también matamos cuando odiamos a nuestro prójimo, cuando le deseamos lo malo, cuando albergamos resentimiento en nuestro corazón, etc. “Todo el que odia a su hermano es un asesino, y ustedes saben que ningún asesino puede tener vida eterna”. 1 Juan 3:15.

7.     No cometas adulterio. Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio.” Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Mateo 5:27-28 (DHH).

8.     No robes. Ni a Dios, ni al prójimo. ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, toda la nación me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Malaquías 3:8-10 (RV 1960).

9.     No digas mentiras en perjuicio de tu prójimo. Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. Santiago 3:9-10 (NVI).

10.   No codicies la casa de tu prójimo: no codicies su mujer, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que le pertenezca. El resentimiento mata a los necios, la envidia mata a los insensatos. Job 5:2 (NVI).

No importa lo que te hayan enseñado a lo largo de tu vida, lo que importa es lo que dice la palabra de Dios, lee la Biblia y cumple con los mandamientos que el Señor nos enseña. Si tienes dudas lee Éxodo 20:1-17, Deuteronomio 5:7-21.

El Señor nuestro Dios nos mandó temerle y obedecer estos preceptos, para que siempre nos vaya bien y sigamos con vida. Y así ha sido hasta hoy.  Y si obedecemos fielmente todos estos mandamientos ante el Señor nuestro Dios, tal como nos lo ha ordenado, entonces seremos justos.”
Deuteronomio 6:24-25 (NVI).
 
¡Escudriñemos la palabra, no traguemos entero, cumplamos los verdaderos mandamientos del Señor!