viernes, 1 de octubre de 2010

¿NECESITA EL CRISTIANO OTRAS LEYES APARTE DE LA BIBLIA?

En Honduras recien se ha aprobado una ley que se llama LEY MARCO DE LA IGLESIA EVANGELICA; creen ustedes mis hermanos que una ley secundaria podrà estar por encima de la Santa Palabra de Dios. Bien dice la misma Palabra que estemos sujetos a nuestras autoridades, por lo menos para su servidor con la Biblia me basta y me sobra, pero como estamos en el mundo, aunque no seamos del mundo; debemos cumplir con las leyes de los hombres. Para nosotros los creyentes, estara por encima de la Biblia una Constituciòn de la Repùblica?

Esto a manera de reflexion, espero sus comentarios.

CRISTO EN LA FAMILIA

Cómo crecer en la fe


Verdad central: La fe en Dios crece mediante la disciplina y el servicio espiritual.

Texto áureo: Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros... por cuanto vuestra fe va creciendo (2.Tes..1:3).

Trasfondo bíblico: Mar. 1:14,15; 4:14-20; Luc. 17:5-10; Rom. 10:16,17; Col. 2:5-7; Judas 20,21.

La fe en Dios hace posible el llevar una vida cristiana triunfante y es un requisito indispensable si se ha de agradar a Dios. Es lo que nos permite creer que Él existe y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6). La fe cree en lo imposible porque "para Dios todo es posible" (Mateo 19:26).

La fe bíblica no es una fórmula mística y mágica que podamos usar para lograr todos nuestros deseos. Es una fuerza poderosa en nuestra vida para el servicio espiritual al Señor. La fe implica obediencia basada en la fe y la confianza en la Palabra, el carácter y las promesas de Dios. Mediante la fe, el Espíritu Santo da el poder, la confianza y la ayuda que necesitamos cada día a fin de vivir para el Señor

Comentario Bíblico

I. Crea la Palabra de Dios (Marcos 1:14,15; 4:14,20)

A. La Palabra de Dios anunciada

Jesús viajó desde Judea hasta Galilea después que Juan fue encarcelado (Marcos 1:14). A Juan el Bautista lo encarcelaron porque reprendió al rey Herodes por sus pecados, sobre todo el pecado que tenía que ver con Herodías, la esposa de su hermano (Lucas 3:19,20).

Jesús anunció las buenas nuevas del reino (vv. 14,15). Se requiere arrepentimiento y fe en Jesucristo para entrar en el reino de Dios.

Pregunta: ¿Qué significa arrepentimiento?

Arrepentimiento significa cambiar la mente y la actitud de uno, y apartarse del pecado y volverse a Dios. Una persona arrepentida debe lamentar sinceramente su pecado y cambiar su manera de vivir.

La fe incluye el confiar en Dios y depender de su perdón y su ayuda en la vida. El Señor quiere que todas las personas crean y se salven (2 Pedro 3:9).

En la parábola del sembrador (Marcos 4:3-20), la semilla representa la Palabra de Dios; el sembrador, el que predica el evangelio; y los terrenos, las distintas condiciones del corazón humano. Jesús presentó cuatro condiciones del corazón: duro, poco profundo, entre espinos y fructífero. El corazón duro resiste a la Palabra de Dios. El corazón superficial no tiene profundidad espiritual alguna. El corazón entre espinos permite que los afanes e intereses del mundo estorben la obra poderosa de la Palabra de Dios. El corazón fructífero está plenamente preparado para oír, recibir la Palabra y aplicarla a su vida. Ese corazón da una abundante cosecha espiritual para el Señor.

Es imprescindible que se siembre la Palabra de Dios. Tiene gran potencialidad porque origina cambios positivos en la vida de uno (véase Salmo 119:11,105; Juan 17:17). La Palabra de Dios es el fundamento sobre el cual las personas edifican toda su vida (véase Deuteronomio 8:3; Mateo 4:4). Jesús anunció el evangelio para que las personas se salvaran, le sirvieran y difundieran las buenas nuevas.

B. La Palabra de Dios creída

Pablo sabía que muchos de los israelitas habían rechazado el evangelio (Romanos 10:16). El Antiguo Testamento presenta muchas profecías de la venida del Mesías. Algunos que la rechazaron eran tercos, legalistas y duros de corazón, sin lugar en su vida para aceptar la gracia de Dios.

Se mostró esa gracia en los milagros de Dios, el sistema expiatorio, el ministerio sacerdotal y la provisión para su pueblo. Los que creyeron en la Palabra de Dios disfrutaron de sus promesas, su poder y su presencia en su vida. Anhelaban el día en que vendría el Mesías y establecería el reino de Dios y reinarían los justos. Hoy muchos rechazan las buenas nuevas del perdón y de la salvación de Dios.

Pregunta: ¿Por qué rechaza la gente el evangelio?

Algunos no creen en el infierno. Otros temen perder a sus amigos o renunciar a placeres terrenales. Muchos pasan por alto la necesidad de ayuda espiritual. Otros oyen el evangelio, pero no lo entienden y "viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón" (Mateo 13:19).

Cuando está preparado nuestro corazón, recibimos el evangelio y damos fruto. El crecer en la fe incluye el oír el evangelio anunciado (Romanos 10:17).

Pregunta: ¿Cómo podemos preparar el corazón para recibir la Palabra de Dios?

Debemos pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a creer. Además, tenemos que desear que la Palabra nos ayude a crecer en la fe (1 Pedro 2:2). El crecer en la fe abarca más que simplemente escuchar lo que la Biblia dice. Hay que entender y aplicar la verdad de Dios a todas las circunstancias de la vida. La Palabra de Dios resulta poderosa y eficaz cuando la creemos, aceptamos y aplicamos a la vida diaria (Hebreos 4:12).

Los cristianos tienen la responsabilidad de predicar el evangelio de Jesucristo. La fe "es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17La gente anda en busca de ayuda, sentido en la vida y satisfacción espiritual. Los cristianos tienen las respuestas en las buenas nuevas de Jesucristo. Él espera que les den sus buenas nuevas a los demás. La última orden que dio Jesús antes de su ascensión fue que se proclamara el evangelio (Mateo 28:18-20; Lucas 24:45-48).

Los cristianos sienten un gozo extraordinario cuando le hablan a alguien de Jesucristo y de su amor. Nuestra responsabilidad es hablar. El Señor es el que salva, perdona, sana y guarda a quienes aceptan su gracia. Pero las personas tienen que oír antes que puedan creer. ¡Nos corresponde a nosotros ir y hablarles de Jesucristo para que crean en Él!

II. Sirva al Señor (Lucas 17:5,6)

A. Fe fructífera

Lucas y Mateo transcribieron la enseñanza de Jesús acerca del perdón (Lucas 17:1-4; Mateo 18:21,22). Mateo indica que esa enseñanza se presentó debido a una pregunta que hizo Pedro.

Pedro consideró que siete veces era suficiente para perdonar algo malo que le hubieran hecho. Algunos rabinos de la época de Cristo enseñaban que se debía perdonar sólo tres veces. La respuesta de Jesús, "setenta veces siete", quería decir perdón ilimitado (Mateo 18:22). No hay límite alguno donde hay fe y amor genuinos.

Pregunta: ¿Por qué es a veces difícil perdonar?

La naturaleza humana nos hace difícil el perdonar a los demás. Algunos no han aprendido a perdonar y a librarse de rencores. Durante el discurso de Jesús acerca del perdón, los apóstoles le pidieron que les aumentara la fe (Lucas 17:5). Comprendían su falta de fe para perdonar como había enseñado Jesús. Como respuesta. Jesús puso de relieve la potencialidad y el poder de la fe (v. 6).

Pregunta: ¿Por qué es importante la fe para la vida cristiana?

La fe viva, poderosa y activa es el fundamento sobre el cual se edifica toda la vida cristiana. Una forma en que se ejemplifica eso es mediante el perdón que Jesús enseñó. La fe en Jesucristo se expresa en el servicio sincero y en la victoria espiritual.

Jesús comparó la fe con la semilla de mostaza (v. 6). La semilla de mostaza es pequeñita, pero crece hasta convertirse en árbol con grandes ramas y mucho fruto. Una pequeña cantidad de fe es eficaz para romper las cadenas de la falta de perdón. Jesús ilustró este concepto enseñando que una pequeña cantidad de fe podía arrancar de raíz un sicómoro y echarlo en el mar.

En esta ilustración. Jesús empleó una figura de dicción llamada hipérbole. Una hipérbole es una exageración de un concepto o una verdad para captar la atención y subrayar un punto importante. La proposición que estaba tratando de establecer era que una pequeña cantidad de fe, la fe que ya uno tiene, posee una potencialidad extraordinaria para los cristianos.

El sicómoro tiene fuertes raíces. Esa ilustración puso de relieve que una pequeña cantidad de fe es más poderosa que las raíces de la falta de perdón o la dificultad. Cuan emocionante es la verdad que se revela en este pasaje: Dios, deseando obrar en nuestra vida, responde a la fe que tenemos en Él, aun a la "fe [tan pequeña] como un grano de mostaza" (v. 6).

B. Deber constante

Pregunta: ¿Por qué hizo resaltar Jesús el deber constante?

En esa parábola Jesús hizo resaltar el deber de un siervo con su señor (Lucas 17:7-10). Un señor nunca serviría al siervo. Más bien esperaría que su siervo lo ayudara. Se supone que un siervo preste fielmente su servicio porque ese es su deber. Se pone de relieve ese principio muchas veces en la Biblia (Efesios 6:6,7).

El Señor espera fidelidad, ya sea que el servicio se haga en público o en privado. Los cristianos sirven sin considerar el reconocimiento, el aprecio ni los beneficios recibidos. La actitud del servicio cristiano debe ser amar a Dios y a las personas.

Pregunta: ¿Cómo contribuye a edificar nuestra fe el servir a Dios?

David tuvo la fe para derrotar a Goliat porque sabía cómo lo había ayudado Dios a derrotar al león y al oso (1 Samuel 17:37). A los discípulos se les reprendió por tener poca fe cuando interpretaron mal la advertencia de Jesús contra la levadura de los fariseo y de los herodianos (Marcos 8:14-21). Pensaron que estaba molesto porque no habían llevado pan. Jesús les recordó los milagros de alimentación de las multitudes.

La fe de los discípulos debió haber crecido gracias a esas experiencias de la milagrosa provisión de Dios. Pero no habían crecido aun lo suficiente en su fe y comprensión de Dios para reconocer que Él supliría para la necesidad. El recordar lo que ha provisto Dios en el pasado nos ayudará a creer en Él para lo que necesitamos hoy.

III. Practique disciplinas espirituales (Colosenses 2:5-7)

A. Progreso espiritual

Pablo nunca había estado en Colosas; sólo había oído de la fe de ellos en el Señor (Colosenses 1:4,9). Epafras, quien probablemente se salvara mediante el ministerio de Pablo en Éfeso, predicó en Colosas y ayudó a establecer aquella iglesia (v. 7).

Pablo exhortó a los cristianos colosenses que siguieran fieles al Señor (2:5-7). No quería que fueran engañados por las falsas doctrinas que se habían infiltrado en la iglesia. Pablo refutó esas doctrinas a lo largo de toda esa epístola.

Entre las falsas doctrinas que había en Colosas estaban el ritualismo (Colosenses 2:16,17); el ascetismo (v. 21); la adoración de ángeles (2:18); la interpretación equivocada de la naturaleza de Jesucristo (v. 3,9); el conocimiento secreto (v. 18); y confianza en la sabiduría humana (vv. 4,8). Aun en la actualidad hay personas que luchan con muchas de esas cuestiones.

En el mundo actual, muchos falsos maestros dicen tener poderes espirituales extraordinarios, anunciando un resonante mensaje positivo. Sin embargo, están lejos de las sanas enseñanzas de la Biblia. Los cristianos deben cuidarse de la falsa doctrina. Deben estar firmes en sus creencias para que no influya en ellos y los engañe la falsa enseñanza.

Pablo empleó imágenes conocidas para hacer resaltar la necesidad de crecimiento y estabilidad espiritual. Él empleó ilustraciones verbales alusivas a un ejército, un árbol, un edificio, una escuela y un río a fin de mostrar distintos aspectos del crecimiento cristiano.

Los términos "orden" y "firmeza" (v. 5), alude a un ejército debidamente alineado para la batalla. Los soldados deben estar adiestrados, preparados para la lucha, y deben obedecer las órdenes. También los cristianos deben estar preparados para la lucha espiritual (Efesios 6:10-18).

La palabra "arraigados" (Colosenses 2:7) es un término agrario. Nos recuerda un árbol enraizado, que crece robusto. De igual manera, un cristiano está arraigado al creer en Jesucristo y crece en la fe y lleva fruto (Juan 15:1-8).

La palabra "sobreedificados" (Colosenses 2:7) es un término arquitectónico. Indica que la construcción sigue en progreso. Eso puede alentar nuestra fe, sabiendo que Dios no ha terminado con nosotros todavía.

Empleando la frase "como habéis sido enseñados", Pablo presentó la idea de una escuela para ilustrar la necesidad de instrucción en la Palabra de Dios. El estudiar la Biblia con la iluminación del Espíritu Santo ayuda a los cristianos a crecer en la fe.

La última ilustración verbal que Pablo empleó para el crecimiento cristiano se encuentra en la palabra "abundando". Esa palabra sugiere un río desbordado. Los cristianos han de desbordarse con acción de gracias al Señor por sus bendiciones.

B. Edificación espiritual

Pregunta: ¿Por qué deben orar los cristianos?

El fundamento de una vida cristiana es su "santísima fe" (Judas 20). La oración resulta en edificación espiritual. Edificación significa crecer o fortalecerse.

La oración es más que pedirle al Señor que satisfaga nuestras necesidades. Oración es la comunión con el Señor en la que los creyentes buscan, aprenden y obedecen la voluntad de Dios (Hechos 4:23-31). Cuando los cristianos pasan tiempo con Jesucristo en la oración, se vuelven espiritualmente fuertes y están preparados para enfrentarse a las inesperadas dificultades de la vida.

La frase "orando en el Espíritu Santo" (v. 20) sin duda incluye el orar en lenguas, o como dicen algunos, empleando nuestro lenguaje de oración. Pero la Biblia no lo limita a eso.

Efesios 6:18 nos alienta a que oremos siempre con toda oración y con específica súplica en el Espíritu. Eso indicaría el orar en el Espíritu con nuestro entendimiento en nuestro propio idioma además de orar en lenguas. Asimismo, en 1 Corintios 14, Pablo habló de orar con el espíritu (en lenguas) y con el entendimiento (en un idioma conocido).

El Señor desea que sus hijos crezcan en la fe y que permanezcan en su amor hasta que los lleve al cielo (v. 21). Una fe creciente recibe la misericordia de Dios, y por último nos da vida eterna.

Aplicación

La fe proporciona un fundamento sobre el cual edificar nuestra vida espiritual e influye en toda nuestra manera de vivir. Mediante la fe, vivimos en una diaria expectativa de la bondad de Dios.

Esta lección ha descrito cómo podemos crecer en la fe cristiana mediante la disciplina y el servicio espiritual. La fe crece cuando activa y constantemente estudiamos la Biblia, oramos, crecemos en las pruebas y dependemos del Espíritu Santo. La fe mantiene a los cristianos en el amor y la misericordia del Señor. La fe es un requisito indispensable, porque sin ella no se puede agradar a Dios (Hebreos 11:6)

Debemos oír, entender y aplicar la verdad de Dios a nuestra vida. No debemos permitir que la dureza espiritual, las emociones ni el afán de este siglo estorben la potencialidad del evangelio en nosotros. La Palabra de Dios es eficaz en ayudar que la fe crezca y es el fundamento seguro sobre el cual se edifica la vida de uno.

Los creyentes deben mostrar crecimiento en la fe. El perdón es una forma de mostrar esa fe creciente. También se expresa mediante el fiel servicio cristiano. Además, cumplir nuestro deber indica genuino amor al Señor. Por último, una actitud agradecida caracteriza la fe creciente.

EVANGELISMO TEOCENTRICO

CAPÍTULO 11

LA IGLESIA Y LA TACTICA DEL EVANGELISMO

Tan sólo por la gracia del Espíritu Santo puede alguien nacer otra vez. De ahí se sigue que al considerar la táctica del Evangelismo, no debemos suponer que hay en el hombre natural algún bien espiritual que hace su corazón fértil a la semilla del Evangelio. Sólo cuando el Espíritu Santo le ha dado un corazón de carne en vez del corazón de piedra (Ezequiel 11:19), la simiente caerá en buena tierra y traerá fruto (Mateo 13: 8-23) ¿En qué sentido pues, debemos hablar de la táctica del Evangelismo? La naturaleza religiosa del hombre El hombre fue creado a la imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26); esto le distingue de las otras criaturas terrenas. Cuando el hombre cayó en pecado, la imagen de Dios, sufrió un incalculable daño; sin embargo no fue totalmente borrada.

Uno de los aspectos más prominentes de la imagen divina que han quedado en el hombre su "sensus divinitatis", o sea sentido de la divinidad, pero con toda seguridad, también este don ha sido corrompido; pues leemos que cambió la verdad de Dios por mentira y sirvió a la criatura antes que el Creador" (Romanos 1:25) Verdad en las religiones falsas La Historia de la religión busca respuesta a la pregunta de cómo se originó el sentimiento religioso; pero esto no puede ser determinado sobre una base histórica. La religión fue originada en tiempos prehistóricos, por lo tanto los historiadores han sido obligados a adoptar explicaciones psicológicas con respecto al origen de la religión. La única manera por la cual nosotros podemos obtener un conocimiento cierto de los hombres prehistóricos es por la revelación de Dios.

Sobre este asunto existen dos tendencias. La naturalista enseña que el hombre primitivo, de su propia iniciativa llegó a un conocimiento rudimentario de Dios y que en el curso de la historia, por medio de la recepción humana y la experiencia, el concepto fue purificado y ennoblecido. Se ha dicho que el monoteísmo es todo un desarrollo posterior, y que por eso el libro del Deuteronomio, que insiste en que hay un solo Dios (Deuteronomio 6:4) no puede haber sido escrito por Moisés. Las escrituras dicen que el primer hombre fue creado a la imagen del Creador y poseyó un verdadero conocimiento de Dios, así como justicia y santidad (Col. 3:10, Efesios 4:24). Sólo cuando cayó en pecado el conocimiento de Dios fue corrompido y esta situación fue restaurada después por la revelación sobrenatural.

Todas las religiones son falsas porque señalan a falsos dioses y falsos caminos de salvación. Todas las religiones del mundo son corrupciones de la verdadera religión original, y que hay una gran cantidad de elementos de verdad en tales religiones. Todas las religiones tienen dos creencias en común: la fe en un ser sobrenatural y la creencia en la inmortalidad del alma humana. A esto se debe añadir que tienen dos prácticas en común, la oración y las ofrendas. La Gracia común de Dios La Biblia enseña enfáticamente, que la bondad de Dios y aún su mayor amor se extiende a todas las criaturas racionales. "Bueno es el Señor para con todos" (Salmo 145:8-9). Las bendiciones de la naturaleza derramadas sobre todas las naciones son una evidencia de la gracia común de Dios. El señor Jesús mandó a sus discípulos: "Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos que hace que su sol salga sobre buenos y malos y llueva sobre justos e injustos (Mateo 5:34-45).

La revelación de Dios en la Naturaleza Tanto el orden material, como el espiritual, son revelaciones divinas y tienen en común el que ambas presentan los atributos del Creador. Por esto no es extraño que haya entre ellas analogías dignas de comparación. El orden natural ha sido trazado de acuerdo con el orden espiritual, no el espiritual según lo natural. La razón porque la Escritura habla de Dios como Padre, no es porque él se parece a los padres humanos, sino porque los padres humanos se parecen remotamente a Dios. La paternidad divina es desde la eternidad, antes de que existiesen padres humanos Dios era Padre. En su enseñanza el Señor Jesucristo hace mucho uso de las analogías que existen en el mundo natural con respecto al espiritual ¿qué es una parábola sino un relato natural con un significado espiritual?

La tarea del Evangelismo es espiritual, sin embargo, es buena táctica acercarse a quienes quieren evangelizar mostrándoles la existencia de Dios por medio de las obras de la Naturaleza. Yerran los que piensan que el evangelista sólo tiene que pensar en la salvación delas almas, prescindiendo de la salvación de los cuerpos. Adaptación misionera Es necesario decir que el misionero tiene que adaptarse al pueblo al cual quiere evangelizar. Tiene que hacer todas las renuncias necesarias a tal objeto, excepto a sus principios morales y espirituales. Aquel que era Dios verdadero "no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz" (Filipenses 2: 7-8).

CAPÍTULO 12

DIOS Y LOS MEDIOS DEL EVANGELISMO

La teología habla de los medios de gracia. Dios ha tenido a bien dar medios para traer a los pecadores a la fe y también los emplea para edificar a los santos en esta fe. En el primer caso los medios con la Palabra de Dios dada en la evangelización y en el último caso son la Palabra de Dios y los sacramentos divinamente instituidos. La fe y la Palabra de Dios La palabra de Dios es el único e indispensable medio por el cual el Espíritu Santo obra la fe en los corazones de los hombres. El conocimiento de la Palabra de Dios es un prerrequisito de la fe salvadora. Todo aquel que se confía al Salvador, lo hace a causa de su conocimiento de este Salvador, obtenido por medio de la Escritura ¿Cuánto conocimiento debe exigir el evangelista de aquel que desea unirse a la iglesia por medio de la profesión de fe? Saber que Jesucristo es el Hijo de Dios, el único Salvador por su muerte sustitutoria y Señor de todos.

En cuanto a su persona, debe saber que es un pecador que necesita salvación, que no puede salvarse a sí mismo y que la salvación es por la gracia del Trino Dios. La entrega personal a esta gracia es la esencia de la fe salvadora. Jesús equiparó la fe en Él con acudir a Él: "El que a Mí viene nunca tendrá hambre y el que en Mí cree no tendrá sed jamás" (Juan 6:36) El acudir para salvación al Cristo de la Palabra Santa, es en sí mismo un acto de fe. La Palabra de Dios y la conducta ejemplar Dios puede emplear para la salvación de las almas el Evangelio de verdad, predicado por boca de un infiel o un hipócrita. Sin embargo, el que enseña la Palabra de Dios a otro y no es hacedor de l a misma, no tiene derecho a esperar la bendición divina sobre su enseñanza, porque lo que hace contradice lo que enseña. Por otro lado, no es justo llegar a la conclusión de que una vida santa y ejemplar puede tomar el lugar del Evangelio y hacerlo superfluo.

Los que mantienen que un ejemplo de santidad puede sustituir el Evangelio, no están en el terreno bíblico. Está claro que aún cuando el evangelista tiene el sagrado deber de confirmar su mensaje con una conducta cristiana ejemplar, la vida santa no es un sustituto al evangelio hablado. La Palabra de Dios y la experiencia religiosa La convicción de pecado, el arrepentimiento hacia Dios y la fe en Cristo producen un crecimiento en santidad. La fe en Cristo y el crecimiento en Santidad, son todas ellas experiencias conscientes, a la vez que tan necesarias como lo es la regeneración. Sin embargo, la substitución de la experiencia religiosa por el Evangelio es un error muy serio. "La Palabra de Dios es viva y eficaz y más penetrante que una espada de dos filos que penetra hasta los corazones y llega a partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hebreos 4:12).

La Palabra de Dios y la oración Se habla a veces de la oración como un medio de gracia. Así debe de ser consideradas, pero no como un medio de gracia equivalente a la Palabra de Dios. La Palabra de Dios y la oración, son medios de gracia en un sentido diferente. Dios imparte su gracia salvadora mediante su Palabra como instrumento y también imparte la gracia salvadora en respuesta a la oración. El orar por la conversión de un alma y no hacer nada a favor de tal persona para llevarla al conocimiento del Evangelio de Jesucristo, es una abominación. Ser diligente en la salvación de perdidos y no orar a Dios que bendiga esta siembra de su Palabra en tales corazones para salvación, es una insensatez ya que sólo Dios, por el Espíritu Santo, puede traer por medio de su Palabra, la los pecadores al arrepentimiento.

CAPÍTULO 13

DIOS Y EL MENSAJE DEL EVANGELISMO

El Evangelio es Cristo-céntrico, del mismo modo que es Teocéntrico. Sin embargo, según la Teología Moderna, Jesús de Nazaret fue divino tan solamente en el sentido en que todos los hombres lo somos, con la diferencia de que la chispa divina ardió en él más brillantemente que en cualquier otro ser humano. El Evangelio del Arrepentimiento El llamamiento al arrepentimiento debe venir ante todo del Evangelismo. Sólo el que es oprimido por el pecado conocerá la necesidad de un Salvador. Sólo el que se sabe a sí mismo culpable y manchado correrá al Calvario para perdón y limpieza. Hay dos clases de arrepentimiento totalmente diferentes: Pablo escribió: "Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse, pero la tristeza del mundo produce muerte". (2ª. Corintios 7:10).

Calvino comentó así este pasaje: "La tristeza según el mundo es cuando los hombres, a consecuencia de severas aflicciones, se sienten oprimidos por la pesadumbre; mientras que la tristeza según Dios es la de aquel que mirando a Dios reconoce su propia miseria por haber perdido su favor. La primera procede solamente del amor a uno mismo y conduce a la muerte; la segunda está arraigada en la reverencia a Dios y resulta en arrepentimiento y salvación. Hay una gran diferencia entre arrepentimiento y remordimiento. El remordimiento puede apartar al pecador de Cristo (Judas Iscariote por su remordimiento se colgó) El arrepentimiento lo impulsa hacia él (Simón Pedro cuando negó al Señor lloró lágrimas de arrepentimiento). Hay una idea popular que el evangelista encontrará trabajo en disipar y es la de que el verdadero arrepentimiento puede venir demasiado tarde.

El arrepentimiento de corazón es indispensable para la salvación. Sin embargo, el arrepentimiento no tiene ningún mérito salvador ¿Cómo podría tenerlo si es en sí mismo un don de Dios? El Evangelio de la expiación El Evangelio no es en su esencia un mandato, sino Buenas Nuevas. La buena nueva de lo que Dios ha hecho por Cristo, para la salvación de los pecadores. Las buenas nuevas para el pecador son lo que Dios ha hecho para librarle del pecado y del infierno. La Teología Liberal ha falseado la doctrina escritural de la expiación. Dice que la muerte de Cristo tuvo como propósito reconciliar el hombre con Dios; pero no reconciliar a Dios con el hombre. Nunca debe ser olvidado que según la propia revelación en la Sagrada Escritura el Dios de amor infinito es también un Dios de absoluta justicia y su ira no puede ser detenida. Por su obediencia manifestada en su pasión que culminó con su muerte, Cristo pagó la pena del pecado. Pero hizo mucho más para los pecadores. Por su perfecta obediencia a la ley de Dios durante su vida terrena, les alcanzó justicia y vida eterna. "Por cuanto por la ofensa de uno vino el juicio sobre todos los hombres para condenación, por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida" (Romanos 5:18).

Cristo no sólo pago la deuda de los pecadores, sino que mereció, a favor de ellos, infinitas riquezas. El Evangelio de la Gracia La Naturaleza y la Historia son revelaciones valiosas de Dios, aunque no tienen nada que decirnos acerca de la salvación del pecado y la muerte espiritual. En cambio la Biblia, nos dice lo que todos los hombres necesitan saber sobre tan trascendental asunto. Lo que la Escritura tiene que decirnos acerca de la salvación se resume en el término: "Salvación por gracia". Esto no significa que el pecador no tenga responsabilidad en el asunto de la salvación. Deber creer en Cristo, pues Dios le hace responsable por su incredulidad. Sin embargo, la fe salvadora es un don de Dios. No puede ser negado que en el proceso de la salvación el creyente tiene el deber de obedecer, hasta el punto que es exhortado a ocuparse de su salvación con temor y temblor. Cuando obedece este mandato lo hace porque Dios mismo es el que obra en él, y le mantiene obrando el querer y el hacer según su buena volunta. (Filipenses 3: 12-13).

Dios el Padre salva Desde la fundación del mundo Dios escogió en Cristo a todos los que tendrían que heredar la Vida Eterna (Efesios 1:4) los escogió por su soberano amor; nadie puede arrebatarles de la mano de Cristo. A los que predestinó a estos también llamó y a los que llamó a estos también justificó, y a los que justificó a estos también glorificó (Romanos 8:30) El Hijo salva Por su perfecta obediencia al Padre, Cristo mereció justificación para los pecadores, vida eterna y gloria. El Hijo de Dios no sólo mereció la salvación, sino que también la otorga. El creer que un individuo dado será salvo o no dependiendo del ejercicio de su propia voluntad es un serio error, roba a Cristo su honor de Salvador haciendo al hombre su propio salvador. La muerte redentora de Cristo salva a todos los que han sido designados para ser salvos. Dios el Espíritu Santo salva Él aplica la salvación a los pecadores, él les da corazones de carne, en lugar de corazones de piedra (Ezequiel 11:9). Son nacidos de nuevo; y su segundo nacimiento procede del Espíritu (Juan 3:5 y 6) La fe salvadora es un fruto de la regeneración. Suponer que Dios obliga al pecador a creer es un absurdo.

Hay que enfatizar que la fe es desde el principio, un don de Dios por el Espíritu Santo. El Evangelio del Nuevo Nacimiento La razón porque las Escrituras no mandan a los no regenerados que nazcan ellos mismos a la vida, es evidente: Están espiritualmente muertos, es una prerrogativa divina traerlos a la vida, Dios Todopoderosos ejerce esta prerrogativa. Sin este segundo nacimiento espiritual, que solamente Dios puede efectuar, nadie puede llegar a la gloria de Dios. Es necesario distinguir entre la regeneración y la conversión. En el nuevo nacimiento, o regeneración el pecador es pasivo, en la conversión viene a ser activo. Según las palabras de Jesús: "El viento de donde quiera sopla y oyes su sonido, mas ni sabes de donde viene ni a donde va, así es todo aquel que es nacido del espíritu" (Juan 3:8), la regeneración tiene lugar en el subconsciente, pero la conversión es una experiencia consciente, pero la conversión es una experiencia consciente del hombre.

La regeneración es efectuada instantáneamente por el Espíritu Santo. En terminología teológica la regeneración es efectuada cum Verbo la conversión per Verbum. Y la conversión es una consecuencia, una manifestación del nuevo nacimiento. La Escritura nos dice que todo aquel que crea en Cristo será salvo, y es innecesario decir que la voluntad humana participa en el acto de la fe. "El que empezó en nosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo" (Filipenses 1:6). El Evangelio del Reino Los fundamentalistas y los modernistas han estado peleando acerca de si el mensaje del Evangelio es para la salvación individual o social. Muchos pensadores fundamentalistas, conscientes de que la sociedad está como una casa incendiada, muestran interés tan solamente en el rescate de individuos del fuego; no en apagarlo. El predicador modernista por el contrario, trata de extinguir el fuego, y espera hacerlo en beneficio del individuo que, según él, es producto de su época. La falta en el Evangelio social que predica el Modernismo no es que trata de remediar los males de la sociedad; sino que trata de hacerlo en un sentido totalmente opuesto al Cristianismo bíblico.

Prescindiendo de la evidente verdad que la sociedad nunca puede ser mejor que los individuos que la constituyen; trata de mejorar al individuo por medio d mejoras en la sociedad. Un Evangelio comprensivo El Evangelio es la historia de Jesús y su amor. Esta historia está saturada de sobrenaturalismos; por cuya razón los teólogos liberales la desechan, y la comúnmente llamada nueva Ortodoxia, la convierte en un mito o la pone fuera de la historia actual. La Biblia lo relata todo como una historia clara y positiva. El Evangelio es una doctrina, una invitación, una promesa, un llamamiento, una demanda y un mandato. Confiar en Cristo como Salvador y reconocerle como Señor, son inseparables.

Un Evangelio exclusivo El único Dios verdadero se ha revelado a si mismo, sobrenaturalmente e infaliblemente en la palabra escrita conocida por el nombre de Biblia; y en la palabra personal que es su hijo el Verbo de Dios. Todas las otras religiones enseñan la salvación por el esfuerzo humano. El Cristianismo sólo enseña salvación por la gracia de Dios. Todas las otras religiones dicen: "Haz y vivirás" El Cristianismo declara: "Vive y harás". Un Evangelio ofensivo Aún cuando el Evangelio desagrada al hombre natural, le es especialmente ofensivo en dos aspectos: la salvación es solamente por la Gracia de Dios, y sólo por Gracia; y el otro aspecto del Evangelio es su exclusivismo. Este Evangelio ofensivo debe ser proclamado sin el menor compromiso, ni adulteración.

CONFESION DE FE DE WESTMINSTER

CAPITULO 23: DEL MAGISTRADO CIVIL


I. Dios, el Supremo Señor y Rey de todo el mundo, ha instituido a los magistrados civiles para estar sujetos a Él, gobernando al pueblo para la gloria de Dios y el bien público; y con este fin les ha armado con el poder de la espada, para la defensa y aliento de los que son buenos, para el castigo de los malhechores. (1)

1. Romanos 13:1-4; 1 Pedro 2:13,14.

II. Es lícito para los cristianos aceptar y desempeñar el cargo de magistrado cuando sean llamados para ello; (1) en el desempeño de su cargo, deben mantener especialmente la piedad, la justicia y la paz, según las leyes sanas de cada estado, (2) así con este fin, bajo el Nuevo Testamento, pueden legalmente ahora hacer la guerra en ocasiones justas y necesarias. (3)

1. Proverbios 8:15,16; Romanos 13:1,2,4.

2. Salmos 2:10-12; 1 Timoteo 2:2; Salmos 82:3,4; 2 Samuel 23:3; 1 Pedro 2:13.

3. Lucas 3:14; Mateo 8:9,10; Hechos 10:1,2; Romanos 13:4; Apocalipsis 17:14,16.

III. Los magistrados civiles no deben tomar para sí la administración de la palabra y de los sacramentos; (1) o el poder de las llaves del reino de los cielos; (2) ni se entremeterán en lo más mínimo en asuntos de la fe. (3) Sin embargo, como padres cuidadosos es el deber de los magistrados civiles proteger la Iglesia de nuestro Señor común, sin dar preferencia a alguna denominación de cristianos sobre las demás, de tal modo, que todas las personas eclesiásticas, cualesquiera que sean, gocen de completa, gratuita e incuestionable libertad, para desempeñar cada parte de sus funciones sagradas, sin violencia ni peligro. (4) Y como Jesucristo ha designado un gobierno regular y una disciplina en su Iglesia, ninguna ley de estado alguno debe interferir con ella, estorbar o limitar los ejercicios debidos entre los miembros voluntarios de alguna denominación de cristianos conforme a su propia confesión y creencia. (5) Es el deber de los magistrados civiles proteger a la persona y buen nombre de todo su pueblo, de una manera tan efectiva que no se permita que ninguna persona, sobre pretexto de religión o por incredulidad cometa alguna indignidad, violencia, abuso o injuria a otra persona cualquiera; debiendo procurar además que todas las reuniones eclesiásticas y religiosas se lleven a cabo sin molestia o disturbio. (6)

1. 2 Crónicas 26:18.

2. Mateo 16:19.

3. Juan 18:36.

4. Isaías 49:23.

5. Salmos 105:15.

6. 2 Samuel 23:2; 1 Timoteo 2:1; Romanos 13:4.

IV. Es el deber del pueblo orar por los magistrados, (1) honrar sus personas, (2) pagarles tributo y otros derechos, (3) obedecer sus mandatos legales y estar sujetos a su autoridad por causa de la conciencia. (4) La infidelidad o la diferencia de religión no invalida la autoridad legal y justa del magistrado, ni exime al pueblo de la debida obediencia a él; (5) de la cual las personas eclesiásticas no están exentas; (6) mucho menos tiene el Papa algún poder o jurisdicción sobre los magistrados en sus dominios, ni sobre alguno de los de su pueblo; y mucho menos tiene poder para quitarles sus propiedades o la vida, si les juzgara herejes, o por cualquier otro pretexto. (7)

1. 1 Timoteo 2:1,2.

2. 1 Pedro 2:17.

3. Romanos 13:6,7.

4. Romanos 13:5; Tito 3:1.

5. 1 Pedro 2:13,14,16.

6. Romanos 13:1; 1 Reyes 2:35; Hechos 25:9-11; 2 Pedro 2:1,10,11; Judas 8-11.

7. 2 Tesalonicenses 2:4; Apocalipsis 13:15-17.

CAPITULO 24: DEL MATRIMONIO Y DEL DIVORCIO

I. El matrimonio ha de ser entre un hombre y una mujer; no es lícito para ningún hombre tener más de una esposa, ni para ninguna mujer tener más de un marido, al mismo tiempo. (1)

1. Génesis 2:24; Mateo 19:5,6; Proverbios 2:17.

II. El matrimonio fue instituido para la mutua ayuda de esposo y esposa; (1) para multiplicar la raza humana por generación legítima y la iglesia con una simiente santa, (2) y para prevenir la impureza. (3)

1. Génesis 2:18.

2. Malarias 2:15.

3. 1 Corintios 7:2,9.

III. Es lícito para toda clase de personas casarse con quien sea capaz de dar su consentimiento con juicio; (1) sin embargo, es deber de los cristianos casarse solamente en el Señor. (2) Y por lo tanto los que profesan la verdadera religión reformada no deben casarse con los incrédulos, papistas u otros idólatras; ni deben los que son piadosos unirse en yugo desigual, casándose con los que notoriamente son perversos en sus vidas o que sostienen herejías detestables. (3)

1. Hebreos 13:4; 1 Timoteo 4:3; Génesis 24:57,58; 1 Corintios 7:36-38.

2. 1 Corintios 7:39.

3. Génesis 34:14; Éxodo 34:16; Deuteronomio 7:3,4; 1 Reyes 11:4; Nehemías 13:25-27; Malaquías 2:11,12;

2 Corintios 6:14.

IV. El matrimonio no debe contraerse dentro de los grados de consanguinidad o afinidad prohibidos en la Palabra de Dios, (1) ni pueden tales matrimonios incestuosos legalizarse por ninguna ley de hombre, ni por el consentimiento de las partes, de tal manera que esas personas puedan vivir juntas como marido y mujer. (2)

1. Levítico 18; 1 Corintios 5:1; Amós 2:7.

2. Marcos 6:18; Levítico 18:24-28.

V. El adulterio o la fornicación cometidos después del compromiso, siendo descubiertos antes del casamiento, dan ocasión justa a la parte inocente para anular aquel compromiso. (1) En caso de adulterio después del matrimonio, es lícito para la parte inocente promover su divorcio, (2) y después de éste, puede casarse con otra persona como si la parte ofensora hubiera muerto. (3)

1. Mateo 1:18-20.

2. Mateo 5:31,32.

3. Mateo 19:9; Romanos 7:2,3.

VI. Aunque la corrupción del hombre sea tal que le haga estudiar argumentos para separar indebidamente a los que Dios ha unido en matrimonio; sin embargo, nada sino el adulterio o la deserción obstinada que no puede ser remediada, ni por la Iglesia ni por el magistrado civil, es causa suficiente para disolver los lazos del matrimonio. (1) En este caso debe observarse un procedimiento público y ordenado, y las personas involucradas en el no deben ser dejadas en su caso a su propia voluntad y discreción. (2)

1. Mateo 19:8,9; 1 Corintios 7:15; Mateo 19:6.

2. Deuteronomio 24:1-4.

CAPITULO 25: DE LA IGLESIA

I. La iglesia católica o universal, que es invisible, se compone del número de los elegidos que han sido, son o serán reunidos en uno, bajo Cristo la cabeza de ella; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que llena todo en todo. (1)

1. Efesios 1:10,22,23; 5:23,27,32; Colosenses 1:18.

II. La iglesia visible, que también es católica o universal bajo el evangelio (no está limitada a una nación como anteriormente en el tiempo de la ley), se compone de todos aquellos que en todo el mundo profesan la religión verdadera, (1) juntamente con sus hijos, (2) y es el reino del Señor Jesucristo, (3) la casa y familia de Dios, (4)

fuera de la cual no hay posibilidad ordinaria de salvación. (5)

1. 1 Corintios 1:2; 12:12,13; Salmos 2:8; Apocalipsis 7:9; Romanos 15:9-12.

2. 1 Corintios 7:14; Hechos 2:39; Ezequiel 16:20-21; Romanos 11:16; Génesis 3:15; 17:7.

3. Mateo 13:47; Isaías 9:7.

4. Efesios 2:19; 3:15.

5. Hechos 2:47.

III. A esta iglesia católica visible ha dado Cristo el ministerio, los oráculos y los sacramentos de Dios, para reunir y perfeccionar a los santos en esta vida y hasta el fin del mundo; y por su propia presencia y espíritu, de acuerdo con su promesa los hace eficientes para ello. (1)

1. 1 Corintios 12:28; Efesios 4:11-13; Isaías 59:21; Mateo 28:19,20.

IV. Esta iglesia católica ha sido más visible en unos tiempos que en otros. (1) Y las iglesias específicas que son parte de ella, son más puras o menos puras, de acuerdo como se enseñe y se abrace la doctrina del Evangelio, se administren los sacramentos y se celebre con mayor o menor pureza el culto público en ellas. (2)

1. Romanos 11:3,4; Apocalipsis 12:6,14.

2. 1 Corintios 5:6,7; Apocalipsis 2 y 3.

V. Las más puras iglesias bajo el cielo están expuestas tanto a la impureza como al error, (1) y algunas han degenerado tanto que han llegado a ser, no iglesias de Cristo, sino sinagogas de Satanás. (2) Sin embargo, siempre habrá una iglesia en la tierra para adorar a Dios conforme a su voluntad. (3)

1. 1 Corintios 13:12; Mateo 13:24-30,47; Apocalipsis 2 y 3.

2. Apocalipsis 18:2; Romanos 11:18-22.

3. Mateo 16:18; 28:19-20; Salmos 72:17; 102:28.

VI. No hay otra cabeza de la Iglesia sino el Señor Jesucristo; (1) ni puede en ningún sentido el Papa de Roma ser cabeza de ella. (2)

1. Colosenses 1:18; Efesios 1:22.

2. Mateo 23:8-10; 2 Tesalonicenses 2:3,4,8,9; Apocalipsis 13:6.

APUNTES DE HERMENEUTICA II

EL PUNTO DE VISTA HISTORICO

Al interpretar un documento es de primordial importancia descubrir quien fue su autor y

determinar la época, el lugar y las circunstancias en que escribió. Por consiguiente, el intérprete

debe tratar de olvidar el momento y circunstancias actuales y trasladarse a la posición histórica

del autor, mirar a través de sus ojos, darse cuenta del ambiente en que actuó, sentir con su

corazón y asir sus emociones. Aquí notamos el alcance del término “interpretación

histórico-gramatical”. Tenemos que apropiarnos no sólo la tendencia gramatical de las palabras y

frases sino, también, sentir la fuerza y la situación de las circunstancias históricas que, en alguna

forma, pudieron afectar al escritor. De ahí, también, puede deducirse cuán íntimamente

relacionado puede estar el objeto o designio de un escrito con la ocasión que sugirió su

producción. La individualidad del escritor, su medio ambiente, sus necesidades y deseos, su

relación para con aquellos para quienes escribió, su nacionalidad y la de ellos, el carácter de la

época en que escribió, -todas estas cosas son asuntos de la mayor importancia para una perfecta

interpretación de los varios libros de la Biblia. Especialmente debiera el intérprete tener un

concepto claro del orden de los acontecimientos relacionados con todo el curso de la historia sagrada,

tales como la historia contemporánea (hasta donde se pueda conocer) de las grandes

naciones y tribus de los tiempos patriarcales; los grandes poderes de Egipto, Asiria, Babilonia y

Persia, naciones con las cuales los israelitas estuvieron varias veces en contacto; el Imperio

Macedónico, con sus posteriores ramas tolemaicas y seleucidaicas (que infligieron muchas penas

al pueblo judío) y la conquista y dominio subsiguientes de los romanos. El exegeta debiera ser

capaz de situarse en cualquier punto de esta línea de la Historia, donde quiera que pueda hallar la

época de su autor; y desde allí asir vívidamente las remotas circunstancias. Debe buscar

familiaridades con las costumbres, vida, espíritu, ideas y ocupaciones de aquellas diferentes

épocas y tribus y naciones, para poder distinguir prontamente entre lo que perteneció a una y lo

que perteneció a otra. Con semejante conocimiento estará habilitado no sólo para trasportarse

con el pensamiento a una época dada sino, también, para evitar el confundir las ideas de una

época o raza con las de otra.

No es tarea fácil el despojarse del instante actual y transportarse a una época pasada. A

medida que avanzamos en conocimientos generales y alcanzamos una civilización más elevada,

inconscientemente pasamos más allá de las antiguas costumbres e ideas. Perdemos el espíritu de

los tiempos antiguos y nos llenamos con la generalización más amplias y los procedimientos más

científicos del pensamiento moderno. La inmensidad del universo, la vasta acumulación de los

estudios e investigaciones humanas, el influjo de grandes instituciones civiles y eclesiásticas y el

poder del sentimiento y opiniones tradicionales, rigen y modelan nuestro modo de pensar en una

medida de la que apenas nos damos cuenta. Arrancarse uno a sí mismo de estas cosas y volver,

con el espíritu, a las épocas de Moisés, David, Isaías, Esdras, Mateo y Pablo, y colocarse en el

punto de vista histórico de esos escritores a fin de ver y de sentir como ellos, -seguramente no es

tarea fácil. Sin embargo, si verdaderamente asimos el espíritu y sentimos la fuerza viva de los

antiguos oráculos de Dios, tenemos que recibirlos con una sensación análoga a la que experimentaron

los corazones de aquellos a quienes fueron dados de inmediato.

No pocos devotos lectores de la Biblia están tan impresionados con ideas exaltadas

acerca de la gloria y santidad de sus antiguos personajes, que se hallan expuestos a contemplar el

registro de sus vidas en una luz falsa. Para algunos es difícil creer que un Moisés y un Pablo no

conociesen los acontecimientos de épocas modernas. Hay quienes se imaginan que la sabiduría

de Salomón debió abarcar todo lo que el hombre puede saber. Piensan que Isaías y Daniel deben

haber discernido todas los acontecimientos futuros tan claramente como si ya hubieran ocurrido

y que los escritores del Nuevo Testamento deben haber sabido qué historia e influencia había de

tener en épocas posteriores la obra de sus vidas. En la mente de tales personas, los nombres de

Abraham, Jacob, Josué, Jefté y Sansón, están tan asociados con pensamientos santos y

revelaciones sobrenaturales, que medio se olvidan de que fueron hombres sujetos a las mismas

pasiones que nosotros. Una indebida exaltación de la santidad de los santos bíblicos es posible

que perjudique la correcta exposición histórica.

La vocación e inspiración divina de los profetas y apóstoles no anuló o hizo a un lado sus

potencias humanas naturales; y el intérprete bíblico no debe cometer el error de consentir que su

visión sea de tal manera deslumbrada por la gloria de la misión divina de aquellos hombres que

lo cieguen acerca de los hechos de la historia. La astucia y engaño de Abraham, así como de

Isaac y Jacob; las pasiones temerarias de Moisés y la brutalidad bestial de muchos de los jueces y

reyes de Israel, no son cosas que deban quererse esconder o disimular. Son hechos que el

intérprete debe reconocer debidamente; y cuanto más plena y vívidamente se dé uno cuenta de

esos hechos y los coloque en su verdadera luz y su aspecto real, tanto más exactamente

entenderemos el verdadero intento de las Escrituras.

En la exposición de los Salmos, una de las primeras cosas que hay que inquirir es el

punto personal en que el autor se coloca. De los poetas hebreos puede decirse como de los de

todas las otras naciones, que la interpretación de su poesía depende menos de la crítica verbal

que de la simpatía con los sentimientos del autor, el conocimiento de sus circunstancias y

atención al objeto y dirección de sus declaraciones. Hay que colocarse uno mismo en su

condición, adoptar sus sentimientos, dejarse llevar a flote con la corriente de sus sentimientos,

ser consolado con sus consolaciones, o agitado por la tormenta de sus emociones.

¡Cuánta vividez y realidad aparecen en las epístolas de San Pablo cuando las estudiamos

en conexión con el relato de sus viajes y labores apostólicos y los aspectos físicos y políticos de

los países por los cuales ha pasado! Desde este punto de vista cuán reales y llenas de vida son

todas las alusiones de sus epístolas. Debe buscarse cuidadosamente la situación y condición de

las personas e iglesias de que habla. Especialmente sus epístolas a los Corintios y las de su

prisión perderían la mitad de su interés y valor si no fuese por el conocimiento que otras

epístolas nos proporcionan acerca de personas, incidentes y lugares. Qué tierno encanto presta a

la Epístola a los Filipenses el conocimiento que tenemos de las primeras experiencias del apóstol

en aquella colonia romana, sus visitas posteriores a ella y el pensamiento de que la escribe en su

prisión, en Roma, mencionando frecuentemente sus cadenas (Fil. 1:7, 13, 14) y de las bondades

que los filipenses le habían manifestado (4:15-18).

Vemos, pues, que un buen canon de interpretación, debe tomar muy en consideración la

persona y las circunstancias del autor, la época y el sitio en qué escribió y la ocasión y los

motivos que le movieron a escribir. Y no debemos omitir el hacer investigaciones análogas

acerca del carácter, condiciones e historia de aquellos para quienes se escribió el libro que

estudiamos y de aquellos a quienes el libro menciona.

TEMAS PARA JOVENES

TEMA: “EL ESPÍRITU VRS LA CARNE, UNA LUCHA DIARIA”

TEXTO: ROMANOS 7: 1

INTRODUCCIÓN:

Si hablamos de luchas diarias no podemos dejar a un lado la lucha que mantiene nuestro espíritu con nuestra carne. La verdad es que antes cuando estábamos sin Cristo vivíamos conforme a los deseos de la carne y en la corriente de este mundo. Pero desde el mismo momento que abrimos nuestro corazón para que Jesús entrara en el, fuimos liberados de la esclavitud del pecado por lo cual comenzamos a percibir las cosas que son del Espíritu.

Tampoco voy a negar que ese mismo instante comenzó lo que personalmente denomino como “Lucha mano a mano entre la carne y el espíritu”, pero mas allá de esa lucha mano a mano que sostienen diariamente debe de existir en nosotros un deseo ferviente de agradar a Dios por cualquier medio, pues Él ha sido maravilloso para con nosotros.

Por esa razón quiero enfocar este tema a la lucha diaria que mantiene la carne contra nuestro espíritu, se que no te estoy hablando en otro idioma y tu mejor que nadie has de saber muy bien a que se le llama lucha entre la carne y el espíritu, pero si aun tienes duda a continuación te lo detallo.

LA CARNE. (La carnalidad es una forma de vida en que prevalece una actitud en esencia destructiva.)

Para que podamos entender un poco mejor esta posición tratare de explicártelo: en sentido figurado llamamos carne a la concupiscencia de querer cometer pecado, definitivamente todos somos atraídos por el pecado, desde el principio de la creación el pecado se presento al hombre como deseo de querer realizar algo que va en contra de lo que Dios ha estipulado.

Si decimos que una persona anda en la carne, nos referimos en su manera de vivir, en pocas palabras dando rienda suelta a sus deseos pecaminosos y olvidándose de agradar a Dios.

El pecado es atractivo para el ojo humano, pero detestable para Dios, es ahí en donde comienza lo que denomino “Lucha entre la carne y El Espíritu”

EL ESPÍRITU.

Todos nosotros somos seres tripartitos(1 Tesalonicenses 5:23), es decir que estas compuestos por espíritu, alma y cuerpo. El espíritu es el que se comunica con Dios, es decir que el que percibe las cosas que son de Dios y el que tiene como propósito agradarlo. En oposición a la carne, espíritu es, como reflejo de la gracia de Dios, una fuerza que da vida y la protege. Podemos contrastar la obra de la carne con el fruto del espíritu en la carta a los Gálatas.

Si decimos que una persona anda en el espíritu, nos referimos a que anda conformo a la voluntad de Dios, no satisfaciendo los deseos de la carne sino mas bien los de Espíritu de Dios.

LUCHA ENTRE LA CARNE Y EL ESPÍRITU.

Ahora bien teniendo una mejor perspectiva de la carne y es espíritu me imagino que sabes a lo que me refiero cuando digo “Lucha entre la carne y el espíritu”. En esta ocasión quiero orientar este tema a las luchas mas comunes entre los jóvenes cristianos y “cristianos”.

Entre las luchas que el espíritu tiene con la carne están:

La Música: Definitivamente que a nuestra carne le encantan los ritmos, alguien podría decir: ¿Por qué la música es mala?, la música en si no es mala, es mas, Dios la creo para ser alabado por medio de esta. Pero el enemigo siempre ha querido distorsionar los planes de Dios y ha orientado al hombre a crear música que no va con el objetivo de exaltar el nombre del Señor. Muchos jóvenes no se acerca a Dios y ponen de excusa la música, diciendo: “es que no puedo dejar la música”(refiriéndose a la música que el mundo ofrece), otros se han alejado de Dios al ser atraídos por la música que el mundo te ofrece. ¿Te das cuenta que algo tan fácil te esta robando la entrada al cielo?, no digo con esto que si escuchas música mundana te iras al infierno, porque no soy juez para juzgarte, pero con autoridad te puedo decir que no es agradable a Dios, pues su propósito no es que apoyes la música que no va dirigida a Él. ¿Sabes?, Dios te ha dotado de fuerza para poder resistir y vencer la batalla espiritual, tu puedes decir pensar que nunca podrás dejar de escuchar música que no alaba a Dios, pero la verdad es que no la dejas porque no quieres, no porque no puedas, la Biblia dice que TODO lo podemos en Cristo que nos fortalece, ¿Acaso será mentiroso Dios?, indiscutiblemente NO!!, entonces, ¿Por qué dices que no puedes?, no será que ¿No quieres?, examina tu corazón y date una respuesta a ti mismo(a).

Tu Vocabulario(Efesios 4:29): algo que sin duda tendríamos que cambiar al entregarle nuestro corazón a Dios es nuestra manera de hablar, pues muchos de nosotros hemos venido a los caminos de Dios con un vocabulario soez, del cual no salía nada bueno. Ahora en Cristo tenemos una lucha diariamente en contra de esas palabras que no son las de un hijo de Dios. Si tu eres un hijo de Dios y tu vocabulario parece el de un basurero, entonces tu lucha esta siendo ganada por la carne y no por el espíritu, debes de examinar que palabras están saliendo de tu boca y permite que Dios moldee tu vocabulario.

Nuestras “Amistades”: una de las luchas mayores que se ven entre los jóvenes son sus amistades, ya que por tratar de ser popular entre tu grupo, te olvidas de agradar a Dios y comienza a realizar ciertas acciones que si bien es cierto agradan a tus amigos, pero también desagradan a Dios. La lucha es diaria, no te digo que seas un aburrido, pero tampoco te digo que pisotees el Nombre de Jesús para quedar bien con tus amigos. Tu a lo mejor sabes que tus amistades te están hundiendo espiritualmente y no haces nada por evitarlo.

Un joven el otro día me decía que se sentía mal porque le ha fallado a Dios y que quizá Él ya se aparto de su vida, yo le pregunte que porque pensaba de esa manera y el rápidamente me dijo: “es que mis amigos están influyendo en mi y por eso me he alejado de Dios”, entonces yo le dije: “Pero ¿Porque sigues frecuentándolos?”, y el me respondió que no podía dejar sus amistades y que ellos(sus amigos) jugaban la guija y lo invitaban a el y si el decía que no quería lo tildaban de gallina, y el por no quedar mal visto entre sus amigos accedía. ¿Te das cuenta que tus amigos pueden robarte la entrada al cielo?, esto no es un simple juego, tus amigos pueden estar influenciándote a realizar ciertos actos que van en contra de la voluntad de Dios. Tu muy bien sabes cuando tus amigos no están siendo de bendición, sino que al contrario están dañando tu comunión con el Señor. ¿Qué estas esperando para alejarte de ellos?, ¿No te das cuenta que estas en una lucha entre tu carne y tu espíritu?, sin duda te aseguro que tu espíritu quiere hacer la voluntad de Dios, pero tu carne es débil y quiere satisfacerse.

Otras Luchas: hay muchas mas luchas entre lo que el espíritu quiere que es agradar a Dios y lo que la carne desea que es satisfacerse, en este caso podemos mencionar que entre otras luchas entre la carne y el espíritu están: la fornicación, la masturbación, la pornografía, el carácter fuerte, la forma en que nos vestimos, los lugares que frecuentamos, la autoestima, etc.

NO ES UN JUEGO.

Esto no es un juego, esta lucha es real y tu tienes que estar preparado para afrontarla diariamente, pues cada día te enfrentaras a situación que requerirán que estés tomado de la mano de Dios para poder resistirlas, muchos jóvenes han cedido ante los ataques del enemigo que llevan como objetivo satisfacer los deseos pecaminosos, ¿Serás tu uno de ellos?,o ¿Te tomaras de la mano de Dios para saltar todo obstáculo que se te presente?.

Amigo mío es el deseo de mi alma que cada día que pase puedas luchar en contra de las asechanzas del enemigo, no permitas que el gane ventaja sobre tu vida, tu eres un valioso tesoro para Dios, y no es posible que el enemigo te atrape en sus redes de pecado.

Si tu estas dejándote llevar por los deseos de tu carne y te estas olvidando de agradar al que agrado merece, este es un buen momento para que puedas reflexionar sobre ¿Qué estas haciendo con tu vida?, recuerda: Jesús ya pago el precio de sangre por tu vida.

¡Vamos!, no sigas mas perdiendo esta batalla porque fracasaras en tu vida, Dios me dice en este momento que te diga que el tiene una oportunidad preciosa para tu vida si tan solo te arrepientes de corazón y buscas su rostro.

Él te dice en esta hora:

No digas no puedo, porque conmigo todo lo puedes, no digas fracasare, porque conmigo de tu lado no fracasaras, no digas desfalleceré, porque yo estaré ahí para sostener. Hijo mío en mi corazón hay un lugar especial para ti, yo te he llamado para ser un victorioso, para conquistar naciones y ser de bendición a todo el mundo, no permitas que tu naturaleza pecaminosa se anteponga a mi voluntad para tu vida, no te desesperes que yo cumpliré mis propósitos en ti, tan solo se fiel a mi y espera. Te amo con amor eterno y no te dejare porque te escogí desde antes de la fundación del mundo.

CONCLUSIÓN:

No voy a negar que existe una lucha constante entre agradar a Dios y satisfacer los deseos de la carne, pero por mas que lo quieras negar, nunca nadie te obligara a fallar, siempre tendrás la ultima palabra en tus decisiones, si tu decides ser fiel, créeme Dios te bendecirá grandemente, pero si tu decides guiarte por la carne la Biblia dice lo siguiente en el capitulo 8 versículo 7 y 8 de Romanos: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”