lunes, 3 de mayo de 2010

LOS CINCO DONES DEL LIDERAZGO

Los Dones Del Liderazgo Que Jesús Colocó En La Iglesia

A. POR QUÉ JESÚS OTORGÓ DONES DE LIDERAZGO A LA IGLESIA

Después de morir por nuestros pecados sobre la cruz, nuestro Señor Jesús ascendió al Cielo para sentarse a la diestra de nuestro Padre celestial (Hch 1:9-11; Ef 1:20-22). Desde ese lugar de autoridad, Él otorgó dones de liderazgo a la Iglesia. El dio apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para la perfección (para equipar) de los santos (Ef 4:11, 12).

La traducción del término griego 'perfección' en Efesios 4:12 significa ‘reparar' el daño encontrado en creyentes nuevos (causado por el pecado); ‘preparar' y ‘equipar' a los creyentes para hacer obras de servicio en la Iglesia. Los líderes entrenan a los miembros de la iglesia a fin de que puedan hacer la obra del ministerio y, de esa manera, cumplir la voluntad de Cristo para la Iglesia. Los líderes tienen que equipar (entrenar) a los miembros para:

1. Ministrar Al Señor (Hch 13:1, 2);

2. Ministrarse Los Unos A Los Otros (Hch 2:44-46); y

3. Ministrar Al Mundo (Hch 2:47; Mr 16:15-20).

Esto asegura el crecimiento espiritual y numérico de la Iglesia.

B. DESCRIPCIÓN DE LOS CINCO DONES DE LIDERAZGO

1. Apóstoles

a. Hay Tres Grupos. El Nuevo Testamento especifica tres grupos de Apóstoles.

1) "Doce apóstoles del Cordero" (Mt 10:1-5; Ap 21:14) tienen una relación especial con la nación de Israel (Ap 21:12). En el reino por venir, ellos se sentarán en doce tronos para juzgar a Israel (Mt 19:28).

2) "Apóstoles de la Ascensión" tienen una relación especial con la Iglesia gentil. Aquellos mencionados en el Nuevo Testamento son Pablo y Bernabé (Hch 14:14), Andrónico y Junia (Ro 16:7), Jacobo (Ga 1:19), Silvano y Timoteo (1 Ts 1:1, 2:6); y otros (1 Co 9:5; 2 Co 8:23).

3) "Falsos Apóstoles" son aquellos que hacen alarde público de ser apóstoles (2 Co 11:13). "...y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos" (Ap 2:2). Una señal de un falso apóstol puede ser esa reclamación jactanciosa de ser un apóstol. Un verdadero apóstol no se interesará en ser reconocido como tal, sino que servirá humildemente como si fuera un esclavo (del griego=doulos) de Jesús (Ro 1:1; 1 Co 1:1).

b. Señales De Los Apóstoles Genuinos:

1) Tienen un Carácter Santo (2 Co 12:12);

2) Señales, Milagros Y Maravillas. Las señales, milagros y maravillas seguirán a los que hacen la obra de evangelismo y el establecimiento de nuevas congregaciones (Hch 2:43; 4:30; 5:12; 14:3; He 2:2-4);

3) Predicar El Evangelio. Su consigna es predicar el evangelio a los que nunca lo han escuchado (Ro 15:20; 2 Co 10:16) y

4) Su Disposición Para Sufrir. Su disposición para sufrir, soportar las persecuciones y angustias, y aun hasta para morir por su Señor (Hch 9:16; 1 Ti 1:16; 2 Co 11:18-28).

La compañía de los apóstoles (colectivamente) era responsable de la doctrina de la Iglesia (Hch 2:42; 15:1-35; 1 Co 14:37), corregir las prácticas en la Iglesia, la vida espiritual y pureza de la misma. Sin embargo, sus enseñanzas estaban sujetas a la comparación con la Escritura y eran rechazadas si no tenían fundamento bíblico (Hch 17:10, 11).

Los apóstoles han sido "puestos" en la Iglesia junto a los ministerios de profetas, maestros, administradores y otros Dones del Espíritu (1 Co 12:28); así como los miembros son "puestos" en el Cuerpo de Cristo (la Iglesia, 1 Co 12:18).

La raíz griega para "poner" o colocar [tithemi] es traducida en Hebreos 1:2 como constituyó. "En estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó [puso, estableció o nombró] heredero de todo...". Uno puede ver que la constitución o nombramiento de Jesús como heredero, no es algo temporal, sino permanente.

c. Todavía Hoy Tenemos El Oficio De Apóstoles. La constitución o nombramiento de los cinco dones del ministerio (incluyendo el de apóstoles y profetas) no fue un fenómeno temporal del primer siglo como argumentan algunos teólogos.

No hay respaldo bíblico para la enseñanza de que el ministerio de apóstoles y profetas cesaría después del primer siglo de la historia de la Iglesia. Por el contrario, la historia de la Iglesia está repleta de ejemplos del ministerio apostólico.

Además, el autor ha viajado por más de 150 naciones en el siglo 20 y observado la obra de muchos ‘apóstoles en ascensión' en muchos grupos congregacionales diferentes por todo el mundo.

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