miércoles, 28 de enero de 2015

Creo que todos oramos y creemos en la obra de Dios en nuestra casa. Creemos que nuestra familia se acercará al Señor Jesús, serán salvos y le servirán; pero a veces cuando no vemos que esto suceda rápidamente puede aparecer el desánimo y aun dudar de la obra de Dios en ellos. Pero no debemos de renunciar a nuestro clamor, pues “el oído de Dios no se ha cerrado para escuchar ni su mano se ha acortado para salvar”, todo aquel que en él cree no será avergonzado, por eso sigue creyendo y confiando, Dios hará su obra de manera sobrenatural y poderosa, él responde al ruego de sus hijos… 


¿CÓMO ALCANZAR LOS MILAGROS DE DIOS PARA MI FAMILIA? 

“Y ella dijo: Sí, Señor; pero aún los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora” Mateo 15:27-28.

En esta porción de la Escritura vemos la intensa y perseverante lucha en intercesión de una madre por su hija. Ella ha rogado a Jesús por un milagro pero el Señor en primera instancia permaneció en silencio, después le dice que él ha sido enviado a los hijos de Israel (y ella no era israelita sino sirofenicia). Sin embargo ésta madre no renuncia a su clamor ante el Señor Jesús. Es pues esta madre un ejemplo de perseverancia que cree en los milagros de Dios en su familia.
 
No renuncies a tu fe, ni abandones tu oración. Ella pudo haber ofendido a Jesús, pensando: “primero no me responde, y ahora me contesta de manera incorrecta”, sin embargo ella continua rogando por la vida de su hija, ella lucha por un milagro en su casa. Ver la gloria del Señor en nuestra casa no es fácil, pero en Dios es seguro. Te invito a leer: “La Visión y el Llamado Del Profeta Isaías”. 

Cuando las cosas empeoran la solución más fácil es renunciar, abandonarlo todo, pero aquí vemos a una persona que insistió y luchó; ni los obstáculos pasados, ni la situación presente la hicieron desfallecer. Los discípulos de Jesús callaron, pero ella siguió rogando e insistiendo. Por eso persevera, no renuncies, no te sueltes de la mano del Señor y veras los milagros de Dios en tu familia.  

Poderoso es Dios para hacer milagros en nuestra casa, en nuestros hijos, y en nuestro cónyuge. A veces las cosas no son tan rápido como quisiéramos, pero ante esto debemos seguir creyendo y perseverando. Fortalece tu fe, creyendo en Dios hasta el final. Vemos que el Señor Jesús exaltó la fe de esta mujer, pues nos dice la Biblia que Jesús le dijo: “grande es tu fe”. La fe grande es aquella que confía y ama a Dios, aún en los tiempos más complicados e inciertos.

Recuerda que tu fe prepara el milagro que vendrá sobre tus hijos. Jesús le dijo a ella: “hágase contigo como quieres” y su hija recibió el milagro. Y esto nos hace pensar: ¿Qué queremos para nuestros hijos? Porque nos dice el texto: “y su hija fue sanada desde aquella hora”, entonces la fe perseverante alcanza finalmente la obra sobrenatural y poderosa de Dios en nuestra vida y en nuestra familia. Con fe, perseverancia y amor, alcanzamos los milagros de Dios en nuestra familia. 

Reflexión final: Nuestros hijos son simiente de y para Dios, y aunque el enemigo intente dañarles, el plan y el consejo del Señor prevalecerá, así pues levantémonos en intercesión por nuestra familia, y creamos en la obra sobrenatural y poderosa del Señor. Creamos y digamos confiados en Dios: “Yo y mi casa serviremos al Señor”.  

(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)

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