lunes, 18 de junio de 2012

DOCTRINA DEL HOMBRE


DOCTRINA DEL HOMBRE

I.                  EL ORIGEN DEL HOMBRE

Antes del siglo XIX la idea de la creación del hombre por Dios fue aceptada casi universalmente.  Pero, a mediados de ese siglo el biólogo Carlos Darwin formuló su teoría  del “Origen de las Especies”,  comúnmente  conocido como la Teoría de  Evolución.  Hoy, su teoría aparece en dos variantes.  1) Evolución atea: creen  que no existe Dios,  y que todo lo que existe, incluyendo al hombre, ha evolucionado como resultado de una cadena interminable de accidentes de la naturaleza.  2) Evolución Teísta: creen  que existe alguna especie de ser  superior que va guiando el proceso evolutivo.  El propósito verdadero de estas teorías  es el deseo del hombre de librarse de su creador, para no estar sujeto a ningún  juicio en el futuro.

Nosotros creemos en la creación por mandato divino, según nos narran los primeros capítulos del libro de Génesis.  La idea contenida en la palabra hebrea `bara`, utilizada en Génesis 1:1, 21, y 27, es de creación de la nada.  Encontramos el refuerzo de la misma idea en Hebreos 11:3 y en varias partes de las escrituras que se acepta la creación  por Dios como un hecho (Éxodo 20:11; Salmo 8, Hebreos 4:4) y aun en palabras del Señor Jesucristo en Mateo 19:4.

II.               LA PARTE MATERIAL DEL HOMBRE

“Entonces  Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra,” y “tomo una de sus costillas… y de la costilla… hizo  una mujer,” (Génesis 2:7, 21-22)   Así  creemos que  Dios milagrosamente creó  nuestro cuerpo físico, donde moraría  nuestro ser inmaterial.

Bíblicamente se utilizan varios términos para referirse a nuestra existencia material:

1.     Cuerpo                          Mateo 6:22

2.     Carne                                     Gálatas 2:20         (También la palabra se usa para designar la naturaleza  pecaminosa –  vea abajo)

3.     Cuerpo de la humillación       Fil. 3:21

4.     Vaso de Barro                        2ª. Corintios 4:7

5.     Templo del Espíritu Santo     1ª. Corintios 6:19   (por supuesto, solamente en Referencia a creyentes)

Nuestro cuerpo, después de la muerte, vuelve a la tierra (Génesis 3:19).  Pero a todos también nos espera la resurrección (Juan 5:28, 29).  El incrédulo será juzgado y sufrirá, en cuerpo y alma, en el lago de fuego eternamente (Apocalipsis 20:12, 15).  Y el creyente se gozará  en la presencia de Dios eternamente, también  en cuerpo y alma (Filipenses 3:21; 1ª. Corintios 15:51-53; 1ª. Tesalonicenses 4:13-18).

III.             LA PARTE INMATERIAL DEL HOMBRE

Encontramos el origen de la parte inmaterial del ser humano en el soplo de Dios en Génesis 2:7

El ser humano tiene la “imagen” y “semejanza” de Dios (Génesis 1:26-27).  A pesar de la caída, que manchó esa imagen, el hombre todavía  conserva cierta parte de su semejanza (I Corintios 11:7; Santiago 3:9).

Se han propuesto varias teorías para explicar la transmisión de nuestra parte inmaterial  de una generación a la siguiente:

1.     La teoría de la pre-existencia – Que Dios creó todas las almas en la creación, y están guardadas en  algún lugar esperando el cuerpo que van a habitar.  Esta teoría realmente viene de las religiones paganas, y no tiene ninguna base bíblica.


2.     La teoría de creacionismo – Que Dios crea a cada alma en el momento de nacimiento de la persona.  En Génesis 2, versículos 2 y 3, vemos que Dios “acabo” la obra  de la creación.  Nosotros no creemos que Dios siga creando hoy, entonces tampoco aceptamos esta teoría.
3.     La teoría  de Traducianismo – Que Dios creó en Adán y Eva la capacidad de procrear seres humanos completos,  reproduciendo la parte inmaterial igual que la material.  Es importante mencionar aquí que este es uno de los mejores argumentos en contra del aborto, porque creemos que desde el momento de la concepción la criatura es un ser humano.

Los diferentes términos que se utilizan para describir nuestra parte inmaterial son como las diferentes facetas, o caras, de una joya – viendo la misma cosa, pero desde diferentes ángulos.  Los principales son:

1.     El Alma – representa  la vida personal, lo que es el individuo, la conciencia de nuestro ambiente alrededor.  Siente emoción (Jeremías 31:25), y tiene voluntad (1ª. Pedro 2:11).
2.     El espíritu – representa los aspectos más elevados  del hombre (Romanos 8:16).  Debemos evitar su contaminación (2ª. Corintios 7:1).
3.     El corazón – es otro concepto  muy elevado  de nuestro ser inmaterial.  Es el asiento de la vida intelectual, emocional, espiritual, y de nuestra voluntad (Hebreos 4:12; Mateo 22:37; Proverbios 4:23; Hebreos 4:7).
4.     La conciencia – es un testigo interno de lo bueno y lo malo, afectado por la caída, pero  todavía puede guiarnos (Juan 8:9; 1ª. Timoteo 4:2; Hebreos 10:22;  9:14; 1ª. Pedro 2:19; 1ª. Corintios 8:10, 12).
5.     La mente – es la faceta  de la naturaleza inmaterial donde se ubica el entendimiento.  Fue también  afectada por la caída (Romanos 1:28) pero  puede ser renovada en Cristo (Romanos 12:2).
6.     La Carne – utilizado para referirse a la naturaleza pecaminosa.  Según el Dr. Ryrie esta “completamente corrompida y no puede ser renovada sino que será erradicada en el momento de la muerte física” (del creyente) (romanos 7:14, 18; Santiago 1:13, 14; Gálatas 5:16-21; romanos 8:7-9).


IV.            LA CAIDA DEL HOMBRE

En nuestro tiempo hay muchos que niegan la veracidad del contenido  de Génesis 3; que lo consideran un mito, o una alegoría.  Sin embargo, sí creemos en la inspiración de la Palabra  de Dios, entonces allí encontramos la historia de la primera desobediencia de la raza humana.

La prueba que Dios impuso era una simple prohibición.  El hombre tenía la libertad de elegir: obedecer o no hacerlo.  (Génesis 2:17; 3:3)

Después de escuchar los argumentos del enemigo, eligieron desobedecer a Dios.  (Génesis 3:4-6)

Los castigos resultantes fueron terribles:
1.     La Rotura de la comunión con Dios (v.10)
2.     La muerte (v.19)
3.     La expulsión del huerto (v. 23-24)
4.     Trabajo Arduo (del hombre) (v. 17-19)
5.     Dolor en los partos (las mujeres) (v. 16)
6.     Sumisión al marido (las mujeres) (v.16)
7.     Maldición sobre la tierra (v. 17, 18)
8.     Maldición sobre la serpiente (v.14, 15)

El tremendo rayo de luz en medio de toda la tragedia es la promesa del versículo 15, conocido como el “protoevangelio” – la primera promesa de redención; que la semilla de la mujer (Cristo) heriría la cabeza de la serpiente.

V.               CONTROVERSIAS ACTUALES

El aspecto más discutido de esta doctrina tiene que ver con si el hombre es un ser bipartira (dicotomía), o sea que se compone de dos componentes: lo material y lo  inmaterial; o si es tripartita (tricotomía) o sea que somos de tres componentes: cuerpo, alma, y espíritu.  Afortunadamente es una pregunta académica que realmente no afecta  nuestra fe.  Tampoco hay argumentos conclusivos bíblicamente a favor de ninguno de las dos teorías.  Dice Berkhof: “Cada acto del hombre se contempla como acto del hombre completo.  No es el alma sino el hombre  el que peca; y no es meramente el alma sino el hombre, que es cuerpo y alma, al que Cristo redime.”
(Teología Sistemática, p. 227)

Los dicotomistas se apoyan en el uso intercambiable  que hacen los autores bíblicos de los términos “alma” y  “espíritu”.  (Lucas 1:46, 47)  el hombre es “cuerpo y alma” en Mateo 10:28, y “cuerpo y espíritu” en I Corintios 5:3, 5.  A veces es el “alma” que se va al morir (I Reyes 17:21, Apocalipsis 6:9) y a veces el espíritu (Hechos 7:59).  Uno  de los más fuertes proponentes de esta teoría  en la actualidad es el teólogo L. Berkhof en su Teología Sistemática.

Los tricotomistas se apoyan en varios pasajes donde los dos términos usados juntos dan la idea que son componentes separados.  (I Tesalonicenses 5:23; Hebreos 4:12)  Uno de los más fuertes proponentes de esta teoría en la actualidad es el Dr. C. I. Scofield en la Biblia anotada por Scofield.


VI.            IMPORTANCIA DE ESTA DOCTRINA PARA LA VIDA DEL CRISTIANO

Para mantenernos en la relación y comunión correcta con el Señor, uno de los factores más importantes es la capacidad de vernos como Dios nos ve.  El estudio de la Antropología Teológica o Bíblica nos ayuda  a lograr esa perspectiva.  El mundo a nuestro alrededor busca hoy fortalecer la “auto-imagen” del ser humano.  Pero su enfoque  es totalmente egoísta, viendo al hombre mismo como lo primordial.  El concepto bíblico nos muestra dos extremos: el hombre pecador, totalmente depravado; y el hombre corona de la creación de Dios, tan importante que Dios envió a su hijo para comprar nuestra salvación con su sangre.  ¡Qué Dios nos ayude a vernos como Él nos ve!

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