“¿Qué
padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si
pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un
huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Lucas 11:11-13 (Reina-Valera 1960)
Soy padre de dos pequeños Uziel de
cuatro años con ocho meses y Valentina de un año con ocho meses, verlos
sonreír es mi delicia, ver como van creciendo y como van siendo niños de
bien me alegra el corazón, saber que están creciendo en un ambiente
idóneo para que su fe en Dios se fortaleza me hace sentirme contento y confiado que Dios hará cosas maravillosas en sus vidas.
Ellos son mis hijos, dos pequeños muy diferentes el uno del otro pero por los cuales siento un amor indescriptible que me llevaría a hacer cualquier cosa por ellos.
Mi papel de padre no lo cambiaria por nada, disfruto
ser su padre y que ellos sean mis hijos. Cuando están en peligro voy y
trato de ponerlos a salvo. Cuando tienen alguna necesidad trato de
suplirla en cuanto pueda. Verlos felices es uno de mis propósitos, que se sientan seguros es lo que trato de transmitirle.
Puedo notar
cómo en mi presencia se sienten seguros y libres, puedo verlos sonreír
cuando saben que los cuido, veo sus caritas llenas de fe sabiendo que
papá está allí para que nada malo les pase y eso sin lugar a dudas me
hace sentir muy bien, pues saber que tus hijos confían en ti no tiene
precio.
Dios es nuestro Padre, aquel Padre que
haría cualquier cosa por sus hijos. Un Padre que al ver en peligro a sus
hijos corre a protegerlos, aquel Padre que al ver una necesidad de sus
hijos trata de suplirla, aquel Padre que desea que sus hijos puedan
confiar plenamente en Él porque eso lo haría sentirse orgulloso de
ellos.
Cuando comparo el amor que le tengo a mis hijos y lo capaz que yo seria de hacer cualquier cosa por ellos me doy cuenta que Dios entonces haría aun más por mi de lo que yo haría por mis pequeños.
Yo siendo un hombre imperfecto y un padre imperfecto trato de cuidar, proteger, amar y guiar a mis hijos, ¿Cuánto más mi Padre que está en los cielos?
Me emociona en gran manera el hecho de
que muchas veces Él ha estado allí cuidándome aun cuando he dudado de
que lo hiciera. Me emociono al saber que me ha bendecido más de lo que
considero merecer, pero que su amor hacia mi no tiene limites. Me
emociona saber que a pesar de mis recurrentes errores siempre tiene algo
especial para mi vida. Me emociona saber que en medio de millones de
millones de personas me escogió a mi para ser su hijo. Me emociona saber
que a pesar que la duda viene a mi mente, Él no se limita para ayudarme
y sacarme de todos aquellos momentos en los que creo que no podré más.
Hoy quiero recordarte quien es tu Padre, tu Padre es DIOS
y Él siempre ha cuidado de ti, Él siempre ha estado allí, aun en
aquellos momentos en los que dudaste de su presencia, Él siempre estuvo
allí. Aun en aquellos momentos en donde hiciste lo contrario a lo que te
mando, Él no dejo de estar allí.
Tú Padre te ama y quiere lo mejor para
ti, eso no significa que no vayas a experimentar momentos difíciles,
pues son parte de la vida de cualquier ser humano, pero aun en medio de
esos momentos difíciles Él estará allí para no dejarte solo y darte la
fortaleza que necesitaras para salir adelante.
Confía en Dios como tu Padre, no te
olvides que eres su hijo y que tienes importancia especial para Él. Un
día Él te escogió a ti, no porque te lo merecías, no porque eras lo
suficientemente bueno para merecerlo, sino porque simplemente te amo y
te escogió desde antes de la fundación del mundo.
Tú siempre estuviste en los planes de Dios,
tú siempre fuiste importante para Él. Quizá estos días te has sentido
solo y abandonado, quizá hasta has pensado en volver a tu antigua vida
al ver los constantes problemas que se te presentan, sin embargo, hoy Dios quiere recordarte que Él es tu Padre y como tal está al pendiente de tus necesidades y a Él no se le escapan detalles.
Tu tarea es creer y confiar, tu tarea es
descansar en los brazos de tu Padre, si Él está allí, ¡No hay nada que
temer!, si Él está observándote, entonces ¿Por qué pensar que las cosas
terminaran mal?, Dios siempre tiene una forma única y especial de actuar y lo demostrará en tu vida a través de esa situación que estás atravesando.
¡Tu Padre es Dios, que nunca se te olvide!
“Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”
2 Corintios 6:18 (Reina-Valera 1960)
Autor: Enrique Monterroza
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com – www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario