Por alguna extraña razón nosotros los
cristianos tenemos la tendencia a prometer cosas a Dios, siempre que
necesitamos su ayuda utilizamos cómo canal para una respuesta una promesa.
Vale tener claro que Dios no nos exige que hagamos promesas a Él, sin embargo nosotros insistimos en hacerle promesas que al final no terminamos cumpliendo.
A veces pienso que Dios ya no toma enserio muchas de las promesas que nosotros le hacemos. Pero la realidad es que aunque no nos parezca Dios sí toma
muy en cuenta las promesas que le hacemos, porque en el leguaje de Dios
no existe la mentira, porque Él no miente, Él es la Verdad, por lo
tanto cuando tú prometes algo a Dios él lo toma muy enserio.
La Biblia dice:
“Si le haces una promesa a Dios, no te tardes en cumplirla, porque a Dios no le gusta la gente tonta que no cumple. Recuerda que «vale más no prometer, que prometer y no cumplir».”
Eclesiastés 5:4-5 (Traducción en lenguaje actual)
Considero que para Dios es muy importante lo que le prometes, lo toma
como cierto y espera que lo cumplas, sin embargo el escritor de este
pasaje bíblico nos aconseja que es mejor no prometer en lugar de
prometer y no cumplir.
¿Qué tal si un día Dios te da una promesa
seria para tu vida?, estoy seguro que tu la tomas como verdadera y solo
estás esperando a que se cumpla, y es que queremos que Dios nos
responda las promesas que un día nos hizo, pero no hacemos nada por
cumplir las promesas que nosotros le hemos hecho.
¿Qué tal si un día Dios decidiera (En un cuadro irreal) cumplir las promesas a tu vida hasta que
tu cumplieras las que le has hecho a Él?, considero que todos
estaríamos perdidos, porque estamos tan endeudados con Dios con las
promesas que hacemos y no cumplimos.
Quizá tú prometiste dejar de practicar
ese pecado que tanta vergüenza trae a tu vida, sin embargo no lo has
dejado de practicar, quizá prometiste comenzar a orar cada día más, sin
embargo no has cumplido, quizá prometiste al Señor servirle con todo tu corazón y ahora ni siquiera quieres mover
un dedo para servir, quizá prometiste volver a empezar en tu amor hacia
Dios y sin embargo no has cumplido y cómo esa llevas cientos de
promesas que solo quedaron allí, en promesas.
¡Dios ya no quiere más promesas!, de hecho ¡Ni siquiera te obliga a que le hagas promesas!, Él simplemente quiere ACCIONES, lejos de prometer comienza a ACCIONAR.
Que tus acciones hablen más que tus palabras, que lo que hagas sea mejor que las promesas que puedas decir.
Dios no exige de ti promesas, pero si
anhela ver en ti un cambio que solo puede ser comprobado por las
acciones que realices y no por las bellas palabras que puedas
pronunciar.
Hoy te invito a dejar de prometer cosas
que no vas a cumplir, en su lugar comienza a hacer aquellas cosas que te
gustarían prometer pues estoy seguro que Dios se agradará más de tu
buen accionar que de tus buenas y lindas promesas sin cumplir.
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