domingo, 14 de marzo de 2010

HISTORIA DE LOS HIMNOS

Juan Bautista Cabrera (1837-1916)

Desde su infancia, Juan Bautista Cabrera sentía gran sed espiritual, y a los dieciséis años ingresó a una orden religiosa. Estudiaba la Biblia en secreto, pues era prohibido en esa época en España. Huyó a Gibraltar donde recibió a Cristo como Salvador personal, a su amigo y eterno bien, como dice el himno que tradujo “Cuan Dulce el Nombre de Jesús.” Con gran gozo y paz regresó a España para compartir su fe por medio de revistas, la predicación y la música. Mientras organizaba iglesias, también publicaba himnarios y daba clases de canto. Se radicó en Madrid, donde ocupó importantes cargos de liderazgo en la obra evangélica. Sin embargo, hizo su contribución mayor en el área de la himnodia cristiana, ya que sus himnos han sido de bendición para un sin número de creyentes.

Cabrera aparece como el compositor o traductor de muchos himnos. Tradujo los himnos “Santo, Santo, Santo”, “Castillo Fuerte”, “Al trono majestuoso”, “Venid fieles todos”, “El Señor resucitó”, “A Jesucristo ven sin tardar”, “De la Iglesia el

fundamento”, “Grato es decir la historia”, “Dulce Oración” y “Firmes y Adelante” entre otros y escribió la letra de “Nunca Dios mío”, “Suenen dulces himnos”, “Gloria a Dios en las Alturas”, “Amémonos, hermanos” y “Supremo Dios”.

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