2 REYES 6: 24-33
INTRODUCCIÓN:
enfatizaremos un poco acerca de la importancia de EVITAR y dejar a un
lado algunas actitudes y reacciones negativas que son nocivas e
inconvenientes cuando estamos pasando por ciertas crisis en cualquier área de la
vida. Para este cometido usaremos ese pasaje bíblico donde se describe
la situación crítica del pueblo de Dios (Israel) cuando por culpa de un
sitio de los sirios vino una gran hambruna y tuvieron que comer cabeza de asno, estiércol de paloma y carne humana (vr. 24, 25, 28, 29). Veamos:
1. EVITAR BUSCAR CULPABLES (Vr. 31)
El rey de Israel en la época (Jorám) CULPÓ AL PROFETA ELISEO de toda esta situación de gran hambruna; sobre por el “canibalismo”
a que había recurrido el pueblo: ya se habían comido un niño y no se
comieron el otro porque la madre lo escondió (vr. 28-31). Además el rey había ordenado la búsqueda de Eliseo para matarlo (vr. 31-33). ¿Era el profeta el culpable de toda esta situación? ¡NO! De hecho la razón por el cual recurrieron al canibalismo se debió a la desobediencia a Dios y a Su Palabra (Deuteronomio 28: 15, 53-58)
Jorám el rey de Israel en vez de RECONOCER que todo lo que estaba sucediendo era por culpa del pecado y la desobediencia a los mandamientos y preceptos divinos; lo que hizo fue CULPAR al varón de Dios (Deuteronomio 28: 15, 53-58). ¡Cosa tremenda!
REFLEXIÓN: ¿Cuántas veces hemos
culpado a terceras personas de lo que nos está pasando? ¿Por qué más
bien no reconocemos que estamos sufriendo por culpa de nosotros mismos,
de nuestro orgullo, de nuestras malas decisiones, equivocaciones,
faltas, errores y pecados? ¡Lo peor que podemos hacer en tiempos de crisis es buscar culpables!
2. EVITAR CULPAR A DIOS (Vr. 33)
Por orden del rey el mensajero venía por el profeta Eliseo para matarlo o llevarlo preso (vr. 32, 33a), además mientras el rey está culpando injustamente al siervo de Dios: Eliseo (vr 32) el mensajero está CULPANDO Y REVELÁNDOSE CONTRA DIOS al decir que todo este mal (desgracia, sufrimiento) venía de Él (Dios). Este hombre perverso de habla tampoco reconoció que por culpa del pecado y la desobediencia a Dios y a Su Palabra estaban sufriendo de esa manera (Deuteronomio 28: 15, 53-58)
Además el mensajero del rey hasta se atrevió a decir sínicamente que no valía la pena esperar en Dios (vr. 33). ¡Qué diferente fue la reacción de Job muy a pesar de sus calamidades: “He aquí, aunque Él me matare, en Él esperaré (Job 13: 15).
REFLEXIÓN: ¿Cuántas veces hemos culpado a
Dios de nuestros sufrimientos, dolor e infortunios? ¿Es Dios culpable
de lo que nos está sucediendo? ¿Por qué más bien no reconocemos que
estamos sufriendo por culpa de nosotros mismos, de nuestras malas
decisiones, equivocaciones, faltas, errores y pecados? ¡Lo peor que podemos hacer en tiempos de crisis es culpar a Dios! ¡Más bien volvámosno a Él en arrepentimiento sincero y verdadero para que tenga misericordia de nosotros y nos ayude!
3. EVITAR EL PESIMISMO E INCREDULIDAD
La actitud del
príncipe del rey (hombre de confianza, oficial y mano derecha) fue
incrédula, arrogante, negativa, pesimista y lo más decepcionante de rechazo a la Palabra de Dios a través del profeta Eliseo; dudando de Su gran poder (2 Reyes 7: 1, 2). Hasta tuvo el cinismo de burlarse de la Palabra profética: ¡No me digas! Aun si el Señor abriera las ventanas del cielo, ¡no podría suceder tal cosa! (NVI)
¡Qué triste es hablar
y referirse de esa manera tan descabellada de Dios (que tiene el poder
para cambiar la situación difícil y vergonzosa de Su pueblo). Con razón
este hombre no gozó ni disfrutó de la provisión divina profetizada por el varón de Dios: el profeta Eliseo. Solamente vio pero no comió y terminó atropellado por el pueblo a la entrada de Samaria, en cumplimiento también de la profecía de Eliseo (vr. 1, 2, 17 – 20)
CONCLUSIÓN: Después de haber
estudiado esta Palabra de exhortación terminamos preguntando: ¿hasta
ahora cual ha sido nuestra reacción negativa en los tiempos de crisis?
¿En tiempos de crisis hemos buscado culpables? ¿Hemos culpado Dios?
¿Hemos sido incrédulos y pesimistas? ¿Hemos rechazo su palabra?
¡Rectifiquemos estas actitudes y más bien vallamos en Su ayuda y
apelemos a Su misericordia. ¡AMÉN QUE SÍ!