lunes, 24 de mayo de 2010

KATHERINE HANKLEY

Durante el Avivamiento de 1859 en Irlanda, un viejo ministro fue visitado por uno más joven que le llevó las noticias. Cuando las nuevas del despertar habían sido dadas, el inválido, que estaba muriendo, dijo: “Dime la antigua, antigua historia, y nada más”.

La Srta. Braithwaite, una hermana anciana, Cuáquera, de Banbury, cuenta cómo en 1866, el año de la publicación, un amigo, Benjamín Seebohm, dio a su hermano Jorge, que entonces tenía 5 años, una copia de “La Antigua, Antigua Historia”, diciendo: “Aquí hay un pequeño libro para un niño pequeño; pondré su nombre en él y espero que tan pronto como sea lo suficiente mayor que lo aprenderá de memoria.”

Aquel pequeño libro fue guardado como un tesoro y memorizado. Cuando Jorge Braithwaite creció vino a ser un viajante comercial. A menudo invirtió su dinero comprando más copias del pequeño libro que regalaba en sus viajes por ferrocarril.

El pequeño libro parecía responder a la necesidad de la época, y por muchos años tuvo una gran circulación. Incluso fue traducido a varios idiomas Europeos, y a otros usados en campos de misión de Asia y África.

Se componía de 56 versos y está en dos partes: “La Historia Deseada” y “La Historia Contada”. La fecha de la primera es 29 de enero de 1866, la segunda es del 18 de noviembre de 1866. Es de esta parte mayor de la que se tomó este himno, y se le añadió un coro.

No se sabe mucho de la Srta. Hankey, pero una carta de su sobrina, la Srta. Agnes E. Rashdall, dice:

«Creo que probablemente pocas personas en la actualidad sabrían que el himno fue escrito originalmente como la introducción a un pequeño librito en verso, publicado alrededor de 1868, bajo el título “La Antigua, Antigua Historia”, siendo encabezadas las ocho estrofas del himno: “La Historia Contada”.

La Srta. Hankey siempre estuvo muy interesada en la enseñanza religiosa, y cuando era bastante joven, tenía una Clase Bíblica para jóvenes mujeres de negocios, yendo a los comercios, bajo la escolta de su madre, para dar invitaciones personales. Fue muy apreciada, y algunos de sus miembros llegaron a ser amigos de por vida y desarrollaron obra Cristiana. Probablemente fueron sus variadas experiencias en la enseñanza que le ayudaron especialmente a poner las verdades más profundas en el lenguaje más sencillo de “La Antigua, Antigua Historia”.

Murió en 1911, a la edad de 77 años.»

El Dr. W. H. Doane, compositor Americano, escribió la melodía con la que se suele cantar y añadió el coro. Sucedió de una manera extraordinaria: Un cierto Comandante-General Russell, cuyo nombre era familiar en relación con la represión de los motines en Irlanda, asistió a una gran Convención de la Asociación de Jóvenes Cristianos en Montreal, Canadá. Ante una gran audiencia leyó este poema, causó una profunda impresión. El Dr. Doane estaba presente y se sintió muy atraído por el poema. Obtuvo una copia y un día viajando en una diligencia por White Mountains le vino la música.

Dime la antigua historia

Del celestial favor;
De Cristo y de su gloria,
De Cristo y de su amor.
Dímela con llaneza
Propia de la niñez,
Porque es mi mente flaca
Y anhela sencillez.

Dime la antigua historia,
Cuéntame la victoria,
Háblame de la gloria
De Cristo y de su amor.

Dime esa grata historia
Con lentitud, y así
Conoceré la obra
Que Cristo hizo por mí.
Dímela con frecuencia
Pues soy dado a olvidar,
Y el matinal rocío
Suele el sol disipar.

Dime tan dulce historia
con tono claro y fiel;
Murió Jesús, y salvo
Yo quiero ser por Él.
Dime esa historia siempre,
Si en tiempos de aflicción
Deseas a mi alma
Traer consolación.


Dime la misma historia
Cuando creas tal vez
Que me ciega del mundo
La falsa brillantez.
Y cuando ya me alumbre
De la gloria la luz,
Repíteme la historia:
"Quien te salva es Jesús".

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