viernes, 2 de julio de 2010

CONFESION DE FE DE WESTMINSTER

CAPITULO 11: DE LA JUSTIFICACION

I. A los que Dios llama de una manera eficaz, también justifica gratuitamente, (1) no infundiendo justicia en ellos sino perdonándolos sus pecados, y contando y aceptando sus personas como justas; no por algo obrado en ellos o hecho por ellos, sino solamente por causa de Cristo; no por imputarles la fe misma, ni el acto de creer, ni alguna otra obediencia evangélica como su justicia, sino imputándoles la obediencia y satisfacción de Cristo (2) y ellos por la fe, le reciben y descansan en él y en su justicia. Esta fe no la tienen de ellos mismos. Es un donde e Dios. (3)

1. Romanos 8:30 y 3:24.

2. Romanos 4:5-8; 2 Corintios 5:19,21; Romanos 3:22,24,25,27,28; Tito 3:5,7; Efesios 1:7; Jeremías 23:6;

1 Corintios 1:30,31; Romanos 5:17-19.

3. Hechos 10:44; Gálatas 2:16; Filipenses 3:9; Hechos 13:38,39; Efesios 2:7,8.

II. La fe, que así recibe a Cristo y descansa en Él y en su justicia, es el único instrumento de justificación; (1)

aunque no está sola en la persona justificada, sino que siempre va acompañada por todas las otras gracias salvadoras, y no es fe muerta, sino que obra por amor. (2)

1. Juan 1:12; Romanos 3:28 y 5:1.

2. Santiago 2:17,22,26; Gálatas 5:6.

III. Cristo, por su obediencia y muerte, saldo totalmente la deuda de todos aquellos que así son justificados, e hizo una apropiada, real y completa satisfacción a la justicia de su Padre en favor de ellos. (1) Sin embargo, por cuanto Cristo fue dado por el Padre para los justificados (2) y su obediencia y satisfacción fueron aceptadas en su lugar, (3) y ambas gratuitamente; no porque hubiera alguna cosa en ellos, su justificación es solamente de pura gracia; (4) para que las dos, la exacta justicia y la rica gracia de Dios, puedan ser glorificadas en la justificación de los pecadores. (5)

1. Romanos 5:8-10,19; 1 Timoteo 2:5,6; Hebreos 10:10,14; Daniel 9:24,26; Isaías 53:4-6, 10-12.

2. Romanos 8:32.

3. 2 Corintios 5:21; Mateo 3:17; Efesios 5:2.

4. Romanos 3:24; Efesios 1:7.

5. Romanos 3:26; Efesios 2:7.

IV. Desde la eternidad, Dios decreto justificar a todos los elegidos; (1) y en el cumplimiento del tiempo, Cristo murió por sus pecados, y resucito para su justificación. (2) Sin embargo, ellos no son justificados sino hasta que Cristo les es realmente aplicado, por el Espíritu Santo, en el debido tiempo. (3)

1. Gálatas 3:8; 1 Pedro 1:2,19,20; Romanos 8:30.

2. Gálatas 4:4; 1 Timoteo 2:6; Romanos 4:25.

3. Colosenses 1:21,22; Gálatas 2:16; Tito 3:4-7.

V. Dios continua perdonando los pecados de aquellos que son justificados; (1) y aunque ellos nunca pueden caer del estado de justificación, (2) sin embargo pueden, por sus pecados, caer bajo el desagrado paternal de Dios y no tener la luz de su rostro restaurada sobre ellos hasta que se humillen, confiesen sus pecados, pidan perdón y renueven su fe y su arrepentimiento. (3)

1. Mateo 6:12; 1 Juan 1:7,9 y 2:1,2.

2. Lucas 22:32; Juan 10:28; Hebreos 10:14.

3. Salmos 89:31-33; 51:7-12 y 32:5; Mateo 26:75; 1 Corintios 11:30,32; Lucas 1:20.

VI. La justificación de los creyentes bajo el Antiguo Testamento era, en todos estos respectos, una y la misma con la justificación de los creyentes bajo el Nuevo Testamento. (1)

1. Gálatas 3:9,13,14; Romanos 4:22-24; Hebreos 13:8.

CAPITULO 12: DE LA ADOPCION

Dios se digna conceder a todos aquellos que son justificados en y por su único Hijo Jesucristo, que sean participes de la gracia y adopción: (1) por la cual ellos son contados dentro del número, y gozan de las libertades y privilegios de los hijos de Dios; (2) están marcados con su nombre, (3) reciben el espíritu de adopción; (4) tienen acceso confiadamente al trono de la gracia; (5) están capacitados para clamar, Abba, Padre; (6) son compadecidos, (7) protegidos, (8) proveídos, (9) y corregidos por el como por un padre; (10) sin embargo, nunca desechados, (11) sino sellados para el día de la redención, (12) y heredan las promesas, (13) como herederos de salvación eterna. (14)

1. Efesios 1:5; Gálatas 4:4,5.

2. Romanos 8:17; Juan 1:12.

3. Jeremías 14:9, 2 Corintios 6:18; Apocalipsis 3:12.

4. Romanos 8:15.

5. Efesios 3:12; Romanos 5:2.

6. Gálatas 4:6.

7. Salmos 103:13.

8. Proverbios 14:26.

9. Mateo 6:30,32; 1 Pedro 5:7.

10. Hebreos 12:6.

11. Lamentaciones 3:31.

12. Efesios 4:30.

13. Hebreos 6:12.

14. 1 Pedro 1:3,4; Hebreos 1:1

CAPITULO 13: LA SANTIFICACION

I. Aquellos que son llamados eficazmente y regenerados, teniendo creados un nuevo corazón y un nuevo espíritu en ellos, son además santificados real y personalmente por medio de la virtud de la muerte y la resurrección de Cristo, (1) por su Palabra y Espíritu que mora en ellos; (2) el dominio del pecado sobre el cuerpo entero es destruido, (3) y las diversas concupiscencia de él son debilitadas y mortificadas más y más, (4) y los llamados son más y más fortalecidos y vivificados en todas las gracias salvadoras, (5) para la práctica de la verdadera santidad, sin la cual ningún hombre verá al Señor. (6)

1. 1 Corintios 6:11; Hechos 20:32; Filipenses 3:10; Romanos 6:5,6.

2. Juan 17:17; Efesios 5:26; 2 Tesalonicenses 2:13.

3. Romanos 6:6,14.

4. Gálatas 5:24; Romanos 8:13.

5. Colosenses 1:11; Efesios 3:16-19.

6. 2 Corintios 7:1; Hebreos 12:14.

II. Esta santificación se efectúa en todo hombre, (1) aunque es incompleta en esta vida. Todavía quedan algunos remanentes de corrupción en todas partes, (2) de donde surge una continua e irreconciliable batalla; la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne. (3)

1. 1 Tesalonicenses 5:23.

2. 1 Juan 1:10; Romanos 7:18,23; Filipenses 3:12.

3. Gálatas 5:17; 1 Pedro 2:11.

III. En dicha batalla, aunque la corrupción que aún queda puede prevalecer mucho por algún tiempo, (1) sin embargo, a través del continuo suministro de fuerza de parte del Espíritu Santificador de Cristo, la parte regenerada triunfa: (2) y así crecen en gracia los santos, (3) perfeccionando la santidad en el temor de Dios. (4)

1. Romanos 7:23.

2. Romanos 6:14; 1 Juan 5:4; Efesios 4:15,16.

3. 2 Pedro 3:18; 2 Corintios 3:18.

4. 2 Corintios 7:1.

CAPITULO 14: DE LA FE SALVADORA

I. La gracia de la fe, por la cual se capacita a los elegidos para creer para la salvación de sus almas, (1) es la obra del Espíritu de Cristo en sus corazones, (2) y es hecha ordinariamente por el ministerio de la palabra; (3) también por la cual, y por la administración de los sacramentos y por la oración, se aumenta y se fortalece. (4)

1. Hebreos 10:39

2. 2 Corintios 4:13; Efesios 1:17-19; 2:8.

3. Romanos 10:14,17

4. 1 Pedro 2:2; Hechos 20:32; Romanos 4:11; Lucas 17:5; Romanos 1:16,17

II. Por esta fe, un cristiano cree que es verdadera cualquier cosa revelada en la Palabra, porque la autoridad de Dios mismo habla en ella; (1) y esta fe actúa de manera diferente sobre aquello que contiene cada pasaje en particular; produciendo obediencia hacia los mandamientos, (2) temblor ante las amenazas, (3) y abrazando las promesas de Dios para esta vida y para la que ha de venir. (4) Pero los principales hechos de la fe salvadora son: aceptar, recibir y descansar sólo en Cristo para la justificación, santificación y vida eterna, por virtud del pacto de gracia. (5)

1. Juan 4:42; 1 Tesal. 2:13; 1 Juan 5:10; Hechos 24:14.

2. Romanos 16:26.

3. Isaías 66:2.

4. Hebreos 11:13; 1 Timoteo 4:8.

5. Juan 1:12; Hechos 26:31; Gálatas 2:20; Hechos 15:11.

III. Esta fe es diferente en grados: débil o fuerte; (1) puede ser atacada y debilitada frecuentemente y de muchas maneras, pero resulta victoriosa; (2) creciendo en muchos hasta obtener la completa seguridad a través de Cristo, (3) quien es tanto el autor como el consumador de nuestra fe. (4)

1. Hebreos 5:13,14; Romanos 4:19,20; Mateo 6:30, 8:10.

2. Lucas 22:31,32; Efesios 6:16; 1 Juan 5:4,5.

3. Hebreos 6:11,12; 10:22; Colosenses 2:2.

4. Hebreos 12:2.

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