domingo, 19 de diciembre de 2010

PRINCIPIOS BASICOS DE LA BIBLIA

2.4 EL RETIRO DE LOS DONES

Después del regreso de Cristo, los creyentes volverán a usar los dones milagrosos del Espíritu de Dios a fin de transformar este mundo actual en el reino de Dios. Por eso a los dones se les llama "los poderes del siglo venidero" (He. 6:4,5); y Joel 2:26-29 describe un gran derramamiento de los dones espirituales después del arrepentimiento de Israel. El hecho mismo de que estos dones se darán a los creyentes al regreso de Cristo, es prueba suficiente de que en el presente no se poseen: señal para cualquier cristiano atento tanto a la Escritura como a los acontecimientos mundiales de que el regreso del Señor seguramente debe ocurrir pronto (véase Apéndice 3).De todos los registros bíblicos del uso de los dones espirituales, deducimos claramente que fueron dados en una época determinada para propósitos definidos, y fueron retirados por Dios cuando Su propósito fue cumplido.

"Pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y [el don de] la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará" (1 Co. 13:8-10).

Es decir, los dones son temporales.

Efesios 4:8-14 nos ayuda a entender esto con mayor amplitud:

"Subiendo [Jesús] a lo alto [al cielo]... dio dones [espirituales] a los hombres... para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe [es decir, la única fe] y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto... para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina".

Los dones del primer siglo habían de darse hasta que se llegara al hombre perfecto, o maduro. Note cómo Efesios 4:14 compara el estar bajo el ministerio de los dones milagrosos con la niñez espiritual; y, en el contexto de la profecía, cómo se habrían de quitar los dones milagrosos. 1 Corintios 13:11 dice lo mismo. Por consiguiente, hacer tanta alharaca por la supuesta posesión de los dones espirituales no es una señal de madurez espiritual. El progreso que ahora debiera hacer cada lector de estas palabras es avanzar hacia una apreciación más profunda de la palabra escrita de Dios y regocijarse en la conclusión de la revelación básica que Dios ha hecho de sí mismo a nosotros por medio de Su palabra, y responder a ella en humilde obediencia.

PRETENSIÓN DE POSESIÓN ESPIRITUAL EN LA ACTUALIDAD

Finalmente, hay varios otros puntos que se deben señalar referente a las reiteradas pretensiones de aquellos que creen que actualmente poseen los dones milagrosos:

-En la actualidad, ‘hablar en lenguas’ consiste en repetir las mismas sílabas cortas una y otra vez, por ejemplo: "Lala, lala, shama, shama, Jesús, Jesús..." Esto no pertenece a la sintaxis de idioma alguno; cuando uno oye a alguien hablar en una lengua extranjera, por lo general es posible discernir que esa persona está comunicando algo por el patrón de palabras que usa, aunque no las entendamos. Sin embargo, la moderna práctica de hablar en lenguas no tiene esta característica, subrayando el hecho de que no proporciona edificación, lo cual era el propósito de los dones del primer siglo.

-Algunos pentecostales afirman que hablar en lenguas es una señal de haber obtenido la "salvación" y que por lo tanto acompaña a cada verdadera conversión. Esta pretensión tropieza con serias dificultades ante la descripción que se hace de la iglesia primitiva como un cuerpo, en el cual aquellos que poseían dones eran como las diferentes partes del cuerpo. No todos representaban un brazo o una pierna, y así también no todos poseían el mismo don, por ejemplo, el de lenguas. 1 Corintios 12:17,27-30 deja esto en claro:

"Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?... Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Todos maestros? ¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?"

Este mismo planteamiento se señaló poco antes en este mismo capítulo:

"Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo" (1Co. 12:8-12).

Semejante énfasis no se puede pasar por alto. No podemos decir que cada pasaje del Nuevo Testamento tiene igual aplicación para todo creyente (considere Mt. 10:9,10; Mr. 16:17; Lc. 10:4; Hch. 15:23-29); así que es muy razonable adecuar las referencias al hecho de que algunos, en la iglesia primitiva, hablaban en lenguas en esta misma categoría.

Otro problema para el argumento pentecostal es que Felipe convirtió a mucha gente en Samaria, es decir, fueron bautizados en agua después de que entendieron el evangelio, pero no recibieron los dones espirituales; porque después de esto, Pedro y Juan los visitaron. "Los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo... Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo... Vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo" (Hch. 8:4-18). Posiblemente la transferencia de los dones espirituales se efectuaba sólo por medio de esta imposición de manos, lo que no se practica con frecuencia entre los que actualmente pretenden tener tales dones. Pablo quería visitar a los romanos para darles los dones del Espíritu Santo (Ro. 1:11, compárese con Ef. 4:12). De aquí se deduce que una vez que la generación que tenía estos poderes había muerto, no hubo manera de continuar los dones. Si verdaderamente pudieran obtenerse por el medio único de la oración, es difícil entender por qué Pablo tenía que visitar Roma para transferirles allí los dones, o por qué, por la imposición de manos de los apóstoles era dado el Espíritu Santo.

Otros pentecostales dicen que hablar en lenguas no es una prueba de haber sido salvo. Esto destaca el hecho de que hay importantes diferencias doctrinales entre aquellos que pretenden poseer los dones. Es así que algunos ‘carismáticos’ creen que el reino de Dios estará en la tierra, mientras que otros dicen que está en el cielo. Los ‘carismáticos’ católicos afirman que el Espíritu Santo les dice que adoren a María y al Papa, mientras que algunos ‘carismáticos’ pentecostales dicen que el Espíritu Santo que poseen les ordena denunciar al Papa como anticristo y condenar la doctrina católica. No obstante, Jesús declaró más allá de toda duda que aquellos que posean el Consolador, "que es el Espíritu Santo", serían guiados "a toda la verdad... En aquel día no me preguntaréis nada [no habrá necesidad]" (Jn. 16:13:23). "El Consolador... os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Jn. 14:26).No debe haber ninguna división en doctrina fundamental entre aquellos que poseen el Consolador. El hecho de que la haya, indica que no se puede tomar en serio a aquellos que afirman que lo poseen. La notoria incapacidad de algunos de estos supuestos poseedores de los dones para justificar bíblicamente sus creencias indica que no han sido guiados por el Consolador a toda la verdad y al conocimiento total.

La gran importancia que algunos le atribuyen a hablar en lenguas está en desacuerdo con el relato bíblico. La lista de dones espirituales que se consigna en Efesios 4:11 ni siquiera lo menciona, y en una lista similar en 1 Corintios 12:28-30 figura al final. En verdad, en el Nuevo Testamento sólo hay tres ocasiones anotadas en que se usa ese don (Hch. 2:4; 10:46; 19:6).

Las pretensiones de los cristianos carismáticos de que hablan en lenguas y que obran milagros se deben comparar con la considerable información que hemos presentado en este estudio referente a la obra del Espíritu de Dios. El punto fundamental que se debe señalar es que lo que sea que pretenden obrar semejantes personas, no puede ser como resultado de su posesión del Espíritu Santo. Quienquiera que aduzca que ellos poseen los dones, tiene una ardua tarea para tratar de responder a los argumentos bíblicos que hemos presentado.

Sin embargo, es razonable esperar alguna explicación de por qué ocurren los fenómenos de sanidad parcial y de ‘lenguas’ (en el sentido de lenguaje incoherente).Se sabe que los seres humanos usan sólo una fracción del poder de su cerebro, como el 1% según algunos cálculos. También se reconoce que la mente puede tener un control casi físico sobre el cuerpo; es así que al acondicionarse síquicamente para creer que el fuego no puede quemar, los hindúes han caminado descalzos sobre el fuego sin quemarse. En ocasiones de estímulo, es posible que usemos un porcentaje del poder de nuestro cerebro mayor que el habitual, y por lo tanto tengamos la capacidad para lograr efectos físicos con y sobre nuestro cuerpo que están fuera de la experiencia normal. Es así que, en el acaloramiento de la batalla, un soldado tal vez no tenga suficiente conciencia de que ha sido herido sino hasta horas más tarde.

En condiciones de ferviente creencia religiosa, bajo la estimulación de cierta música y bajo la influencia de un líder carismático, es muy posible que ocurran cosas que se hallen fuera de la esfera de la experiencia humana normal. Los ‘milagros’ que pretenden los ‘cristianos’ en la actualidad son del mismo orden de excepcionalidad, como los paranormales de otras religiones; es así que los adoradores del vudú experimentan el mismo fenómeno de lenguaje incoherente; y también los musulmanes pueden dar testimonio de ‘milagros’ de un orden similar a los que pretende el cristianismo moderno. Sin embargo, el propósito total de la posesión de los dones espirituales en el primer siglo fue mostrar la obvia supremacía del verdadero cristianismo sobre las otras religiones; el hecho de que los ‘milagros’ del cristianismo actual son de un orden similar a los de otras religiones muestra que en el presente no se poseen los dones del Espíritu Santo del primer siglo.

En el libro ‘Pentecostalismo’ (Las Iglesias de Cristo, 1967), de Guillermo Campbell, se encuentra mucha información importante sobre esta materia. El Sr. Campbell demuestra que muchas religiones paganas tienen esta misma característica de hablar en ‘lenguas’. Es así que en Kawaii, los sacerdotes del dios Oro supuestamente revelan su voluntad con sonidos confusos que interpretan los otros sacerdotes. En las religiones pentecostales ocurre exactamente lo mismo. En el primer siglo los sacerdotes paganos parecen haber tenido desvaríos durante los cuales habrían pronunciado maldición sobre Cristo. Pablo usa esto al criticar cómo algunos en la iglesia de Corinto estaban solamente imitando los desvaríos de los paganos en su uso de los dones espirituales. ¿Hay alguna prueba más clara de que el éxtasis no significa que tenemos posesión espiritual? También debe recordarse que la posesión de los dones no significa que somos aceptables delante Dios y, por consiguiente, no representan una señal de salvación en caso de ser realmente poseídos (Sal. 68:18, compárese con Ef. 4:8 y considere cómo Saúl de Israel poseyó los dones pero no fue salvado). Aun la oración contestada, muy glorificada por los pentecostales y otros, no es prueba en sí misma de que tenemos una relación con Dios, puesto que El puede contestar las oraciones de algunos para responder a un hombre de acuerdo a su insensatez y así confirmarlo en el camino equivocado que ha escogido (Ez. 14:4).

El continuo triunfo del Islam sobre el cristianismo en gran parte del África, sin duda no habría ocurrido si el ‘cristianismo’ popular estuviera realizando verdaderos milagros con la magnitud y poder convincente de aquellos del primer siglo. Y aquellos que verdaderamente poseen el `Consolador’ de los dones del Espíritu Santo harían "aun mayores" obras que las que hizo Jesús (Jn. 14:12,16). La excusa de que los cristianos podrían efectuar tales milagros si tuvieran más fe, se enfrenta aquí con grandes problemas. O poseen o no los dones milagrosos del Consolador; y si afirman que sí, entonces "mayores obras que éstas hará" (Jn. 14:12) –no que ‘tal vez hará’.

El uso de los dones en el siglo primero no requería contacto físico con el que era sanado. Los milagros podían hacerse a distancia. Además, no siempre requerían de fe de parte de quienes eran sanados (Lc. 22:51). No hubieron intentos fallidos en la realización de milagros en el primer siglo, mientras que hay muchos en la actualidad. También era posible predecir los milagros con seguridad, lo cual simplemente no puede hacerse ahora. Salimos de este tema con una pregunta: ¿Quiénes, a juicio de pentecostales y evangélicos, son los falsos maestros que hacen falsos milagros haciéndose pasar por cristianos? (Mt. 7:22,23; 24:24; 2 Ts. 2:9,10).

No hay comentarios: