

-Referencias. La
letra entre paréntesis al final de cualquier información o cita corresponde
al libro identificado con la misma letra en “Fuentes
de información citadas en esta obra”, al final de este
escrito, y el número identifica la página donde se halla la información o
cita.

En esta pintura por Joe Maniscalco (Derechos reservados), la celda, donde se
encuentra amarrado a la pared un varón acusado de herejía, se ve bastante
limpia. Según la historia, muchas prisiones de aquellos tiempos eran
mazmorras, algunas subterráneas, llenas de ratones, sabandijas, podredumbre
fétida, enfermedades contagiosas, excreta, orina, humedad y frío. ¿Se fija
en las dos figuras paradas en la entrada? La que está vestida de una
túnica púrpura es un clero católico romano. Con sus manitas “inocentes”
tomadas en gesto típicamente hipócrita de “humildad y santidad”, seguramente
no acude para consolar al reo, ni suplicar clemencia, sino para interrogar y
condenar.
I. Medios de tortura y muerte cuyo uso fue aprobado por
oficiales católicos romanos, no faltando entre ellos algunos,
excepcionalmente diabólicos, inventados especialmente por los “humildes y
santos prelados”, o sus secuaces, con el propósito de forzar a las infelices
víctimas a “confesar sus herejías”. Para colmo, solían inscribir las
palabras “Soli Deo Gloria” (“Gloria solo a Dios”)
en los aparatos satánicos confeccionados para torturar. También rociaban los
instrumentos de tortura con “agua bendita”
(B, 122).
A. “La
tortura principal fue el encarcelamiento prolongado.”
(La Reforma, por Will Durant. Página 211)
Una pintura que ilustra este tipo de tortura aparece en la página anterior.
B. El
“Auto-de-fe”, o sea, “Acto de fe”. “Llegando al lugar
preparado para las ejecuciones, los que habían confesado
[su herejía],
fueron estrangulados, luego incendiados;
los recalcitrantes
[tercos, obstinados]
fueron incendiados vivos.
Alimentaron las llamas hasta que nada quedara sino las cenizas de los
muertos, las que fueron regadas por campos y ríos. Los sacerdotes y los
espectadores retornaron a sus altares y hogares convencidos de haber hecho
una ofrenda propiciatoria al Dios insultado por la herejía. El sacrificio
humano había sido restaurado.”
(La Reforma, por Will Durant. Página 213)

En Bélgica, queman en la hoguera a una dama sospechada de herejía.
www.sfu.ca
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Efectuándose un “Auto-de-fe” en Lima, Perú.
www.wikipedia.org



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“Auto de fe” en México. El último fue realizado en 1850 d. C.
a)
Procedimiento. “Al igual que en una representación teatral, los
personajes que participaban en el auto de fe, vestían de acuerdo con su
cometido y categoría. El cortejo que se formaba para llegar hasta el lugar
de la representación tenía también sus normas en cuanto al orden y
distribución de los participantes. Los reos eran conducidos de madrugada
desde la prisión de la Inquisición hasta la capilla del
Santo Oficio
de donde salía formada toda la procesión. En algunos lugares llamaban a este
desfile la procesión de la Cruz Verde por ser esta cruz el símbolo de la
Inquisición. La cruz iba a la cabeza de la comitiva enarbolada por el
fiscal del Tribunal que solía marchar a caballo. Detrás de él, a pie,
caminaban los reos reconciliados portando cirios encendidos en señal de
penitencia. A continuación iban los frailes dominicos precediendo a
los reos relajados, es decir, a los condenados a muerte. Estos reos iban
vestidos con una especie de casulla llamada
sambenito,
pintada con escenas del
infierno,
con terribles llamas y figuras de condenados.
En la cabeza soportaban la
coroza
o
capirote,
una especie de cucurucho también pintado con símbolos infernales,
generalmente hecho de cartón, que resultaba grotesco y humillante. Tras
ellos iban los llamados
familiares de la Inquisición
que en algunos escritos figuran como ¨los ojos¨, y cerraban el cortejo,
primero los lanceros a caballo (u otra delegación militar) y después los
representantes de las comunidades religiosas existentes en la ciudad.”
(www.wikipedia.org.
Artículo Auto de fe)
b)
La Inquisición Española. ¡32,000 personas murieron en las llamas!
“El ‘Auto de Fe’, o sea, ‘Acto de Fe’, fue una combinación de ceremonia
religiosa y evento público efectuados para dar a conocer la sentencia contra
quienes la Inquisición Española hubiese encontrado culpables. Demostraba el
poder de la Iglesia. La práctica comenzó en Sevilla en 1481 y terminó en
México, en 1850. Durante estos siglos, cerca de 32,000 personas murieron
en las llamas.”
(www.paracompusa.com)
C. El
“Sillón de púas”.

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Museo de Tortura Medieval, San Gimignano, Italia.
El “Sillón de púas”.
Púas agudas en el asiento, el espaldar, los brazos y los descansos para
piernas y pies penetraban la carne del acusado. Correas fueron utilizadas
para sujetar al reo en el sillón y apretar su cuerpo contra las púas.
“Frecuentemente, el asiento fue fabricado de hierro, el cual podía ser
calentado. Estos implementos fueron usados en Italia y España hasta fines
del Siglo XVIII, y conforme a algunas fuentes, en Francia, Alemania y otros
países del centro de Europa, hasta fines del Siglo XIX.”
D. El
“Garrote”.

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Museo de Tortura Medieval, San Gimignano, Italia.
“El
garrote de forma evolucionada, consistía en un collar de
hierro
que, por medio de un tornillo, con una bola al final retrocedía produciendo
la muerte al reo por la
dislocación
de la
apófisis
de la
vértebra
axis
sobre el
atlas
en la columna cervical, es decir, se le rompe el cuello a la víctima, que
muere de esta manera rápidamente.”
(www.wikipedia.org.
Artículo Garrote vil)
E. Las
“Pinzas grandes” fueron utilizadas para arrancar las uñas de
manos y pies.
(B, 122)
F. Las
“Botas españolas” servían para aplastar piernas y pies.
(B, 122)
G. La
“Virgen de hierro”. Ilustración y descripción al comienzo de este
“Escenario”.
H. La “horca”.
I. El “Tenedor
de hereje.”


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Museo de Tortura Medieval, San Gimignano, Italia.
“Tenedor de hereje”
El reo,
teniendo amarradas las manos, no podía mover su cabeza o cuerpo sin que
penetraran cada vez más las puntas del “Tenedor de hereje”.
J. “La cama de estirar el cuerpo hasta romper coyunturas.”

Haciendo uso de este mecanismo sádico, los verdugos
estiraban, poco a poco, los miembros del cuerpo del culpado hasta
descoyuntarlos, procedimiento que causaba indecible dolor. Pintura por Joe
Maniscalco. Derechos reservados.
K. Torturaron
y desfiguraron a algunos acusados de herejías, vaciándoles “hierro
candente” en los ojos, los oídos, la boca y hasta en otros orificios del
cuerpo.
(B, 123)
L. Ojos
sacados. A algunos culpados de herejía se les sacaron los ojos.
M. El
“Látigo” infligía terrible sufrimiento a algunas víctimas de la “Santa
Inquisición”.

Un acusado de herejía es torturado bárbaramente a latigazos.
A la izquierda, dos cleros católicos observan fríamente la acción.
http://sprintbare.com/radioactive/images/uploads/inquisition.jpg
N.
Quemados muchos ejemplares de la Biblia y de otros libros proscritos por la
“Santa Inquisición”. Ejemplo.
“En
1731, el conde Leopold Anton von Firmian, arzobispo de Salzburg, siendo
también su gobernador secular, inició una persecución salvaje de los
luteranos residentes en las regiones rurales de Salzburg. No solo desterró a
decenas de miles de protestantes, sino que también ordenó confiscar y quemar
todos los libros protestantes, incluso la Biblia.”
(www.wikipedia.org.
Artículo, en ingles, Book Burning)

Quemando ejemplares de la Biblia y de otros libros condenados
por la “Santa Inquisición”.
A la izquierda, un clero católico romano vestido de “escarlata”, y dos vestidos de negro y blanco, observan el acto, sancionándolo, mientras feligreses de la Iglesia Católica Romana se hacen copartícipes de la represión del conocimiento, la entronización de la ignorancia y la violación de derechos innatos del ser humano de estudiar, aprender, analizar y determinar para sí mismo el rumbo espiritual de su vida, sin represalias o persecuciones humanas. Sucedió, pues, que los católicos romanos fueron los responsables de quemar muchos ejemplares de la Biblia, pero ni aun así pudieron detener el esparcimiento del la Palabra de Dios, ya que “la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” (1 Pedro 1:25).
A la izquierda, un clero católico romano vestido de “escarlata”, y dos vestidos de negro y blanco, observan el acto, sancionándolo, mientras feligreses de la Iglesia Católica Romana se hacen copartícipes de la represión del conocimiento, la entronización de la ignorancia y la violación de derechos innatos del ser humano de estudiar, aprender, analizar y determinar para sí mismo el rumbo espiritual de su vida, sin represalias o persecuciones humanas. Sucedió, pues, que los católicos romanos fueron los responsables de quemar muchos ejemplares de la Biblia, pero ni aun así pudieron detener el esparcimiento del la Palabra de Dios, ya que “la palabra del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada” (1 Pedro 1:25).
O.
Suspendido por manos atadas. Las manos de la víctima fueron atadas a
espaldas; luego la víctima fue suspendida en el aire por una soga atada a
sus muñecas. En esta posición, todo el peso del cuerpo constantemente hacía
fuerza en las manos, las muñecas y los hombres de la víctima.
(La Reforma, por Will Durant. Página 211)

Víctima suspendida de las manos.
http://www.christianisme.ch/images/grandes/corde.jpg
P.
Ahogados. Usaron orina o excremento para ahogar a algunos
“herejes”.
(B, 123)
Q.
Lanzados por peñascos. Algunos acusados fueron amarrados a estacas y
lanzados por peñascos.
(B, 123)
R.
Propiedades confiscadas. “Las propiedades de los herejes fueron
confiscadas y divididas entre los inquisidores y los Papas.”
(C, 253)
S. Tortura
por agua. En este procedimiento, la víctima fue inmovilizada y luego
dejaban gotear agua por su garganta hasta casi ahogarla.
(La Reforma, por Will Durant. Página 211)
En una recámara de tortura, dos tipos, obedeciendo las
órdenes de la “Santa Inquisición” católica romana han colocado el cuerpo de
una mujer acusada de “herejía” sobre un tipo de banco, sujetando sus manos y
pies con sogas. Están en el acto de echar agua en su boca hasta casi
ahogarla, mientras observa un monje y una monja.
T. La
“rueda” fue usada para estirar el cuerpo de la víctima, procediendo
entonces los verdugos a romper sus huesos.

Mientras un verdugo estira el cuerpo del acusado de “herejía”
sobre una rueda, otro abanica llamas debajo de sus pies. Dos “santos” cleros
de la Iglesia Católica Romana observan atentamente este acto sádico de
tortura. El que tiene papel y pluma está escribiendo una descripción
detallada del procedimiento y su efecto en el desdichado “hereje”.
U. La
“santa trinidad” fue un casco de acero calentado a rojo vivo,
luego colocado sobre la cabeza del denunciado. Quitándosela las bestias
brutales que se prestaban para las torturas, la piel quemada quedaba pegada
al acero, y también los ojos mismos en algunos casos.

La “santa trinidad”: casco de acero calentado a rojo vivo.
V.
El “Taburete de Judas”. La siguiente ilustración dice más que muchas
palabras.

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Museo de Tortura Medieval, San Gimignano, Italia.
W.
La “Guillotina”.


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Museo de Tortura Medieval, San Gimignano, Italia.
X. Algunos
instrumentos y procedimientos de tortura eran tan y tan inhumanamente
barbáricos y obscenos que optamos por no incluir descripciones o
ilustraciones en este estudio. A continuación, anotamos los nombres de tres
más, para el estudioso que quisiera buscarlos en Internet u otras fuentes de
información.
(Palabras claves para la búsqueda en Internet: “inquisición”, “inquisición
española”, “tortura sobre rueda”. Seleccionar la categoría de “Imágenes” en
el programa de búsqueda –Yahoo, Google, Bing.)
1. “Las
peras del Papa.” (Pope’s Pears)
2. “La
araña de hierro.” (The Iron Spider)
3. “La
pata de gato, con uñas.” (The Cat’s Paw)
Y. La Inquisición
católica romana comenzó la práctica de torturar en el año 1252. En 1816, una
bula papal prohibió la práctica.
“Mientras las cortes seculares frecuentemente trataban ferozmente a los
sospechados, Will y Ariel Durant argumentaron, en su libro La edad de la fe,
que muchos de los procedimientos más salvajes fueron infligidos sobre
herejes píos por frailes todavía más píos. En la España medieval, los
dominicos granjearon fama como los más temibles torturadores. Usualmente,
las torturas fueron efectuadas en secreto, en mazmorras subterráneas.”
(www.wikipedia.org.
Artículo en ingles Torture)
II. Tres evaluaciones de la Inquisición Católica Romana.
A. “Mejor
ser ateísta que creer en el Dios de la Inquisición” (Católico anónimo).
Desde luego, el “Dios de la Inquisición” no es el verdadero
Dios de la Biblia sino el monstruo creado por la jerarquía católica
romana.
B. “La
persecución contra los cristianos por los romanos durante los primeros tres
siglos después de Cristo era un procedimiento moderado y humano comparada
con la persecución contra la herejía en Europa de 1227 a 1492.”
(La historia de la civilización, Tomo IV, por Will
Durant. Página 784).
C. “Los
católicos romanos creen en el Purgatorio y que allí las almas sufren más
dolor que en el Infierno. Mas sin embargo yo creo que la Inquisición es el
único Purgatorio en la tierra y que los santos padres (sacerdotes, Papas)
son los jueces y verdugos. La barbaridad de ese tribunal... sobrepasa todo
entendimiento.”
(La llave maestra del papado, Edición tres, Página
253, D. Antonio Gavin. Antonio Gavin era sacerdote católico y testigo ocular
de los procedimientos de la Inquisición española.)
III. Mensaje para el católico romano inteligente e intelectualmente
honesto.
¡Historia tan terrible y trágica la de la Iglesia Católica Romana!
Escrita en sangre durante gran parte de su trayectoria. La sangre de
quienes se negaban a respaldar u obedecer a los oficiales autoritarios de la
Santa Sede, que de "Santa" muy poco o nada tenía. La sangre de personas que
desaprobaban varios ritos de la "iglesia madre", que denunciaban los
atropellos del clero, que criticaban la secularización y politización de la
Iglesia Romana. Ningún católico romano honesto niega esta historia. Ninguno
en sus cabales espirituales intenta justificar los penosos sucesos
desastrosos que ella cuenta. Ni siquiera la suma total de obras
caritativas realizadas por la Iglesia Católica Romana cancela la historia de
sus atrocidades contra incontables millones de seres humanos. No todos los
hospitales, clínicas, programas de bienestar social, retiros para fortalecer
el matrimonio y el hogar, etcétera, de la Iglesia Católica Romana en todo el
mundo nivelan la balanza. Es imposible rectificar tan enorme mal, obviarlo,
recompensarlo, justificarlo.
¿Cuántos católicos romanos conocen esta historia de su iglesia? De seguro,
no se la cuentan sus sacerdotes, pues no les conviene enunciar ni una
palabra al respecto. No obstante, el sentido común dicta que es deber de
todo ser humano investigar la procedencia, trayectoria e historia de su fe.
Muy distinta a la historia de la Iglesia Católica Romana es la de
la verdadera iglesia de Jesucristo, auténticamente apostólica y
bíblica. Esta iglesia jamás ha manchado su vestimenta con la sangre de
persona alguna. Jamás se seculariza o politiza. Jamás se embrolla en
mercaderías. Jamás ostenta lujos mundanos, ni reclama autoridad sobre los
gobernantes seculares de las naciones. "Mi reino no es de este
mundo... no es de aquí", aclaró Cristo a Pilato (Juan 18:20), y la
verdadera iglesia del Señor entiende esta verdad fundamental, procediendo de
acuerdo a ella. La tergiversación inexcusable de ciertos textos bíblicos
tales como Mateo 16:18 contribuyó, y contribuye aún, a la formación de un
reino o dominio "cristiano" diametralmente opuesto al verdadero reino de
Cristo.
Al leer el católico romano inteligente e intelectualmente honesto la
historia de su iglesia, contrastándola con la de la verdadera iglesia
bíblica, si ama, de veras, a Dios y Cristo, si ama la verdad y quiere salvar
su preciosa alma, dejará de ser católico romano, obedeciendo al evangelio
no adulterado. Haciéndolo, será añadido a la auténtica iglesia fundada por
Cristo (Hechos 2:32-47). Ciertamente, lo hará si ama la verdad por
encima de todas las cosas, aprecia la transparencia y verticalidad en
asuntos espirituales y valúa el innato derecho divino de cada individuo de
creer y practicar religiosamente lo que quisiera, sin ser perseguido,
torturado o muerto. ¡SALDRÁ de la Iglesia Romana! ¿Cómo quedarse en su
seno, tratando vanamente de justificarla? ¿Suavizar o encubrir la
historia? ¿Reescribir la historia de su iglesia, alterando o eliminando
hechos tan feos como innegables? ¡Eso no sería honesto! ¿Perdonarle sus
persecuciones, torturas y matanzas? Perdonar a los católicos romanos ya
muertos, los que, en vida, derramaron tanta sangre, ¿cómo hacerlo o qué
sentido tendría? De todos modos, "perdonar", o "pedir perdón", aunque sea el
mismo Papa quien lo haga, no cambia los hechos, ni cambia las doctrinas o
pretensiones, vigentes hasta el día de hoy, que trajeron tantísimo
sufrimiento escalofriante y muchos millones de muertes crueles en extremo.
Por lo tanto, la única opción sabia es ¡SALIR!
"Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni
recibáis parte de sus plagas"
(Apocalipsis 18:4). "¡SALID!" "¡SALID!" "¡SALID de ella!"
Tenga presente, se lo suplicamos respetuosamente, que a los que no reciben
"el amor de la verdad para ser salvos... Dios les envía un poder
engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los
que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia"
(2 Tesalonicenses 2:10-12). Pues, "¡salid!"
Sin demorar, teniendo por más excelente y necesario "el amor de la
verdad" que cualquier otro "amor".
Estimado católico romano abierto a la verdad, le animamos a leer
“Salid de ella, pueblo mío”, mensaje de seis páginas en el que se
abunda sobre el significado y la aplicación práctica de esta
exhortación-advertencia divina.
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