lunes, 23 de mayo de 2011

LOS ATRIBUTOS DE DIOS

1.1 OMNISCIENCIA DE DIOS
La omnisciencia significa que Dios conoce todas las cosas y las conoce de una manera absolutamente perfecta. En 1 Juan 3:20, se menciona que Dios conoce todas las cosas, y no es muy difícil de entender que es imposible que haya algo que no pase por su conocimiento ("...mayor es Dios que nuestro corazón, y conoce todas las cosas") Romanos 11:33, es otro de los versículos que también hace ver lo que acabamos de leer. El conocimiento de Dios abarca absolutamente todas las cosas, Proverbios 15:3 es una muestra de ello, describiéndonos acerca de que los ojos de Dios están por todos lados sin que se le pueda escapar algo a su conocimiento (Proverbios 5:21: "Pues que los caminos del hombre están ante los  ojos de Jehová, y él considera sus veredas"). Dios tiene un conocimiento perfecto de todo lo que hay en la naturaleza: Salmos 147:4, describe el conocimiento de Dios acerca de las estrellas. Mateo 10:29, 30, hace referencia a que hasta en los mínimos detalles es imposible que se le pasen por alto. Dios tiene un conocimiento perfecto de todo lo que contiene la experiencia humana: Proverbios 5:21, ha de manifestar por si solo que los caminos del hombre tampoco le escapan al conocimiento de Dios. Dios conoce desde la eternidad lo que ha de acontecer: Isaías 46:9,10, aquí encontramos como Dios tiene la capacidad de anunciar las cosas que han de ocurrir.

1.2 OMNIPOTENCIA DE DIOS
Este es un atributo por el cual puede hacer que acontezca lo que él quiera. Su poder no tiene límites. Job 42:2, ya nos anticipa que Dios es capaz de todo y que no hay nada que se esconda de él. En Génesis 18:14, se nos pone de manifiesto la gran pregunta ¿Hay para Dios alguna cosa difícil?, es que lo que es imposible para lo natural solo se puede realizar con medios sobrenaturales y es Dios quien es solamente aquel que es capaz de realizarlo todo, aún aquellas cosas que parecen imposibles. En las escrituras encontramos claramente detalladas acerca del hecho: Génesis 1:1, 3, Salmos 107:25-29, Nahum 1:5, 6, han de poner de manifiesto de que cuando Dios habló las cosas por él fueron creadas, mandó y se cumplió, ni siquiera tiene que poner su mano solamente con la voz de su palabra es suficiente para que tal hecho se realice, y es más, todo está sujeto a su dominio en el cielo, en el mar y en la tierra. Todas las acciones humanas presentes y futuras dependen de la voluntad de Dios, como así lo manifiestan los pasajes Bíblicos de Daniel 4, con la experiencia del rey Nabucodonosor o tal vez aquella experiencia que tuvo que atravesar Saulo en Hechos 9, cundo deja aquella forma de vivir por esta nueva. Serían interminables los ejemplos que nos deja la Biblia acerca de la omnipotencia de Dios. Por último podríamos agregar que hasta en los cielos se hace su voluntad (Daniel 4:5), entonces ¿qué se le puede escapar a Dios o estar fuera de su poder?: ABSOLUTAMENTE NADA.

1.3 ETERNIDAD E INMUTABILIDAD DE DIOS
Un alumno de una institución dijo una vez acerca de la eternidad de Dios: " Es una duración sin principio ni fin, una existencia sin límites o dimensiones; un presente sin pasado ni futuro. Su eternidad es la juventud sin infancia ni vejez, el hoy sin el ayer ni el mañana". La inmutabilidad de Dios significa que su naturaleza no sufre ningún cambio. Es imposible que Dios tenga un atributo en una ocasión y que deje de poseerlo después. Tampoco puede haber cambio en su divinidad ni para mejor ni para peor. Dios permanece siempre el mismo. El no tiene principio ni fin, es el "Yo Soy" que existe por sí mismo. El libro de los Salmos 90:2, como también el salmo 102: 24-27, ponen de manifiesto la eternidad de Dios ("Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, y desde el siglo hasta el siglo, tú eres Dios"). En el libro de Éxodo 3:14, encontramos aquellas palabras que nos demuestran el pasado, el presente, y el porvenir. "Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso". El libro de Santiago 1:17, ha de aclararnos que no cabe ninguna duda de que Dios tenga algún cambio en su naturaleza y en su carácter: "del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación". En Malaquías 3:6 ("Yo Jehová, no me mudo") encontramos que la esperanza del hombre se encuentra precisamente en este hecho, como lo deja ver el contexto. El hombre había cambiado en su vida y en su propósito para con Dios.
Habacuc 1:12 dice: "¿No eres tu desde el principio oh Jehová, Dios mío, Santo mío?".
Apoyados en estos pasajes y otros como 1 Samuel 15:29, afirmamos que Dios absolutamente no tiene cambio alguno en su naturaleza y su carácter.

1.4 SANTIDAD DE DIOS
Cuanto podríamos hablar acerca de esto, "Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y santidad".
(Isaías 57:15). "Si no como aquel que os llamo es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito esta: Sed santos, porque yo soy santo". (1 Pedro 1:15,16). Podríamos pasarnos el día entero leyendo aquellas porciones bíblicas que demuestran la santidad de Dios.

Esta quizás sea una de las cualidades que tiene Dios que más le reconocemos hoy en día y es en lo primero que pensamos cuando se nos pide que demos alguna referencia acerca de Dios, su santidad. Si fuera posible que hubiera diferencia en la importancia de los atributos de Dios, diríamos que quizás su santidad ocupa el primer lugar. Hemos de pensar, que este es el atributo que Dios quiere que su pueblo tenga más presente que otro alguno. Lo que más prominentemente sobresale en las visiones que Dios dio a los hombres en las escrituras en las escrituras fue su santidad divina. El profeta Isaías, menciona a Jehová como el "santo" unas treinta veces, indicando así cual fue la característica que más profunda impresión le causo en las visiones que tuvo. Para los profetas de Dios él fue el absolutamente santo, el que tenia ojos demasiados santos para mirar la maldad. Él quiere que le recordemos por su santidad, pues este es el atributo que más gloria le da, Nunca perdamos este hecho de vista en nuestras vidas y tampoco al mirar esta página ya que es esta visión la que necesitamos hoy en día, ya que existe la tendencia a negar la realidad o lo terrible que es el pecado a los ojos de Dios.

1.5 EQUIDAD Y JUSTICIA DE DIOS
En cierta forma no son más que la manifestación de la santidad de Dios. Este carácter se manifiesta en el trato de Dios con el hombre: Dos cosas se pueden mencionar: primero, la promulgación de las leyes y las exigencias de justicia, que se puede conocer como justicia de Dios; segundo, la ejecución del castigo que conllevan estas leyes; de esta manera en la equidad de Dios encontramos su amor a la santidad, y en la justicia su odio al pecado. Esdras 9:15 ("Jehová, Dios de Israel, tú eres justo....") y Salmos 145:17-20, ponen de manifiesto la equidad de  Dios al castigar el pecado, y la recompensa que da a los justos: "Justo es Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras. Cercano esta Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. Cumplirá el deseo de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvara. Jehová guarda a todos los que le aman, mas destruirá a todos los impíos".

En Éxodo 9:23-27, nos describe la plaga del granizo y a continuación se exponen las siguientes palabras: "Entonces Faraón envío llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez: Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos". Aquí reconoce Faraón la justicia de Dios perfecta al castigarlo por su pecado y rebelión. Aunque parezca exagerado el castigo, Faraón en su momento no lo pensó así.

En Salmos 103:8 encontramos que, en vez de traer dolor, pobreza y muerte, que son la paga del pecado, Dios ha conservado nuestras vidas, nos ha dado salud, ha aumentado nuestras bendiciones y comodidades, y nos da la vida eterna: "Misericordioso y clemente es Jehová, lento para la ira y grande en misericordia." Si nosotros confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para que perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad" (1 Juan 1:9). Este versículo es un fiel reflejo de que la equidad y la justicia de Dios son nuestra garantía del perdón.

Así hemos visto las dos maneras en que se revela la equidad y justicia de Dios, la primera, en el castigo de los pecadores, y la segunda, en la recompensa de los justos.

1.6 MISERICORDIA Y BONDAD
En general estos atributos significan la benevolencia, ternura y compasión de Dios; el amor de Él en su relación con los hombres, tanto obedientes, como aquellos que no lo son. Es el atributo de Dios que le lleva a buscar el bienestar de los pecadores, aunque para ello tenga que realizar un gran sacrificio. "Empero Dios, que es rico en misericordia, por su mucho amor con que nos amó.............. Dios  encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros". (Efesios 2:4; Romanos 5:8). La bondad es el atributo de Dios que le lleva a derramar sobre sus hijos obedientes su bendición constante y cariñosa. "El que aun a su propio Hijo no perdonó, antes le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? (Romanos 8:32). " Misericordioso y clemente es Jehová, lento para la ira y grande en misericordia" (Salmos 103:8). Estaría por demás agregar algún tipo de comentario ya que las palabras creo son más que claras y elocuentes. La descripción mas saliente de la misericordia y bondad de Dios se hace resaltar en la parábola del hijo prodigo (Lucas 15:11-32), no solamente encontramos la bienvenida que esperaba al hijo errante, sino también el anhelo que sentía el padre ansioso y cariñoso de que regresase.

Salmos 32:20 dice: "Mas el que espera en Jehová, lo cercara misericordia". El mismo hecho de confianza de parte del creyente mueve el corazón de Dios a protegerlo como acontece de un padre a un hijo. En el momento que yo me entrego a Dios, quedo envuelto en su misericordia. Su misericordia es como una pared de fuego que no permite que se introduzca el mal, pero si resistimos, nos veremos cercados de "dolor". En el centro de este círculo de misericordia se asienta y descansa el alma confiada.

Dios es misericordioso con los pecadores, lo leemos en Isaías 55:7: "Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio para perdonar". La misericordia de Dios es una ciudad de refugio para el arrepentido, pero de ninguna manera un santuario para el presuntuoso.

1.7 AMOR DE DIOS: (SALVACIÓN)
"Dios es amor", es el resultado de tal grande exposición para con las personas, 1 Juan 4:8, es el fiel relato del amor de Dios: "El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es amor", el amor proviene de Dios y es Él quien lo demuestra a cada una de las personas otorgándole la capacidad de amar. El amar es propio de la personalidad en relación con su naturaleza. El siempre mora en una atmósfera de amor. Jesucristo es el fiel objeto del amor de Dios. Mateo 3:17: "Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento" (también aconsejo leer Mateo 17:5). "Porque de tal manera amo Dios al mundo" Juan 3:16, detallándonos que, para sorpresa de muchos Dios no hace acepción de personas, raza, color de piel, edad, sexo o cualquier otra cualidad que se les puede ocurrir, el ama a TODOS. Si comprendiéramos que el pecar, no es solamente robar un banco o matar a una persona, sino también lo es aquellas mentiras "piadosas", y también todo tipo de pensamiento malo, y todas aquellas cosas que solemos pasarlas por alto creyendo que son insignificantes, es que para Dios no lo es, y es más, desde nuestra concepción, ya tenemos una condición pecaminosa, que termina por alejarnos de la presencia de Dios, si lo comprendiéramos nos resultaría mucho más simple entender que nos quiere decir Romanos 5:8: "Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, porque siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros".

El amor de Dios supera la comprensión humana y nos pone en una situación difícil de resolver, solamente haciendo eco del amor de Dios, a través de su Hijo, comprendemos tal amor hacia nosotros, los pecadores, otorgándonos la gratuita oportunidad de redimirnos de tal condición: 1Timoteo 2:4, "El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad", pero cuál es esa verdad se preguntaran, la respuesta la tienen unas líneas más arriba, la condición pecaminosa del hombre separo la comunión de Dios con este, y es el mismo Dios, a través de su Hijo, que nos devuelve la posibilidad de volver a estar junto a él. "En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envío a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor de Dios: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amo a nosotros, y envío a su Hijo en propiciaron por nuestros pecados". 1Juan 4:8,9. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe", Efesios 2:8,9.

Es el gran amor de Dios reflejado a través de su Hijo que nos brinda la posibilidad de acercarnos nuevamente a él, Jesús murió en aquella cruz y su sangre que no se contamino de pecado, nos da la limpieza que necesita nuestro corazón, es un acto de fe, creyendo en Jesús como aquel que es nuestro salvador, quien nos da la posibilidad de pasar la eternidad junto a Dios, simplemente pidiéndole perdón por nuestros pecados a él, produciéndose ene se momento una fiesta en los cielos por un alma que ha pasado de muerte a vida.

Hay un suceso que nos puede aclarar aun más el panorama de que no hay que ser de ningún tipo de religión, ni antes ni después, como así también las diferencias de color, sexo, o cualquiera fuere, y es esta: "y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvese a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun tú temes a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso". Lucas 23:39-43. La pregunta seria porque le dijo Jesús a un malhechor que iba a estar con él en el paraíso y al otro no, la respuesta es tan simple como la posibilidad de estar por toda la eternidad con Dios: un malhechor reconoció que Jesús estaba muriendo injustamente y que estaba pagando por algo que había cometido, en otras palabras reconoció que él era un pecador.

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